Descubrir que la muerte gusta de ti siempre será peligroso.
Aceptar ser su confidente, puede ser peor.
El cambio en las decisiones no quiere decir que todo saldrá bien esta vez.
No hay finales felices, sólo finales que a veces, pueden continuar eternamente.
CAPÍTULO 21
TIEMPO DE PARTIR
Parte II
-FINAL-
Estoy sonriendo.
-FINAL-
Veinticuatro
horas después, al amanecer del tercer día, el enloquecedor dolor que había
estado experimentando en su mejorado cuerpo, comenzó a mitigar; para detenerse abruptamente
al igual que las convulsiones del mismo, al ser consumida la última gota de
sangre.
El
súbito silencio de las lacerantes sensaciones, aturdió aún más a su paralizada
mente al encontrarse de improviso aislada del fuego. Y aunque aquello parecía una
ilusión, notó que su entorno se aclaraba en una brillante luz que no hería; sino
que más bien atraía hacia afuera, hacia el mundo exterior.
Sus nuevos ojos entonces, se abrieron de
golpe, quedando embelesados por los exuberantes
y nunca antes vistos, detalles de su entorno.
El
cuarto de blancas paredes y bastos libreros donde se encontraba parecía brillar
con iridiscencia, gracias a la nítida luz que entraba por el ventanal de la
habitación. El cual, dejaba ver un hermoso paisaje montañoso de extraordinarios
tonos verdes cubierto de magníficos rayos
de sol, que al tocar todas las superficies lo envolvían en desconocidos colores.
Lentamente
y aún temerosa de que el infierno volviese a reclamarla, se enderezó del cómodo sillón en que estaba, para poder
observar con mayor atención a su alrededor.
Intempestivamente,
una verdad se manifestó en su pensamiento. Había estado muy enferma, agonizando
de hecho. Esa certeza, aunada a las maravillas que estaba descubriendo, la
llevó a cuestionarse si estaba muerta y si todo aquello era el inicio de lo que
había después.
Antes
de poder seguir cavilando, uno de sus sentidos llamó su atención con fuerza. El
del olfato. En el cuarto había un aroma fascinante, que al inspirarlo a
profundidad, reconoció muy similar al que emanaba de su propio cuerpo.
Al
acto, giró su cabeza buscando el origen del mismo, dándose cuenta con ello que
no estaba sola. Y que este provenía del hermoso hombre que le miraba en
silencio, sonriendo sutilmente. Cauteloso en apariencia.
¿Quién
o qué era él? Se preguntó. ¿Por qué no le hablaba? ¿Era un ángel acaso?
Al recorrerlo descaradamente con la vista,
quedó deslumbrada, apreciando la belleza masculina casi mitológica de él.
Olvidado por completo la existencia de cualquier otra cosa en su contemplación.
Estando
así, mirándolo seducida, un repentino escalofrío corrió poderoso a lo largo de
su columna, plantándole un violento latigazo de electricidad al llegar hasta su
nuca. Comprendiendo al instante, que le conocía bien, pero nada más.
Con
enervante frustración, se halló luchando inútilmente, por recordar quién era él.
Su cabeza aún estaba muy aturdida y sólo notó negrura en ella.
Angustiada,
volvió a verle, intentando absorber todo de él. Soltando un bufido desesperada,
al no poder penetrar la nada en su mente. Junto con esa expresión, notó en los
ojos transparentes de él la misma ansiedad que ella experimentaba. Y eso la
asustó aún más que si él en realidad, le hubiese hecho un reclamo al respecto.
-No.- Siseó Elise en respuesta, meneando
la cabeza y mojándose los labios contrariada. Dándole a entender lo perdida que
se sentía. En respuesta, él se movió por fin lentamente, llevando las palmas
abiertas al frente, como rogándole no se rindiera.
Ella
cerró los ojos un instante, irritada al
entenderle. Le molestaba el sentirse tan desorientada, pero le obedeció. Fijando
su vista en él, se obligó a pelear de nuevo contra la densa y oscura barrera que
limitaba sus pensamientos. Y de pronto, notó como esa resistencia se mermaba,
dejando filtrarse titilantes imágenes de lo que juzgó, debería ser su propia memoria.
La
primera escena que se solidificó, fue una en la que él le sonreía con ternura,
mientras ambos se balanceaban brevemente sobre columpios en un parque a media
noche.
Después,
lo vio caminando con garbo a su lado, riendo juntos por calles ajenas de
brillantes farolas.
Se
mordió el labio, sosteniendo la respiración, cuando se contempló a sí misma
colgada de su cuello. Besándolo con una confusa sensación de pérdida y añoranza
que melló su cuerpo, al percibirla con fuerza.
Pero
si eso la contrarió, todo ella se tensó de golpe, al hallarse inmersa en una candente
y apasionada escena. Donde le vio a él, desnudo y magnífico sobre ella, mirándola
con ojos oscuros y apasionados y teniendo sexo soberbio. Retorciéndosele las
entrañas, al escucharse gritar a sí misma de excitación en un eco inexistente, cuando
llegó a un abrumador orgasmo.
Sacudida
por las resonancias de su mente y las sensaciones inflamadas en su cuerpo,
Elise se volvió a mirarle, azorada. Rompiendo violentamente, el lazo con
aquellos recuerdos abrumadores que le habían calentado las profundidades de
golpe.
Desconcertada,
notó la sonrisa esperanzada de él, con un brillo nervioso y elocuente en sus
ojos, como si supiera lo que ella estaba pensando. Aquella idea la asustó, abochornada
ante semejante posibilidad. Pero como él siguió mudo en lo que ahora apreció
como un respetuoso silencio, a la espera de ella, recuperó el aliento. Animándose
a adentrarse en esa sorprendente historia en su cabeza, otra vez.
Luego
de asentir, respiró profundo y cerró los
ojos, más preparada. Conectándose con aquel flujo de imágenes que volvieron con
más facilidad ahora, menos perturbadoras. Notando lo feliz que se observaba a
sí misma a su lado.
Cuantas
más de estas fueron acumulándose con la misma conclusión, empezó a sonreír. Dándose
cuenta de que una cálida oleada de júbilo se extendía por su pecho cuando esos
retratos se volvían palabras y sentimientos concordantes.
Y
de repente, lo supo. ¡Dios!, “Edward”.
Gritó con alegría en silencio. ¡Su nombre, era Edward! Y ella lo amaba.
La
euforia le ensanchó las comisuras, llenándose de convicción de que ése, era el
lugar donde ella quería estar. Al lado de él, por siempre.
La
mano se le fue a la boca, como si pretendiera contener el gemido de
incredulidad que se le escapó entre los dedos.
¡¿Sería posible?!
Comprobó
como la aún ansiosa sonrisa de Edward se agrandaba, cuando aceptó lo que ya
antes sabía, que él podía oír lo que estaba pensando. Y él movió la cabeza
afirmativamente, en insegura respuesta. Alegrándose Elise, esta vez de ello.
Emocionada
y a una velocidad sobrehumana, se lanzó a sus brazos intempestivamente, casi
tirando a ambos al piso en su espontaneo movimiento.
-¡Edward!
¡¿Edward?! ¡Estoy viva! –Afirmó ella con ferviente emoción.- ¿Lo logramos? -Preguntó,
aún temiendo que aquello pudiese ser sólo una fantasía.
Él
asintió, recuperando el equilibrio, sus músculos aún en tensión. Remarcándose debía
recelar hasta el último momento, por encima de sus deseos. Elise se advertía
mejor, pero aún no había terminado todo.
La
familia se habían preparado para su despertar, concluyendo era lo mejor dejar
que el primer contacto de Elise fuese Edward. Esperando al resguardo en caso de
que todo hubiese salido mal. Éste, había experimentado terror puro cuando al
monitorearla en su consciencia, la notó hueca al volver en sí. Temiendo la
expectativa de verla enloquecer frente a sus ojos convertida en un peligroso y
sediento neonato, al cual deberían destruir al acto. Antes de que pudiese dañar
a alguien.
Pero
ahora, gracias a esa magnífica capacidad suya, escuchando como Elise se
maravillaba de saberse rescatada de la muerte,
dichosa y con ganas de besarlo, y reír y abrazarlo y sobre todo agradecerle
el no haberse dado por vencido; la inquietud comenzó a disolverse.
Aquella
hermosa Elfa de fuego que se pegaba a su pecho, tenía que ser su Elise.
-Sí,
Elise. Lo logramos. -Le contestó por fin. Sumamente conmovido por las mudas
palabras de amor que ella le profería.-
Ella
vibró, al oír en su nueva forma la aterciopelada voz de Edward. Plena de sorprendentes tonos que jamás había percibido
antes, dejándola boquiabierta y extasiada.
-Te
amo. -Le dijo ella, temblorosa. Sintiendo deseos de llorar de felicidad.-
Edward
cerró los ojos, en un gesto culposo. Exhalando
un quejido con una mueca irritada, que la desconcertó.
-No
debiste decir eso Elise.
Ella
respingó al acto. Sacudiéndose de su abrazo, incrédula.
-¡¿Qué?!-
Siseó ella, ligeramente encorvada sobre sí. Protegiéndose instintivamente.
-¡No!
Espera. –Sonrió él apenado.- ¡Tranquila! Es sólo que debí ser yo el primero en
decirlo.
La
mirada feroz de ella se amansó, aún conmocionada.
-¿Entonces…?
Edward
le tomó el rostro con delicadeza, acostumbrado a la otrora fragilidad de
ella, buscando sus ojos para jurarle de
frente lo que necesitaba decirle desde hacía mucho.
-Te
amo Elise Renaud. Te amo.
Aquellas
ansiadas palabras fueron paladeadas con deleite en su boca. En un efluvio que bajó
hasta su pecho, desterrando a su paso, arraigados temores que la habían
acompañado hasta la muerte.
La
risa honesta y contagiosa de ella que tanto amaba Edward, explotó entonces con
regocijo, en el aire de la prudentemente silenciosa casa.
-Dilo
otra vez. –Le pidió ella, efervescente. - ¡Quiero oírlo de nuevo!
Edward
sonrió fascinado. La amaba muchísimo y deseaba con todo su ser que Elise
pudiera superar lo que estaba por venir.
-Te
amo Elise. Por siempre.
El
corazón que había se había vuelto de piedra recientemente, se estremeció como
si aún estuviese vivo. Pulsando con fuerza, ayudándola a sumar todos y cada uno
de los faltantes recuerdos de su vida humana con Edward. Fluyendo ligeros, como
las páginas de un libro cayendo una sobre otra resueltamente, hasta llegar a la
última. Sellando con ello, la transformación de Elise.
Edward
rió, impregnado de dicha absoluta. ¡Al
diablo con todo!, dijo. Rebelándose contra las precauciones y miedos. E
impetuoso, la besó por fin de igual a igual. Gozando de no tener que limitarse
nunca más, paladeando sin recato la
pasión que ella le devolvió gozosa.
Los
callados vítores de Alice y la risa maliciosa de Emmet fueron lo único que
consiguió que Edward luchara por menguar la emoción de ambos. Separándose de
ella con ansia entre sus piernas y recordando cuánto quería hacer algo también.
Así que inesperadamente, con mal contenida emoción, se soltó del abrazo. Plantando
una rodilla sobre el piso frente a Elise, tomó delicadamente su mano, mirándola
desde ahí fervoroso y suplicante.
-Elise.
Aún necesito pedirte tu perdón, por haberte hecho pasar por todo lo que
sufriste. Por haber sido tan necio y ciego a lo que sentía por ti. Porque no
merezco la fortuna de que me salvaras de mi fallido andar y porque aún así, deseo
pasar la eternidad contigo. Para amarte y honrarte por el resto de nuestras
existencias.
Elise,
se maravilló de las acciones de Edward. Y si hubiese podido sonrojarse de
placer, lo hubiera hecho. Edward la miraba con adoración, ansiando su permiso para
venerarla y compensarla por el tiempo perdido y por todos los absurdos en que había
incurrido. Tal como en uno de los muchos sueños que tuvo, hasta en su misma
agonía.
Fascinada,
le tendió la otra mano, instándolo a ponerse de pie, pero él se negó. No lo
haría hasta que le dijese lo que necesitaba oír, ya que, a fin de cuentas, él
era así. Elise sonrió con delicia y le acarició el broncíneo cabello con gran
ternura.
-Edward.
Tienes mi perdón desde antes de morir. Yo también lamento lo que sucedió y
cuanto tardé en superar mis miedos.
-No,
Elise. Tú no debes disculparte. Antes, fuiste admirable en tu dignidad y
fuerza. Y no mereciste jamás el horror de mi desesperación. No tienes idea
cuanto deseo poder resarcirte esa traición.
Elise
asintió, comprensiva. Ella al igual que él, ya sólo quería dejar ese único mal
recuerdo atrás. Pero cuando intentó responderle eso, una extraña sensación
comenzó a adueñarse de su garganta.
-Edward,
ponte, de, pie, por… favor… -Su voz se entrecortó, ahogada por un poderoso y
creciente dolor.
Sus
ojos se abrieron desmesuradamente, mientras su mano subía hasta su cuello.
Angustiada por el miedo de que el fuego regresara y que todo eso fuese sólo una
macabra alucinación.
-¡E-dward!
¡¿Qu-é…?! –Un quejido salió de su boca.-
-No
tengas miedo Elise. Es la sed. –Le
contestó él lacónico.-
Ella
le miró aterrada, comprendiendo al fin en carne propia, la necesidad por la
sangre.
-Sé
que duele, demandando la obedezcas ciegamente. Pero desde ahora debes luchar
contra ella. Yo te ayudaré, sólo que, ésa, es tu elección final.
El
cuerpo entero comenzaba a aturdirse bajo la atenazante exigencia, pero entendió
muy bien lo que él le estaba diciendo.
-¿El…
mon-s-truo…?
Edward
movió la cabeza en afirmación.
-Puedes
decidir escucharlo o dominarlo. Aunque en éste momento te parezca imposible.
Ella
tragó ponzoña ruidosamente. La única imagen de Edward desplegando totalmente al
vampiro, en sus recuerdos, regresó con fuerza a su cabeza y la rechazó. -No. No iba a convertirse en eso, pensó-.
Abrumada por lacerante sensación en su boca, luchó por aferrarse a sí misma y
recuperar el habla sin dejar de mirar a Edward.
-Te…
Escojo, a, ti. Guíame, por esto.
Edward
sintió alivio. No la dejaría caer. Llamando en voz alta a los demás, la llevó
afuera, sabiente de que el descubrir el mundo con sus nuevos ojos, la
distraería lo suficiente como para soportar la primera cacería.
No
hubo mucho tiempo para saludos a pesar de la evidente euforia en la sonrisa de
Alice. Los otros hombres de la familia se adelantaron para revisar el perímetro
y asegurarse que ningún humano se encontrara cerca y evitar con ello, un
peligroso e innecesario riesgo.
El regreso a la Casa Cullen, luego de haber satisfecho el
reclamo de su naturaleza, fue mucho más tranquilo. Elise parecía muy decidida a
aceptar la limitación de su nueva dieta, pero se le notaba comprensiblemente
incomoda y definitivamente, luchando contra su lado salvaje. Así que, luego de
un consenso, decidieron que sería mejor retirarse a Alaska. Al menos durante el
primer año de ella, cuando se hallaría más inestable.
Se
mudarían en dos semanas. Todos, excepto Rosalie y Emmet. Ella deseaba mantenerse
cerca de los Renaud.
Orgullosa
como era Rose, se había guardado para sí el cambio que había experimentado
durante el desahucio de Elise. Enternecida y suavizada en su rabia, abrazando
con dicha la oportunidad de cerrar el círculo en su violento pasado.
Elise
estuvo de acuerdo sin objeción alguna. A ella le estaba negado volver a verlos.
Y advertir, cuán decidida estaba Rose a cuidar de su familia, fue motivo para
agradecerle eternamente.
Unos
días antes de partir al norte, Edward acompañó a Rose para despedirse de los
Renaud. Sentando también con ello, las bases para su eventual desaparición.
Sylvia
y Karl los recibieron con gusto, pero en la silenciosa casa se podía sentir la
tristeza dejada por la muerte de Elise. Al leer los desolados pensamientos, Edward
se sintió muy afortunado de contar con su hermana para procurarlos. Sabía que
la felicidad de su mujer estaba ligada al bienestar de ellos, y darle esa
tranquilidad era un regalo que él deseaba fervorosamente, hacerle.
-…Sylvia,
Karl. Yo, no sólo he vuelto para saludarles, sino para despedirme…
Les
dijo Edward casi cuando concluía la visita. Ambos padres le miraron conmovidos.
Sabían que el trance era muy difícil para él también y aquella noticia, era
hasta cierto punto comprensible.
-¿Qué
vas a hacer ahora Edward? ¿Cuáles son tus planes? – Le inquirió Karl.-
-Yo,
bueno. Mi abogado me contactó para plantearme algunas cosas y luego de
meditarlo, tomé una decisión. Voy a volver a Europa. El negocio que construimos
con Elise necesita de mi atención y he optado por mantenerlo.
-Haces
bien hijo. Elise no habría querido detuvieras tu vida por su causa.
-No
es eso lo que me motiva en realidad Karl. Sino que, de hecho, quiero cuidarlo
para darles la mitad de las ganancias a ustedes.
-¡¿Cómo
dices?! No. No hagas eso Edward.- Rebatió Sylvia, incrédula.- No es necesario.
-Sylvia.
Es que está hecho. Esa es la indicación que ya le di a Jenkins, mi abogado.
-Edward.
Tú necesitas ese dinero más que nosotros. Eres joven aún, te falta mucho por
vivir y no tienes idea de qué pueda pasar en el futuro.
-Karl,
no sé si Elise se los dijo alguna vez. Pero yo tengo bastantes recursos ya,
gracias a la herencia de mi madre. Y esto, no me afectará en lo más mínimo.
Además, se lo prometí a ella antes de volver a América. No voy a faltar a mi
palabra. Entiéndalo por favor.
La
discusión no se prolongó mucho más al plantear Edward como aquella idea
supuestamente había sido de su hija y se sintió satisfecho cuando ellos
accedieron finalmente, aún muy desconcertados. Esa acción la había pensado él
mucho antes de que todo se hubiera complicado con Elise. Darle a su familia esa
estabilidad financiera era poco en comparación de lo que ellos le habían
regalado sin saberlo.
Ahora,
una vez puesto en marcha el plan, podría contárselo a ella y verla sonreír,
ante la obvia pena que le causaba el tener que renunciar a su familia.
-…Y
yo estaré cerca con Emmet, para lo que sea que necesiten Sylvia. Aunque al
parecer mi familia se está mudando hacia todos lados al mismo tiempo. –Añadió
Rosalie, que ya había explicado se instalaría a las afueras de la cercana
Seattle, próximamente.-
Poco después, se despedían entre apretados abrazos humanos.
Dejando a los Renaud confundidos ante tanta novedad y con una íntima sensación
de esperanza. La cual iría revelándose con mayor fuerza al paso de los meses,
con Rose y Emmet constantemente presentes en sus vidas, para ayudarles a
aceptar y aprender a sobrellevar la pérdida de su hija.
Mientras
tanto, ya en Alaska, una Elise se aplicaba día a día en someter al vampiro que
era ahora. No le fue fácil, porque simplemente, eso, no lo era. Además, su
temperamento emotivo y espontaneo le creaba retrocesos en ocasiones, pero jamás
falló en controlarse. Aferrándose para ello, al recuerdo del horror que sintió
cuando ella misma había estado a punto de ser la víctima de la sed.
Conforme
fue avanzando en su dominio, también fue evidente que junto con ella habían
sobrevivido su fortaleza y bondad. Así como su pasión por la vida. Convirtiendo
su idilio con Edward, en avasalladores encuentros íntimos que los aislaban del
mundo, hasta que ella no podía resistir más su necesidad por la sangre.
Meses
pasaron en ese esfuerzo, tornando gradualmente el atemorizante color rojo de
sus ojos, a uno de tintes violáceos. Muy cercano al azul claro que había tenido
ella antes, debido a la abstención. Otro fruto de su tenacidad, fue la
desaparición de la escolta preventiva del clan en sus cacerías. Reducida ésta, a
las capacidades de Edward, para satisfacción de Elise. Y gracias a ello, ahora
podía disfrutar del sol que tanto amaba, en la vasta soledad de las montañas.
Más
de un año después, aún y cuando la sed quedó completamente dominada, ninguno de
los dos expresó deseo alguno por concluir el exilio. Aquella lejana ubicación
era perfecta para sus ardientes pasiones que no menguaban y para reconocerse en
la nueva dualidad en que existían. La cuál mostraba a un Edward liberado. Quien
no encontraba determinante ser mucho más antiguo que ella, porque estaba
consciente, que por primera vez desde su muerte humana, se hallaba entero. Y
que su paso de más de doscientos cincuenta años por el mundo, poco tenía que
ver con la vida completa de la que ahora gozaba, gracias a Elise.
Por
su parte, ella, comenzaba apenas a entender que los límites en los que antes creía,
habían sido falsos. Sintiendo mil veces más intensas las emociones que la
habían hecho tan excepcional cuando había sido humana. Desbordándose en amor
por Edward y la vida misma, que tanto había apreciado siempre.
Tres
años transcurrieron sin sentirlo, para cuando la, invitación, llegó desde un remoto poblado en Italia. Al reconocer
la obligación que ésa implicaba, Edward se vio forzado a plantearle a Elise el imprevisto
retorno a Europa.
Así
que luego de una de una cacería, mientras descansaban sobre el pasto mirando el
brillante cielo, le dio la noticia que cambiaría otra vez sus vidas.
-Elise…
Hay algo que debo contarte.
Ella
giró su cabeza en su dirección, al notar la leve irritación en la voz de él.
-¿Qué
sucede?
-Es
Aro.
-¿Aro?
El
nombre vibró en su mente, con una remota sensación de inquietud, de la que no
estaba segura de su origen.
-¿Lo
recuerdas? Alguna vez te hablé de él cuando te revelé quién era yo.
Elise pestañó varias veces, haciendo una mueca con los
labios al esforzarse en aclarar la ridícula imagen de una vieja película de
horror en su cabeza.
-Aro…
¿El rey, de los vampiros?
Edward
torció una sonrisa. Aquél título seguía causándole gracia.
-Sí.
-¿Qué
hay con él?- Preguntó ella, enderezándose con curiosidad sobre su codo.-
-Quiere
conocerte.
-¡¿A
mí?! ¿Por qué?
-No
es exactamente una petición Elise. En realidad, debo llevarte con él ahora de
que se ha enterado de tu transformación.
-¡Cómo!
¿Sabía de mí? ¿Desde antes?
-Pocas
cosas se le escapan a Aro, Elise. Pero no hace alharaca de nada, a menos que
considere la existencia de un peligro.
-Quieres
decir, que, ¿piensa soy un riesgo?
-No.
No es eso. Es simplemente que tienes que, reportarte, digamos, con él.
Elise
rió entre dientes, aliviada.
-¿Es
acaso algo así como pasar lista, Edward?
Él
negó con la cabeza. Aro no era algo para tomar a la ligera, jamás.
-No
Elise. Aro… Él es especial, como Alice o como yo. Él tiene la capacidad de
percibir si alguien puede ser una amenaza para nosotros.
Elise
respingó sorprendida. Dándose cuenta de que hasta ese momento, había
prácticamente obviado el conocimiento sobre la especie a la que ahora
pertenecía.
-¿Y,
qué pasa si eso sucede?
-Aro
no duda en destruirlo.
-¿Aún
a uno de los suyos?
-Principalmente.
-¡¿Por
qué?! ¿Estoy en peligro acaso?
-No,
para nada. Tú has logrado dominar la sed. Y de hecho, Aro nos considera
divertidos en nuestras preferencias. Lo
ve como una competencia menos contra la fuente de su alimento.
-Edward…
¿Cuántos somos? Es decir… ¿Hay muchos de nosotros por ahí?
-No
hasta donde sé. Nuestros instintos nos previenen de incurrir en esa acción. En
realidad creo que no pasamos de una centena en todo el mundo. Y casi todos
viven en el viejo continente.
-¿En
serio? Pensé que serían más.
-No.
Un número cuantioso de nosotros diezmaría a la población humana en poco tiempo.
Así que de hecho, está prohibido crear sin control a los de nuestro tipo. Nuestro
clan es innegablemente el segundo más numeroso luego del de los Vulturis.
-Ellos…
¿Son muchos?
-La
trinidad gobernante, sus consortes, una guardia y unos cuantos aspirantes que
rara vez terminan por cumplir sus sueños.
-Son,
¿de los vampiros malos?
Edward
hizo un gesto especulativo al contestar.
-Son como se supone es la especie. Ellos no se ven a sí
mismos como malos. Simplemente, como al eslabón por encima de la humanidad.
Pero Aro se ha vuelto un poco paranoico últimamente, desde lo que considera el
despertar intelectual de las personas. Sabe que si nos descubren, los hombres
con sus avances tecnológicos, serían perfectamente capaces de exterminarnos.
Así que desde hace unas décadas, cada nuevo vampiro debe ser presentado ante él
y ser juzgado, para luego hacerle jurar seguir las leyes incorruptibles de los
nuestros. El secreto y la discreción.
-Yo
no pienso volverme loca, tú lo sabes. Y no quisiera tener que alejarme de, mi
familia, de Rose…
-Sí,
sabía que esto te causaría dolor Elise, pero él necesita verte por sí mismo.
Así que, ahora que se ha comunicado con nosotros, tenemos unos cuantos meses
para presentarnos allá. De lo contrario, él sería capaz de mandar a sus
cazadores para castigar nuestra desobediencia.
-¿Cómo?
¿En verdad haría eso? ¿No le bastaría tu palabra?
-No.
Si nos negamos, estaríamos condenando a muerte a toda la familia, por
protegerte.
-¡Dios,
no!
-Lo
siento Elise. Pero ahora es indispensable marcharnos y permanecer en el área,
hasta que él se convenza de que lo que percibió en ti no va a cambiar
súbitamente.
Elise
se desplomó sobre el pasto, abrumada. Aquello era algo inesperado y difícil de
conciliar, porque significaba desaparecer verdaderamente. Más no iba a permitir
que dañaran a los Cullen por culpa de su egoísmo. Sopesando la situación, aceptó
que el tiempo sí había transcurrido y que seguramente a Rose y Emmet, ya les
estaría empezando resultar muy complicado seguir fingiendo una edad que no
cuadraba con sus juveniles apariencias.
Molesta
y luego de unos minutos en silencio, se volvió hacia Edward, que había ejercido
todo su control para respetar sus pensamientos. Y con una sonrisa no muy resignada,
se dirigió a él.
-Está
bien, Edward. Hay que fijar la fecha para regresar a Europa. ¿Y sabes algo? -Hizo
un mohín para espantar el malestar que aquello le ocasionaba, antes de
continuar.- Una vez allá, cuando estemos libres de la presión de Aro, no voy a
cansarme de enviarles regalos a todos. En especial a Alice y Rosalie. Les debo
mucho…
Él
sonrió, orgulloso de su mujer. Entendiendo el rumbo de sus palabras, sin
interrumpir su desahogo.
-Supongo
que lo sabes, pero lo que está haciendo Rose me llena de agradecimiento. Es por
ella y por lo que me envía, que puedo ver a mis padres sonreír. ¿Lo entiendes,
no es así?
Edward
asintió comprensivo. Recordando también el secreto de su hermana, que había
prometido no decir. Y no sólo porque Rose lo había amenazado con arrancarle la
cabeza si lo hacía, sino por respeto. Él más que nadie sabía lo que las
oportunidades de un cambio implicaban y lo que eso significaba para Rosalie.
-Elise,
algún día sabrás lo que tú le regalaste a ella. Y entonces comprenderás que ya
estas a mano desde hace mucho… Pero adelante, sé que Rose lo apreciará, igual
que Alice.
Elise
hizo un mohín más no replicó. Estaba acostumbrada a que él supiera cosas. Y
meditando al respecto, se mordió ligeramente los labios. Necesitaba sacarse de
la cabeza la perturbadora imagen de Aro y juzgó que sería bueno cambiar de
tema. Así que se enfocó en algo que
había surgido recientemente en sus recuerdos. Una duda sobre sus difusos días
humanos.
-Edward…
Yo, quiero preguntarte algo. No tiene nada que ver con los Vulturis ni nada de
eso, sino… Hum… -Suspiró con los labios cerrados. Aún le causaba molestia la
imposición, pero no iba a dejar que eso le arruinara su felicidad.-
-Dime.
¿Qué sucede Elise?
-Es
que... –De repente, el nervio se apoderó de sus labios con un cosquilleo
travieso que sobrepasaba todo mal sabor que aún pudiera quedarle en la boca. Un
brillo juguetón invadió sus ojos, dudando si era prudente mencionar aquello. E
inquieta, torció su tímida sonrisa en una mueca divertida.-
Edward
se reacomodó hasta sentarse completamente. Con sólo observarla supo que verdaderamente
Elise estaba hablando de otra cosa. Y aunque sintió la tentación de espiar sus
pensamientos, se abstuvo, como habían acordado desde hacía mucho.
Aguardando
curioso, la vio cubrirse repentinamente el rostro con las manos, gimiendo. En
un gesto delator menguado por la carcajada nerviosa de ella.
-Bueno.
Es que últimamente he estado pensando en algo y ahora, con todo esto de los
Vulturis, creo que es un buen momento para planteártelo. Sé que en realidad no
es necesario y que quizá resulte muy complicado pero… ¿Qué opinas de la idea
de, bueno, de casarnos algún día? Sorprender a Aro con esa novedad… Tal vez, cuándo…
No sé, ¿una década de éstas?
Edward
quedó boquiabierto ante el planteamiento de ella. Tratando con todas sus ganas
y fallando miserablemente, de tragarse la sonrisa que quería controlar en sus
labios.
Elise
le miró dudativa y traviesa. Con aquellas confusas imágenes de una íntima y
bella ceremonia, efectuada en un verde paraje aislado en un risco de una
montaña, bailando como el sueño que seguramente eran, en su cabeza. Una hermosa
fantasía donde los últimos rayos del atardecer pintaban el cielo de tonos rosas
y púrpuras, antes de ceder al anochecer,
dejándolo convertidos en marido y mujer. Cambiando esa ilusión en pesadilla, al
oír la derrotada voz de Edward rogándole no lo abandonase ahí, solo.
-Elise.
La
chica se mordió los labios, inquieta. No iba a hacer un escándalo si él
rechazaba la propuesta, pero necesitaba sacarse del pecho esas ambiguas
emociones de felicidad y tristeza, que ese extraño sueño o recuerdo, le
ocasionaban.
-Espero
me perdones por esto pero, no te lo había dicho antes, porque estaba esperando
por el momento correcto para contártelo.
Elise
arqueó las cejas, desconcertada. ¿Qué estaba pasando? ¿No se suponía que él
tenía que responderle simplemente, con un sí o un no?
-¿Qué
sucede ahora?
Edward
se cohibió inesperadamente. Sintiéndose sumamente nervioso por lo que iba a
confesar y la reacción de ella al respecto.
-Es
que, Elise… Ya estamos casados.
Ella
pestañó varias veces al oírlo.
-¡¿Cómo
dices?!
-Yo…
Me atreví a pedírselo a tus padres cuando estabas en el hospital. Comprende, en
esas horas de angustia me pegué a tus pensamientos y en ellos vi, una maravillosa
imagen en tu mente. Y con la esperanza de que reaccionaras… Bueno, es que antes
no tuve el tino de pedírtelo a tiempo. ¡Y...! Ahora me has vuelto a ganar.
Elise
dejó de sonreír al acto, para espanto de Edward. ¿Lo había arruinado todo para
ella?
-Entonces…
-Susurró Elise.- ¿Es verdad? ¿No es una de mis alucinaciones?
Ahora
fue Edward el que se quedó sin respiración. No era posible que ella recordase,
¿o sí?
-Mi
esposo…- Dijo ella, acariciando la palabra con incredulidad. Cerrando los ojos
un instante. Aferrándose al obtuso recuerdo que seguramente no se parecía a lo
que había sucedido en realidad y finalmente volviendo a sonreír.- ¡Mi esposo! –Pronunció
de nuevo con más fuerza y orgullo.-
Edward
recuperó el aliento al ver como ella comenzaba a irradiar felicidad. Estaba
dispuesto a rogarle a Alice recreara toda aquella fantasía de su mujer, si Elise
lo sugería si quiera. Más no contaba con el espontaneo salto de ella sobre él,
dejándolo noqueado bajo su cuerpo, para besarlo con pasión.
No
volvieron a casa en horas, ocupados en quemar con hielo el aire alrededor suyo mientras
se amaban. Pero obviamente Alice los esperaba afuera de la misma, apretándose
las manos, apenas contenidas y llena de regocijo. Ambos sonrieron con
complicidad bajo su abrazo al verla ahí, dispuesta a ofrecer lo que fuese con
tal de que no dejaran sólo en el aire, la posibilidad de llevar a cabo una
digna boda feliz para ellos dos.
Edward
y Elise accedieron, pero sin decirle cuando se llevaría a cabo esa. ¡Al fin y
al cabo, ella sería la primera en enterarse cuando ellos se decidieran!
Dos
meses después, retomaron la magnífica travesía que había iniciado juntos años
atrás, cuando Elise era aún humana. Decididos a no permitir que Aro les
arruinara su felicidad con sus manías.
Por
su parte, Rose, en verdad había utilizado
el tiempo cerca de los Renaud, para ayudarlos a aceptar la partida de su hija.
Haciéndoles confiar en que el amor no conocía la muerte y que estaba bien
seguir adelante.
Gracias
al esfuerzo de ella, poco a poco la vida se había normalizado en el hogar de
Elise y hasta había logrado que Franco no renunciara a la universidad, para cuidar
de sus decaídos padres.
Había
sido gracias a la generosidad de Edward y Carlisle, que una inesperada beca le
fue otorgada a Franco para integrarse el semestre de primavera, en su opción
favorita. Adjudicándola como resultado del apoyo de una fundación, luego de los
desafortunados eventos familiares.
Fue
gracias a la fiera promesa que la impresionante Rosalie le hizo, que él
finalmente aceptó. Convencido de que ella y Emmet estarían ahí para sus padres,
como si la misma Elise no se hubiese ido nunca.
Así
que resultó muy inesperada y penosa para todos ello, la despedida de Rosalie y Emmet, de la vida de
los Renaud. La cual, vino de la mano de una supuesta desgracia años después,
para cuando Franco estaba por terminar
sus estudios.
Para
ese entonces, lo que creían saber Sylvia y Karl respecto a su efímera familia
política, era que Alice y Jasper vivían en Nueva York. Con ésta intentando
hacerse camino en la industria de la moda y él, trabajando en un pequeño bufete
legal con muchos casos pro-bono que, aunque no dejaban mucho dinero, sí lo
hacían en satisfacciones.
De
Carlisle y Esme tenían entendido residían parcialmente en un pequeño poblado de
Alaska y parcialmente, en otro cercano a Port Angels. Trabajando él, como un
médico excepcional, interesado más en ayudar, que en hacer renombre y con una
maravillosa esposa que lo apoyaba en todas sus campañas humanitarias.
Y
finalmente, que Edward seguía en Europa, de donde algunas pocas veces se
comunicaba para saludarles. Trabajando arduamente en su negocio y siempre
aportando una buena cifra monetaria, a la cuenta que le había abierto a disposición
de los Renaud.
En
base a esa supuesta información, se creó la historia para que Rose y Emmet,
tuvieran que retirarse definitivamente, de la convivencia física, con la
familia de Elise.
Aquella
noche de primavera, cuatro años después de la muerte de Elise, Rosalie les comunicó con gran tristeza
a los Renaud, una tragedia más. Edward había fallecido en un accidente
automovilístico cerca de la ciudad de Estambul. Y que sus padres estaban
viajando en ese momento hacia allá, para recoger el cuerpo y finiquitar sus
asuntos legales.
Al
mes de eso, Carlisle y Esme llegaron a visitar a los Renaud, acompañados por
Rose y Emmet. Recibiendo un empático y muy sentido pésame al instante. En su
estadía, Carlisle les contó brevemente que mientras desmantelaban el
departamento de Edward, habían encontrado una carta de Elise para ellos.
Traspapelada entre viejos papeles de su hijo.
Sylvia
y Karl se cimbraron al escuchar eso y temblaron de emoción cuando éste se las
entregó. Ellos no esperaron a que la visita terminara para abrirla y lloraron
de emoción al leer lo que su hija había escrito.
En
ese largo y conmovedor mensaje, Elise les confesaba sus encontrados
sentimientos, mientras se encontraba luchando contra el cáncer y siendo muy
feliz al lado de Edward. Refiriéndoles lo conmocionada que se sentía de saber que
él estaba dispuesto a permanecer a su lado, todo el tiempo que les restara. Y
cuanto se entristecida de saber que tarde o temprano iba a dejarlo solo, para
siempre.
Les
decía también, cuanto les amaba a ellos y lo agradecida que estaba por todo lo
que habían hecho por ella a lo largo de su accidentada vida. Pidiéndoles perdón
por haberlos dejado fuera en el final de la misma, solo porque no quería verlos
sufrir nuevamente, a causa de de una batalla perdida. Ella había escogido la
vida y no la muerte. Y les rogaba hicieran lo mismo, una vez que ella
falleciera.
Deseaba
saberlos felices, porque de otro modo ella estaría muy triste, a donde quiera
que fuese una vez que se hubiese ido. Explicando que no quería llanto en su
hogar, porque ellos le habían enseñado a sonreír y amar y agradecer lo que cada
día traía. Suplicándoles absorbieran ambos ese precepto para sí y que comprendieran,
que si ellos no se aferraban al momento en que ella muriese, sino a las muchas
alegrías que compartieron, la mantendrían viva y plena en su memoria.
Sylvia
y Karl lloraban profusamente cuando acabaron de leer la conmovedora misiva.
Entendiendo bien la petición de su hija. Era lo mismo que una y otra vez, les
había repetido Rosalie. E interiormente, supieron que estaba bien seguir
adelante.
Pasada
esa conmovedora revelación póstuma, los Renaud recibieron otra novedad igualmente
de sorpresiva de boca de Carlisle. Edward les había dejado a ellos y a Franco una
pequeña fortuna, que era el resultado de su trabajo en el extranjero.
Karl
quiso de inmediato impugnar esa resolución, alegando lo injusto e incorrecto
que eso le parecía, pero Carlisle le dijo que estaba hecho y que si su hijo
había considerado honrosa esa decisión, la aceptaran gentilmente. Como muestra
de afecto para con su hijo y el amor que él le tuvo a Elise.
Eventualmente,
los Renaud se quedaron sin argumentos para rebatir y aceptaron incrédulos, su
nueva situación financiera. De la cual, se enterarían más adelante a través del
Sr. Jenkins, era lo suficientemente holgada, como para no tener que preocuparse
nunca más, por nada que ésta pudiese
solucionar.
Gracias a ello, Rosalie pudo despedirse también. Explicando que ella y Emmet se
mudarían a Europa, para seguir los pasos de su hermano, con sus propios fondos.
Prometiendo mantenerse en contacto y cumpliendo su palabra cabalmente durante
años venideros. Para resignada conformidad de ella misma y de Elise, al saber
cumplir a los Renaud, con la promesa de vivir a plenitud el tiempo que les
quedara por delante, en homenaje a su hija.
Así
pues, una dichosa y congelada en el tiempo bellísima Elise, sólo retornó secretamente
al lado de de sus padres para despedirse de ellos, cuando el tiempo de cada uno
llegó. Ayudándoles con su amorosa sonrisa a partir en paz.
Y
robándole un mimo, al pequeño niño que quizá no descubrió por sí mismo el
inusitado brillo entre los árboles, proveniente de una dulce hada pelirroja, durante
el entierro de su querido Abuelo Karl.
Edward y Elise vagaron por el mundo, perenemente enamorados
el uno del otro. Siempre marcados por su increíble historia de oportunidades
improbables. Derrochando felicidad y pasión en sus eternas vidas, hasta que
efectivamente, el tiempo se olvidó de ellos. Más no así, el amor.
Y
con esto dicho, llega aquí el final de su historia vista detrás de los ojos
azules. Uno, que durará, eternamente.
FIN
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Estoy sonriendo.
Espero les haya gustado este cuento. Cuyo final me sorprendió a mí
misma, empeñándose en ser feliz y hacerme renunciar al trágico desarrollo que
originalmente tenía previsto.
Por lo mismo, ya no escribiré ese, en que las cosas terminaban de un
modo más lógico. Aunque no tan generoso con nuestros queridos Edward y Elise.
Les dejo cariños y en verdad, me gustaría verlas despedirse junto
conmigo de ésta historia, en sus
comentarios.
Las quiero: Sissy
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La pieza que me acompañó magistralmente en éste cierre es la de “Con Te
Partirò” (Time to Say Good-bye). Interpretada por Andrea Bocelli y Sarah
Brightman. Doy gracias a mi padre, que me inculcó el amor por la música y me
abrió la puerta a ese bello mundo y lleno de magia.
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23 comentarios:
CHICAS, LLEGÓ EL FINAL.
DE MOMENTO, SOLO LES DIGO ESTO, PORQUE QUIERO ESPERARME A SABER DE USTEDES Y CONTESTARLES A CADA UNA, AQUÍ MISMO.
AGRADECIÉNDOLES SU COMPAÑÍA Y PACIENCIA DURANTE ESTE AÑO Y MEDIO EN QUE SE HIZO LA PUBLICACIÓN.
LAS QUIERO MUCHO Y LUEGO LES DOY UNA NOTICIA. POR MIENTRAS, LAS ESPERO CON ANSIAS!!!
CARIÑOS: SISSY
Sissy me gusto demasiado el final, uuff yo me imaginaba lo peor q Elise se muriera y Edward no aguantaba mas y se dejaba morir jeje q mente mas perversa tengo pero no creas asi lo pense, pero x dicha eso no paso, me encanto como todos quedaron felices y contentos y esta pareja q al fin supo seguir adelante con su amor a pesar de los obstaculos, muy lindo el final, muchisimas gracias x querer compartir con nosotras este esplendido fic, saludos y te mando un fuerte abrazo Sissy!!!
Sissy gracias....por este final que elise se merece q personaje tan maravilloso creaste una bondad y entrega q como me hizo llorar una historia congruente sin cabos sueltos y estructurada q muestra la escritora fabulosa q eres muchas gracias por tu tiempo y entrega...súper fan y espero tu próxima aventura xoxo. Lizzz. México
Holissss Sissy!!! estoy llorando de emocion y alegria!!! el final fue hermoso, ellos juntos y enamorados y al mismo tiempo lograste hacerlo tan real y unico por que logro imaginarlo y verlo en verdad muy real, logrando que fantasia y realidad se unieran creando algo tan magnifico y unico que es irrepetible!!! en verdad muchisimas gracias por dejarnos conocer esta hermosa y maravillosa historia que nos lleno de tanta dicha nervios tristezas alegrias sin fin!!! Eres increible como escribes, como logras transportarnos y sentir que no solo somos meros espectadores si no logrando sentir que somos en verdad parte de toda esta magnifica historia y sentir ver como Elise o Edward!!! Me llena de dicha verlos juntos felices sabiendo que todo esta bien y que ellos pueden vivir su amor eternamente siempre tan juntos y enamorados y ver a Edward tan feliz y completo al Lado de una maravillosa Elise que se gano hace tiempo nuestro corazon!!! Sissy sigue escribiendo brindandonos magnificas y hermosas historias llenas de amor y calidez y sobre todo mucho sentimiento gracias por seguir compartiendo con nossotras tus historias mil gracias Kissitos!!!
P.D. a la espera de una nueva historia :)
Ai sissy el caputilo fue espectacular, no keria k acabara :( pero me encanto saber que porfin edward y elise podrian estar juntos y sin complicaciones, me preocupe con la mencion de aro pero todo quedo bien ajajja fue lindo todo lo que se preocuparon por que la familia de elise estubiera bien y que aun en el final ella pudo despedirce de ellos... ojala que en algunas decadas tengan otra boda que elise pueda recordar mejor jajaj asi como rous y emmett en twilihgt jajaja
Sissy k puedo decirte la historia completita fue exelente me da tristeza que acabe... pero mucha felicidad ser de las afortunadas que pudo leerla y disfrutar de tu talento, MIL GRACIAS Sissy por compartirla con nosotras
Y no es precion pero espero que no sea lo ultimo que escribes y nos compartes, espero leer pronto el inicio de otra exelente historia tuya jajaja
Saludos sissy y muchos abrazos
Maty
Sissy!
Ay! Anoche lloré a mares antes de dormirme!
Qué final tan bonito contaste!
Te juro que lloré en varias ocasiones mientras iba leyendo bien emocionada. Es que, está perfecto. No dejaste nada suelto. Todo cerró y esa sensación de despedida que se percibe en el capítulo es muy agradable, pero a la vez muy triste.
Me tienes impactada. Se ve claramente que tienes planeado el desarrollo del fic desde que empezaste a escribirlo, porque todo lo que contaste tenía relevancia en algún momento u otro y terminé por entender un montón de cosas que habían pasada desde el principio.
De verdad que has crecido mucho como escritora y sería un desperdicio si no te animas en algún momento a intentarlo con alguna editorial.Cuentas conmigo y seguro muchas más para apoyarte.
Creaste un final tan bonito y tan real que hasta me gustó más que el de Crepúsculo. Y eso es mucho decir, lo entiendes?
Rosalie... A mi no me caí nada bien y aquí, la amé por su ternura. Me encantó el chance que le diste de renovarse sin quitarle lo Bitch que ella es. Y fue divino verla así.
Alice, la respetaste al 100% y sigo adorándola.
Y de Elise! Qué bonitas fotos encontraste para enseñárnoslas. Así tal cual me la imaginaba. Me encantó verla transformada en vampiro y que no se la pusieras tan fácil como a Bella. Eso fue muy conveniente en la historia original y nunca me convenció. Tu narración de su despertar me tuvo en un hilo. No sabía si la ibas a dejar hecha un monstruo y temblaba. Qué bueno que los dejaste ser felices!
Mi Edward! sufrió tanto! Pero lo hiciste crecer, hacerse hombre. Aprender a amra y entender a su pareja y dejar de ser tan melancólico, para aprender a amar su existencia y a Elise.
Que bonito que los casaste y que los vas a volver a casar con ayuda de Alice. Eso me encantó! Me reí sabroso cuando imaginé a Edward atragantado de miedo confesándole que se habían casado cuando ella se estaba muriendo y luego todo bello, dispuesto a tenderse para hacerla feliz.
Me encantó la carta para los papás de ella. Lloré. Tengo mis pérdidas también y dejaste un lindo mensaje que lo voy a tener en cuenta para mi vida personal. GRACIAS.
Ay! Qué mas te digo? Qué lindo cuento. Gracias por contarlo. voy a extrañar horrores a Edward y Elise y voy a tener que releer todo el fic ahora que ya está completo. Para gozarlo como va, sin esperas y aunque ya sepa el final.
Un abrazote y espero pronto nos sorprendas con algo más de lo tuyo.
Marga de México
Woooowwwwww excelente capítulo me quito el sombrero y de pie 👏👏👏👏👏 muy fuerte.....
Mi querida Sissy aun estoy derramando lágrimas y con la piel erizada de tantas emociones que estoy sintiendo,por un lado muy feliz de haber tenido la oportunidad de gozar junto a ti con esta hermosa historia y a la vez triste por que ya no habrá mas capítulos esperando por leerlos, pero siempre estará atesorada en mi corazón porque llego a el y ahí se quedara por siempre ❤❤
Me conmovió muchísimo ver a Rosalie quedarse para dar su apoyo a la familia de Elize, como dijo Edward mas que hacerle un favor a ella fue una manera de sanar sus propias heridas y darse la oportunidad de superar cosas del pasado.
Álice como siempre entusiasta, alegre y buena amiga siempre ayudando a Edward a ser feliz.
Me gusto lo que hizo Edward para ayudar a la familia de Elize, darles la oportunidad de seguir adelante sin preocupaciones, así como ayudar a su hermano en sus estudios fue muy generoso.
Fue un final perfecto para una historia perfecta y maravillosa, ver por fin consolidado el gran amor de ellos, ver que el verdadero amor lo puede todo aun y cuando tenga que pasar por grandes pruebas, para Edward no fue nada fácil convencerla de su amor pero creo fue mas difícil darse cuenta el mismo de lo que ella realmente significaba para el, ella no solo lo salvo de sus fantasmas lo salvo de si mismo, de sus miedos, de sus culpas y solo así pude comprender lo que podía perder si ella moría.
Elize mi guerrera incasable, soy su fan siempre me encanto su valentía su coraje para seguir adelante a pesar de tantos malos momentos, siempre una sonrisa y una verdadera amante de la vida, y un gran ejemplo a seguir, que se merecía mas que nadie tener esta segunda vida para disfrutar y ser muy feliz y que mejor que al lado de su gran AMOR 💖💞❤
Feliz..feliz..feliz...
Excelente final mi querida Sissy que no hay palabras para describir lo que siento en estos momentos solo puedo decirte MIL GRACIAS por tu tiempo, por tu talento y por la oportunidad de gozar junto a ti.
Te quiero mi dulce amiga.
Besos
Sissy lo máximo!!! tenia tiempo q no m metía y comentaba en la blog xq estoy ful con el proyecto d grado, pero no podía dejar d comentar el final! m encanto tu historia! espero q sigas regalándonos mas d ella!!! Gracias por compartir una parte d ti con nosotras!!! muchos cariños para ti!
Salu2 desde Venezuela!
Sissy, que historia mas hermosa, y que hermoso relato, tan exquisitamente contado, amiga querida estas a años luz de cualquiera que con su pluma intente algo sobre el papel, amo tu prosa, amo los sentimientos que expresas sobre ellos, que suerte tiene este lugar de contar con tu arte mi querida Sissy
Como he sufrido con estos dos, y como lo he gozado también, gracias por regalarme esta historia, gracias por estas letras y estos sentimientos emanados de esta hermosa historia, de pronto quiero ser colorida, así de bella, para poder estar a su altura y soñar con el amor de ese Edward, ahí amiga, permítenos seguir soñando en las alas de tu pluma, no nos dejes sin tu magia
Gracias por todo mi Sissy, gracias Totales!!!
Te quiero
LAURA, HOLA!!
Pues no andabas tan errada. Esa era la idea original, e iba a ser un final mega dramático con una lección para Edward que había planeado y diseccionado como no tienes idea.
Pero ya ves, me dejé llevar por el romanticismo -por culpa de Coka- y luego me encantó como terminé plasmando las cosas.
Muchas gracias por tus palabras y por acompañarme pacientemente tanto tiempo.
Cariños: Sissy
LIZZZ, Compatriota!
Gracias por tus lágrimas y por tus ánimos. Eres de las que siempre ha estado ahí con tus palabras para acompañarme en mis loqueras.
Yo también te sigo, porque me encanta tu buena vibra.
Abrazos!
Cariños: Sissy
Hola Sissy!
Muchas gracias! es un hermoso final, gracias por hacerlo asi, de verdad ya me había estado preparando mucho para el drama y me tenias con el alma en un hilo, me había hecho a la idea de que como en la vida, no todo siempre sale como nosotros queremos y por su puesto no todo sale en favor de los buenos...
Así que estaba super preparada para el dolor, no te voy a negar que el imaginar el dolor de los padres de Elise hizo que mi corazón se contrajera, pero sabes? me encanto esta parte donde Rosse los apoya y lo enriquecedor que le resulta a la misma.
Me gusto ver como todos los engranes encajaban y poco a poco todo iba quedando en su perfecto sitio, me encanto el detalle de los chicos al no dejar desamparados a la familia de Elise, todo fue como debía ser...
Me hubiera gustado el encuentro con los Vulturi, ya vez como es una de golosa!!! pero asi esta perfecto!
Se queda mi alma tranquila, amando y disfrutando de una maravillosa eternidad con el amor de mi vida!
Nuestros sueños hechos realidad!
Es muy triste despedirte de una historia, lo hermoso es saber que son eternas y que siempre están hay cuando uno las quiere y las necesita!
Gracias Sissy, por regalarnos tu talento, por todo el tiempo que nos dedicas, por tu pasión, por tu coraje y esa gran fuerza que irradias! Gracias linda por compartir tu corazón con nosotras!
Siempre contigo y siempre para ti...
Un fuerte abrazo!
con cariño
Nancy Q.
ALTHENA!!!
Gracias a ti también por tus comentarios, desde... siempre!
Siento hermoso saber que disfrutas de mis tonteras con tanto aprecio. Y que te dejaste llevar por mi E & E y enamorarte de ellos con tu imaginación.
Un abrazote y de nuevo, gracias!
Cariños: Sissy
MATY!
Sí, soy una traviesas, pero en serio, jamás pensé usar a Aro para nada más que su rol de líder y para hacerlos volver, justificadamente, a su travesía. De otro modo, Elise no se habría separado voluntariamente de la cercanía de su familia hasta cien años después! Y eso hubiera sido otra historia... Ja, ja ,ja!
Muchas gracias a ti también por siempre estarte escapando de tu tiempo de trabajo para leerme y apoyarme.
Te dejo cariños!
Sissy
MARGA:
Hola! Es la primera vez que platicamos, pero te voy a decir que sí te he leído antes. Y te agradezco todos tus detalles. No sólo en los comentarios, sino por tus opiniones de respaldo.
Me alegro mucho de haberte dejado tantas emociones con mis palabras y de que te hayan gustado los giros que le di a algunos personajes. Rose tampoco es mi favorita, pero quería ayudarla a tener alguna redención y ofrecerle la paz con su pasado se me hizo un lindo detalle. Gracias por notarlo.
Y por lo que escribiste en el chat, veo que de verdad le entraste al meollo del cuento y no logré despistarte. Pero eso me alegra también, porque quiere decir que me diste oportunidad de crear algo "nuevo" de lo viejo y lo apoyaste.
Espero saber más de ti también y te dejo saludos, compatriota. ;)
Sissy
Mi BELL.MARY Querida!!!
No amiga, mil gracias a ti, por ser uno de mis granes apoyos aquí. Porque le dedicas tanto pensamiento y sentir a mis palabras y porque, aparte de todo, me dejas hacerte feliz un rato con mis cosas.
La Rose nunca se me hizo agradable, porque esa era su función en Twilight y tampoco me cayó bien con lo de Renessme -porque no me gusta el 4to libro-. Y entonces, decidí hacer algo por ella, para hacerla más agradable a mis propios ojos sin desproveerla de su vanidad. JA! JA! JA! Qué bueno que te gustó el cambio que le di a su historia!
Sabes? Elise, como ya te lo he contado, está en parte inspirada en mi amiga Flor, que falleció hace un año de complicaciones por un tumor en el cerebro. Ella era la persona más positiva y alegre que he conocido hasta hoy. Súmamente especial y muy querida por mi. Amaba la vida como no tienes idea y verla enojada, pero de verdad enojada, fue algo que sólo sucedió menos de cuatro veces en más de 15 años de amistad. Sigo extrañándola y de verdad, que en parte le hice un tributo a su alegría en mi Elise... Jamás pensé que ella ya no estaría aquí, hoy.
Te mando mil y un millón de abrazos pa' allá linda. Y mucho, mucho amor!
Sissy
4N0N1M0:
Gracias a ti, porque entre tantas presiones, te das el tiempo de caer por la casa y regalarme unas palabras de retroalimentación.
Un abrazo y suerte con los estudios!!!!
Cariños: Sissy
COKA - COKA- COKA !!!
Amiga mía, ya sabes que yo también te debo un montón. Por invitarme y presionarme a que empezara a escribir otra vez. Por acompañarme en mis momentos de miedos, de angustias, llantos y añoranzas. Por cuidar de mi ánimo, que ya ves como fluctúa de fácil a veces, con tu bendita risa y bromas.
Gracias por tus cumplidos y por tantas charlas donde nos hemos puesto a soñar y tontear juntas. Y por traspasar fronteras y hacerlas inexistentes en ésta amistad.
Te quiero mucho y gracias por darme espacio para soltarme y enloquecerme yo solita, cada vez que escribí y reescribí un capítulo, hasta el punto en que mi marido ha querido romperme la compu, el Ipad y hasta el celular del odio que le coge a mi tiempo dedicado a esto. JA! Si supiera él!!! Tú me entiendes.
Te dejo mares de abrazos y cariños, que siempre llegarán hasta tu fin del mundo, porque las olas no se detienen. Solo vienen y van.
Cariños: Sissy
NANCY Q!
AY! Es que, como le dije a Laura, no estabas nada perdida con tu intuición. Y mira que ya tengo bien comprobado que de verdad te metes hasta adentro y le buscas el ángulo exacto por donde iba yo! Ja, ja, ja!
Iba a ser un drama duro. Un perdón, pero con desamor y obvio, una herida de muerte dentro de un frío aprendizaje para Edward.
Pero ya ves, Coka estuvo dale y dale desde un principio, cuando le conté hace como 10 capítulos, como iba a terminar el fic, necia en que no matara a Elise. Bueno! Hasta me amenazó con no publicar si me empeñaba (ji, ji, ji). Te imaginas? El chiste es que terminé escribiendo un final feliz al que le puse tanto empeño, que me ganó. Ya no quise verlos despedirse, ni en mi blog. Jo, jo!
Te agradezco mucho tus largos comentarios de siempre y todo tu apoyo y te dejo muchos abrazos!
Cariños: Sissy
Mi querida Sissy soy yo la agradecida en dejarme soñar junto a ti y con tu enorme talento, que seria de nosotros si tus historias teclas guardarás solo para ti, es por eso que valoro mas que compartas estas hermosas historias.
Cree me que en verdad le hiciste un verdadero homenaje a tu amiga que estoy segura desde el cielo te ve y te manda todas sus bendiciones, es un gran ejemplo a seguir porque a veces nos quejamos por pequeñas cosas y no disfrutamos de las cosas que nos da la vida, Elize me dejo una gran enseñanza.
Siempre me alegraste mis días con tus historias así que te ruego danos la oportunidad de gozar una vez mas con tus historias. Por favor no importa cuando puedas sabemos esperar con tal de disfrutar de tus letras.
Te quiero amiga... un besote
gracias Sissy por esta maravillosa historia y por el tiempo y el amor puesto en ella y dedidaco a nosotras. Realmente estoy conmovida hasta las lagrimas y te ruego que nos sigas deleitando con tus letras. Junto con Coka y Alexa, sos mi escritora favorita y le has dado un aire fresco a mi amor por la lectura y a mis momentos de soledad, que antes me pesaban pero que ahora disfruto entrando a esta casa y leyendo una y otra vez sin parar. mil veces agradecida y esperando por mas..... muchos besos Lorena de Argentina
Coka! Sissy! Que cuento tan bonito! No suelo comentar pero no me pude quedar con las ganas aunque veo que se trata de una historia vieja.
Aíiíí!!! Me emocioné! Jamás creí que una historia sin Bella/Edward me iba a gustar, pero como jo amar a esta Elise! Uy! Si cuando estaba mas chica quise ser Bella, ahora quiero ser Elise.
Es, es una historia tan bien contada que hasta da tristeza ese claro y bien contado final que no deja nada al descuido. Y es que se acaba perfecto, pero los voy a extrañar mucho.
Gracias por hacerme soñar en mis noches despierta. Y ojalá haya pronto otra historia, eres muy buena de verdad!
Ana
Sissy! es la primera vez que te escribo y tengo que confesarte que estoy cautivada con todas tus historias,me han hecho sintir un sin fin de emociónes a flor de piel,se ha vuelto una adicción leerte (y tan sólo hace un par de semanas que encontré éste blogg) gracias por tus historias y espero actualices pronto las que están pendientes, un saludo desde México!
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