Hace 10 años fue la última vez que "nos visitaron" los Vulturi…Hace 3 años deje de crecer…
Hace 2 años que no veo a Jacob Black…
Hace un año que soy novia de Nahuel y…
Hace 2 años que no veo a Jacob Black…
Hace un año que soy novia de Nahuel y…
Dentro de 2 semanas me caso con él…y aunque lo amo, hay algo que no me deja estar tranquila… algo que me corta la respiración y no me deja dormir… ¿Me estaré equivocando?
Renesmee
*Todos los personajes y nombres le pertenecen a Stephenie Meyer
Mi nueva obligación
ORIGINAL DE KOKORO BLACK
Renesmee POV
Abrí los ojos lentamente. La luz me lastimó e
instantáneamente los volví a cerrar. Nuevamente intenté abrirlos y cuando
estuvieron abiertos, inmediatamente buscaron desesperados a Jake. Cuando caí en
cuenta de que estos nunca más lo volverían a ver, fue que me percate en donde
estaba.
El cuarto de Nahuel.
Me encontraba en Portland. Lejos de Forks, lejos de La Push,
lejos de la manada… lejos de Jake. El corazón me dolió. ¿Cuánto tiempo había
dormido? No podía recordar mucho, salvo la ensombrecida mirada de Nahuel afuera
de la casa de Jake.
¡Demonios! Mi corazón volvió a contraerse por ese recuerdo.
¿Nahuel? ¿Dónde se encontraba Nahuel?
Eché un vistazo, pero no lo miraba en la habitación. Volteé
a la puerta y alcancé a distinguir su pie por detrás del marco de esta. Me
estaba observando.
—¿Nahuel?— ¡Dah! ¡Qué tonta, quién más seria! pero es que la
verdad no sabía qué decirle.
Él se acercó al marco de la puerta y entró al cuarto a paso
lento y sigiloso. Su mirada era un enigma, un total y profundo enigma… no tenía
idea de que pasaba por su mente.
Se sentó en la cama, aun lado de mí. Su cara se miraba
demacrada y su cabello totalmente desmarañado.
—¿Cómo te sientes?— preguntó sigilosamente.
—Amm… bien, un poco mareada pero bien…— contesté con
nerviosismo.
—Llamé a tu familia, ya saben que estas aquí.
—¿Mi familia?— pregunté. Tenía una semana sin saber nada de
ellos.
—Sí, tú familia, esa que ha estado preocupada por ti, por si
no te acordabas de ella…
Mi corazón palpitó con fuerza y sentí mi alma quebrarse. Era
cierto, había sido muy desconsiderada. No me había molestado en llamarlos. Si
ellos estaban molestos conmigo… estarían en todo su derecho.
La verdad solo escondí mi cara. No tenía el valor suficiente
para enfrentarme a Nahuel en ese momento.
—Renesmee… yo…— dijo dudando. Trató de tomarme la mano, pero
se detuvo.
Su mirada cayó al suelo. Parecía como si tampoco tuviera el
valor de enfrentarme. Pero él no tenía nada de que estar apenado. La única
basura aquí era yo. La única que había fallado había sido yo. Yo era la única
que debía de estar apenada. Yo era la patética…
Sentí una pequeña lagrima correr por mi mejilla, me sentía
totalmente apenada con Nahuel. Era una situación demasiado incomoda. Quería
decirle tanto y a la vez nada.
Me sorprendió su mano recorriendo mi mejilla y quitando esa
lágrima que me había traicionado.
—Perdón, no quería ser rudo contigo… supongo que los celos
me cegaron— admitió apenado.
—¡No! Por favor… no te disculpes. La única que tiene que
disculparse soy yo…— supliqué soltando otra lágrima —perdón…— volví a decir
cerrando mis ojos dejando que se me escaparan dos lágrimas más.
Nahuel volvió a limpiarlas de mi rostro. Se acercó a mí y me
dio un abrazo. Me sorprendí demasiado, pero no lo rechacé sino todo lo
contrario, mis brazos actuaron por si solos y lo apretaron con más fuerza a mi
cuerpo.
¡Qué confusión me causaba su abrazo!
Rápidamente sentí como me soltó y se alejó de mi cuerpo
poniendo una mueca en su hermoso rostro.
—Perdón… pero, creo que sería conveniente que te metieras a
bañar… apestas— dijo poniendo otra mueca y tapándose la nariz.
Yo sabía que el olor a hombre lobo no era molesto en si para
nuestra híbrida especie. Pero, parecía que para Nahuel sí lo era… y mucho.
—Lo siento— contesté apenada.
—Te preparare las cosas para que tomes una ducha. Por cierto
te compre ropa nueva, ya que la que traes… pues… toda apesta. Escoge lo que te
pondrás, las bolsas están en el tocador— dijo con una apenas distinguible
sonrisa.
Esto no podía ser peor, todavía había ido a comprarme ropa.
Ese era el Nahuel que yo conocía. Dulce, noble y amable, sí, sin duda el Nahuel
del cual yo me había enamora… ¡Rayos! Mi corazón volvió a dolerme.
¿Por qué demonios no me partía un rayo en dos?
No sabía si mi corazón aguantaría tanto dolor y confusión.
—¡Ah! y Renesmee…
—¿Si?— respondí nerviosa.
—Carga tu celular, toda la semana te marqué como loco y me
mandaba al buzón, supongo que estabas muy ocupada para cargarlo, pero en serio
cárgalo, tu familia se muere por hablar contigo.
Mi cara se puso roja de la vergüenza. En serio que solo
había hecho estupideces la semana pasada. La mejor semana de mi vida, pero eso
no dejaba de convertirla en mi peor tormento y el peor tormento de los que me
rodeaban.
—Lo hare— contesté apenada.
Nahuel se dio la vuelta y salió del cuarto. Me puse de pie y
busque —en una de las bolsas que me había dejado Nahuel en el tocador— algo
para ponerme. Lamentablemente no encontré ningún pantalón, solo algunas faldas,
blusas y vestidos. Decidí ponerme un vestido de tirantes sencillo de color
amarillo con azul. Observé las otras dos bolsas y busqué en la más grande donde
me encontré con zapatos, escogí un par de sandalias que combinaban bien. Por
último di un vistazo a la bolsa que quedaba para encontrarme con ropa interior.
Reí internamente de imaginármelo a él en una tienda de lencería escogiendo que
tipo de sostén o pantaletas me quedarían mejor. Escogí un juego y me dirigí al
baño.
Nahuel iba saliendo del baño cuando nos encontramos en la
puerta de este. Bajé la mirada avergonzada.
—Todo tuyo…— respondió con tranquilidad.
—Gracias— respondí con timidez.
Me metí y cerré la puerta recargándome en esta. Mi corazón
palpitaba con fuerza, pero traté de ignorarlo mientras empezaba a desvestirme.
La tina ya estaba llena. Supuse que Nahuel ya lo había hecho por mí. Había a un
lado un par de toallas y casualmente mi shampoo favorito: de frutas, para ser más
específica: de fresas. Era curioso ver como Nahuel me conocía y que a pesar de
lo que le había hecho, él seguía teniendo detalles conmigo.
Traté de despejar la cabeza y me metí a la tina, poco a
poco.
¡Dios mío! Noté que tenía el cuerpo amoratado. Arañazos,
mordidas y moretes por los brazos, pechos, vientre, piernas y quien sabe por dónde
más… Di gracias de que el suéter que traía era de manga larga y cuello de
tortuga y Nahuel no se había dado cuenta. ¡Pero había escogido un vestido a
tirantes! Tarde o temprano los miraría. No sé ni porque me preocupaba qué
pensaría él de mí, si ya debía pensar lo peor. Nahuel ya sabía la clase de
basura que era.
Empecé a tallar mi pecho con suavidad rodeando una mordida
que tenía por ahí. Con la yema de los dedos empecé a acariciar la mordida
dándole forma a los labios de Jake.
Los labios de Jake, esos que podría besar noche y día y
jamás sería suficiente.
Sacudí mi cabeza, tratando de obligarme en no pensar en él.
Tallé mi cuello y sentí el collar del lobo y la niña. Lo tomé en mi mano, lo
acaricié con cuidado y los recuerdos empezaron a llegar como destellos de luz a
mi cabeza.
Me vi inundada de su aroma, sus besos y sus caricias. Las
lágrimas como siempre no se hicieron esperar.
—¡Jake! ¡Jake!— grité su nombre sin reservas.
Cerré los ojos y empecé a recordar cada detalle de su
perfecto cuerpo. Mordí mi labio tratando de recordar el dolor que me causaban
sus caricias. Su olor embriagador. Que tan delicioso se sentía tener mi cuerpo
atrapado entre la pared y su cuerpo. Su movimiento de cadera cuando me
penetraba en la cama. Sus últimas palabras en sueños: Te amo Nessie… adiós…
—¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ?— volví a gritar con todas mis
fuerzas.
—Renesmee, ¿estás bien?— se escuchó del otro lado de la
puerta. Era la voz de Huilen.
—Emmm …s-sí— respondí con voz entrecortada. —En un momento
salgo.
—Si necesitas algo solo házmelo saber— contestó
audiblemente.
—Gracias.
Escuché pasos. Supuse que se había alejado. Traté de
concentrarme en terminar de bañarme. No me gustaba mucho la idea de perder el
olor de Jake, pero tenía que hacerlo por mi bien. ¿Qué caso tenía seguir
torturándome conservando su olor? Me sumergí a la tina, resignándome a perder
su esencia para siempre.
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Me encontraba comiendo frente a frente con Nahuel. La
situación era un tanto rara e incómoda. Había dormido dos días seguidos. ¡Dos
días seguidos! Definitivamente estaban exhaustos tanto mi cuerpo, como mi
corazón.
Huilen me había interceptado saliendo del baño. Se asustó un
poco por mis marcas, así que me prestó una gabardina y unas mallas, las cuales
complementé con unas botas largas para que Nahuel no mirara mis moretones. Me
avergoncé mucho. Pero ella en ningún momento musitó nada, salvo comentarme el
detalle de que había dormido dos días seguidos.
Metí una cucharada de sopa a mi boca, mientras seguía
perdida en mis pensamientos.
Mi teléfono ya estaba prendido y se estaba cargando. Y ya
había recibido llamadas de tía Alice, tía Rose, de mi padre y la que más me
sorprendió la de mi madre. Todos coincidieron en su preocupación y en que si
cuando volvería a casa, pero… yo no quería volver. No me sentía lista para
enfrentar a mi familia, pero mucho menos quería quedarme con Nahuel, así que no
me quedaba de otra que volver a casa.
—¿Más agua?— me preguntó Nahuel.
—No gracias— respondí despertando de mis pensamientos.
Volví a concentrarme en comer y apresurarme para poder
regresar a Salem. Sin duda los últimos momentos cercas de Nahuel. Metí el
último bocado en mi boca y me levante a prisa.
—Estuvo muy rico, gracias…— dije mientras me paraba y
llevaba mis platos al lavabo.
—Agradécele a Huilen cuando regrese, ella fue quien lo
cocinó.
—Supongo que tú le pasaras el recado porque yo ya me voy…
Nahuel no contestó nada. Yo me dirigí escaleras arriba para
tomar mis pocas pertenencias poder irme. Tendí la cama donde había dormido y me
di la vuelta para encontrarme con Nahuel parado en el marco de la puerta.
—No te puedes ir todavía. Necesitamos hablar— musitó con voz
ronca.
—No creo que tengamos nada de qué hablar, creo que todo está
perfectamente claro. Tú y yo, ya no somos nada…— dije con amargura. Esas
últimas palabras me atravesaron el corazón.
—¿Eso es lo que crees?— respondió con la mandíbula tiesa.
—La verdad, ya no lo sé…— respondí con sinceridad.
—¿Ves cómo tenemos que hablar? Creo que tengo derecho a
preguntarte. A fin de cuentas sigues siendo mi prometida. Nadie ha roto el
compromiso…
A mí se me abrió la boca. No podía creer lo que estaba
escuchando. ¿Qué nadie había roto el compromiso? ¿O sea que Nahuel todavía
tenía planeado casarse conmigo? A pesar de todo, a pesar del adulterio… ¿él
quería estar conmigo? OK, oficialmente estaba confundida.
—Está bien, hablemos…— respondí.
— ¿Sabes? había estado como loco la semana que desapareciste
en Forks, ya que nadie sabía de ti y no contestabas el teléfono. Así que el
sábado que se cumplía la semana de que te habías ido… no volviste, decidí ir el
domingo por la mañana. Solo estaba preocupado, no creas que quería molestarte—
musitó con la mirada baja.
A mí se me cayó la cara de vergüenza. Nahuel preocupado toda
la semana por mí. Y yo me la había pasado tratando de no pensar en él.
Y para acabarla de fregar, ¿qué fue lo que encontró? A su
prometida acostándose con su ex-novio.
—Antes de cualquier otra cosa… Renesmee necesito saber… ¿tú
me amas?
¡Dios! ¡No podía a ver sido más directo! Se me arrugo la
frente, el corazón se me detuvo y no sabía que contestarle. No lo sabía. ¿Qué
sentía yo por Nahuel? La verdad no lo tenía claro. ¿Amor? ¿Amistad? ¿Cariño?
¿Agradecimiento?
—OK creo que empecé con la más difícil— dijo con una voz
triste… —Bien, mejor dime ¿Qué sientes por… él?
¡Dios! Eso sí que lo sabía bien, pero ¿cómo decírselo sin
lastimarlo? Porque no me cabía duda de que yo amaba a Jacob Black más que a
nada ni a nadie en este mundo.
—¿Para qué quieres saberlo?— respondí con una pregunta que
evadiera la suya.
—Supongo que por masoquista. No te preocupes no necesitas
responderme. Yo sé lo que sientes por él— dijo con la mirada baja.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me dolía tanto hacerlo
sufrir así. Quería mentirle, decirle que no lo amaba. Pero no podía. Mi amor
por Jacob era algo innegable.
—Dime Ren, si tanto lo… amas…— dijo casi escupiendo las
últimas palabras —¿Por qué estabas huyendo otra vez?
—Es… complicado. Y no quiero volver a hablar de eso…—
respondí con un nudo en la garganta.
Maldije la astucia de Nahuel. Se había dado cuenta de que
huía de su casa aun después de habérmele entregado.
—¿El muy infeliz te hizo algo?— preguntó apretando un puño.
—¡NO! — Respondí inmediatamente —No me hizo nada, pero él y
yo jamás podremos estar juntos. Nunca— respondí dejando caer las lágrimas que
tenía aprisionadas en los ojos.
Vi como una pequeña sonrisa se dibujó por su rostro.
Parpadeé y volví a mirar su rostro serio e inexpresivo. ¿Acaso había alucinado?
—Pues, si ya no piensas regresar con él…aun puedes quedarte
conmigo…— dijo levantando la mirada y acercándose aún más.
¿Quedarme con él? ¿Era en serio?
—¿Me estás hablando en serio?— pregunté incrédula.
—Sí, totalmente— se acercó hasta que su aliento rozó mi
cara. —No te pido que te cases conmigo, pero… quédate a mi lado.
—Yo… no puedo Nahuel, no sería justo para ti, ni para mí.
—Pero dices que no piensas volver con él, ¿cierto?
—Sí, pero eso no significa que no lo ame — me tapé la boca
rápidamente. ¡Rayos!
Vi como su boca hizo una mueca y casi escuché que su corazón
se había detenido.
—Lo siento…— pronuncié apenada.
—No te disculpes. Ya lo sabía, pero aun así… —me tomó el
rostro— déjame quedarme a tu lado. No creo poder resistir estar sin ti. Me
siento lo suficientemente capaz como para hacerte feliz. Además, te conozco y
no creo que quieras volver a tu casa. Cancelemos la boda, la fiesta y todas
esas tonterías… simplemente quédate a mi lado.
Volvió a acariciar mi rostro y sentí como sus labios se
acercaban poco a poco a los míos. Me asusté y quise hacerme para atrás, pero
mis piernas no respondían.
¡Por favor que alguien en el cielo me ayude!
Estaba estática mientras su aliento estaba a centímetros de
mi boca. ¿Quedarme con Nahuel? No sería justo utilizarlo, para olvidarme de
Jake. Además creo que jamás lo lograría. ¿Pero qué tal que si le daba la oportunidad
a Nahuel? A lo mejor…
No pude pensar más, porque los labios se Nahuel me habían
golpeado con todas sus fuerzas. Al principio me quedé estática, pero conforme
sentí su desesperación, mi boca empezó a moverse sola y a corresponderle el
beso.
¿Qué demonios sucedía conmigo?
Estaba besando a Nahuel. Y no me era difícil, de hecho era
tan fácil y sencillo dejarme llevar por sus carnosos labios. Cerré los ojos, y
dejé que fluyera todo. Se lo debía. Me apretó con fuerza a su cuerpo. Mis manos
pasaron a rodearle el cuello. El aire me faltaba.
De repente ya no me sentía yo misma. Traté de abrir los
ojos, pero no podía. Luché hasta poder abrirlos y cuando lo hice… solo miraba
todo oscuro. Traté de correr, pero no miraba nada ni a nadie. ¿Nahuel? ¿Dónde
estaba si hacia un momento nos estábamos besando? Alcancé a distinguir una luz
a lo lejos. Corrí desesperada por alcanzarla y miré a Jake. Mi querido Jacob
Black era la luz que miraba mientras corría asustada. ¿Jacob? ¿Qué hacía aquí?
No me detuve a pensar, corrí con todas mis fuerzas para alcanzarlo y tirarme a
sus brazos. En cuanto me abrazó, llegaron los recuerdos de nuestro alba juntos
como cuchillazos.
¡Mientes! ¡Suéltame! No esta noche… Esta vez no te me
escapas… Te amo… Nessie voy a hacerte el amor como nadie en la eternidad te lo
hará… Has que nunca olvide este día Jacob... No ocupabas pedírmelo, de todas
maneras pensaba hacerlo… Te amo Nessie… adiós… Yo también te amo Jake… hasta
siempre…
—¡NOOOOOOO! ¡JACOB!— grité saliendo del trance y vi mi brazo
en el pecho de Nahuel. El me miraba con expresión triste. ¡Rayos! Lo había
empujado.
—Así que a mí no me puedes besar sin pensar en él… pero bien
que a él te le entregaste sin siquiera dudarlo.
Volví a dejarme caer al suelo, y las lágrimas me
absorbieron.
—Lo siento… Ren— susurró Nahuel hincándose para ponerse a mi
altura.
—No… tienes razón, tienes derecho de reclamarme cuantas
veces quieras.
—No, no es así. Es que… ¡los celos! —golpeó el piso con un
puño— ¡son los malditos celos! —dijo con coraje en la voz—. Es cierto Ren, tú
me fallaste, pero yo también te estoy fallando a ti, por hacértelo más difícil
—Sus manos empezaron a quitar mis lágrimas de nuevo—. Tratare de controlarme y
darte tiempo y espacio… pero… Ren… quédate conmigo— susurró una vez más.
Consolarme en los brazos de Nahuel no era justo para nadie.
Pero yo estaba desesperada por tratar de olvidar a Jake. Además Jake debía de
saber que yo estaba con Nahuel para que nunca más me volviera a buscar. Lo
utilizaría y sabía que me arrepentiría por eso…
—Entonces, ¿qué dices?
—Está bien, me quedare contigo.
Vi como su rostro se iluminó y se acercó a abrazarme. Pero
antes de que pudiera hacerlo me separe de él.
—Pero… con una condición.
—¿Cuál?— preguntó temeroso.
—Casémonos el fin de semana.
—¿Estás segura?
—Totalmente.
Nahuel me miró desconcertado. Quizás ya no consideraba buena
idea quedarse conmigo. Pero yo necesitaba un lazo que me uniera a Nahuel para
poder concentrarme en él y olvidar mi pasado junto a Jake.
—Entonces, ¿qué me dices?— ahora pregunté yo.
—Está bien, será como tú digas.
Y se acercó para complementar el abrazo que tanto
necesitábamos.
Era la masoquista oficial de Forks, Salem, Portland, La
Push, o el mundo entero. Olvidarme de Jacob Black: Mi nueva misión en la vida.
Hacer feliz a Nahuel: Mi nueva obligación. De ese momento en adelante me
concentraría en mi nueva obligación. Única y exclusivamente en mi nueva
obligación: Hacer feliz a Nahuel.
Se lo debía.
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¿Qué tal? ¿Qué les pareció? Espero que les haya gustado.
Pues nuestra Nessie está hecha bolas y a lo mejor se arrepiente de las
decisiones locas que toma, pero en fin, es parte de la trama. ¿Ustedes que
hubieran hecho en su caso? Las dejo por esta semana no sin antes agradecerles a
todos en serio, que aunque nunca me
dejan reviews… sé que me leen y me apoyan moralmente^^ los quiero Hahahahaha
Besoos y bye.
Kokoro
6 comentarios:
Eeehhh! Soy la primera! y pues que puedo decir Kokoro me gusto muchooo este capitulo jaja especialmente la parte de las mordidas jaja
Muy emotivo, pobre Nahuel, la ama muchooo y esta dispuesto a todo por ella y pobre Reneesme indecisa y Jake! jaja por todos los cielooos...
Gracias x este lindo capitulo! Espero el proximo
hay no que doloroso, estar con alguien solo por agradecimiento, es uish, ojala nessie recapacite y piense bien las cosas,...
graicas kokoro por este capitulo que realmente de me dejo con el alma en la mano, pobre nessie, pobre JAKE, nahuel es algo masoquista pero pues la quiere y es un punto a su favor.....
besos.
Kokoro gracias por esta historia y Coka gracias por publicar otro capi.Que mas puedo decir que no haya dicho ya de este fic tan maravilloso, se que se me nota mucho pero no lo puedo remediar jeje...adoro a Jake y adoro esta pareja. Siempre me he preguntado que pasaría después de amanecer entre Jacob y Nessie y por eso adoro tanto esta historia.Es una pareja con un amor tan especial...ya que no solo están enamorados sino que también están imprimados y es algo maravilloso.Espero que Nessie recapacite y vuelva con su lobo porque de veras que para ella no puede haber nadie mejor que el...es cálido por dentro y x fuera jeje.Me pase de cursi creo...jeje menos mal que aquí todas me entienden y no se extrañan de estas locuras.Besos y se les quiere.Maria del Mar
Kokoro: Que buen capitulo, la verdad es que Nessie es, algo impulsiva y terca en eso se parece a Edward, obvio que la desicion de casarse esta muy apresurada y no es justo para ninguno de ellos, lo mejor es que triunfe el amor que ella recapacite y vuelva con ese lobo hermoso jejejeje
Alguna solución tiene que haber para ese problema.
Bueno Kokoro como siempre felicidades y espero leerte pronto.
Un cariñoso abrazo.
Isabella black
Que buen capitulo Kokoro, me ha gustado muchísimo ver que Nessie por fin se dio cuenta de lo mucho que ama a Jacob y entendió que sera difícil olvidar todo lo que vivió en esta semana con el, pero es una pena que tome una decisión tan precipitada y tan a la ligera solo para poder alejarse de el, sin duda una mala decisión porque casarte con alguien sin amarlo es horrible pero haciéndolo cuando estas totalmente enamorada de otro es una pésima manera de querer olvidarlo y prueba de ello es que no es capaz de besarlo sin pensar en Jacob....espero que por el bien de ella y de Nahuel piense mejor las cosas.
Gracias Kokoro por el capitulo y aquí estaremos esperando haber que pasa en el próximo...besitos
hola, estupendo capitulo... vaya que tal tipo este mmm pero no me parece bien lo que hace nessie porque eso de un clavo saca otro calvo mm nunca termina bien cuando una persona ama a otra con tanta intensidad no se puede olvidar solo te causa mas daño el querer olvidarle porque mas lo recuerdas y peor si te casas con otro ojala que todo le salga bien para nessie.... y pobre jacob todo lo que le espera va sufrir que pena me da por el.....
gracias kokoro y coka... espero con ansias el próximo cap.
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