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sábado, 14 de diciembre de 2013

Detras de los ojos azules- Capitulo 8



Descubrir que la muerte gusta de ti, siempre será peligroso. Aceptar ser su confidente, puede ser peor. Porque la verdad de las novelas, usualmente, no es como se cuenta en el papel.

Elise, enamorada de la vida y deslumbrada por quien menos debía, descubrirá su propia historia en los ojos transparentes que la encontraron sin buscarla.

Oportunidades y elecciones. Recuerdos y miedos. Ambos, Muerte y Elise, revivirán lo que no creyeron pudiera darse. El cambio de las decisiones, no quiere decir que todo saldrá bien esta vez.
 No hay finales felices, sólo finales, que a veces… Pueden continuar eternamente.


Because I have to wake
I have no time
Got more at stake
See through my eyes

Time is an illusion.

Spin the world to reveal my reality
Confused surrounded by abnormality
Facing all doors to dimensionality
Tryna bare constant irrationality



NOTICIAS

original de Sissy


-¿Qué demonios estoy haciendo aquí? – Rumió por tercera vez una incómoda Elise mientras se removía en la dura silla de la antesala médica. Deseaba intensamente marcharse de ahí, pero algo se lo impedía. ¿Por qué diablos tenía que haber escuchado Edward su contestador? Tenía que hacerse el hábito de borrar los mensajes, ¡caramba!
Y lo peor del caso, él se había negado a creerle que sólo estaba anémica por ser una flaca con pésimos hábitos alimentarios.

Hallarse sentada ahí, como consecuencia de la marcada preocupación de Edward por su salud, fue la única razón que tuvo para renegar que él la hubiese sostenido aquella noche en el Rêve, en su casi desmayo.

-Elise, ¿por qué no me habías dicho que te estaban buscando del hospital? – le había increpado él, sumamente molesto. No importó cuántas veces trató ella de minimizar el asunto, llegando inclusive hasta mostrarle los, ahora vacíos, contenedores de medicamentos en la cocina. Edward la acosó hasta que le sacó el juramento de sacar una cita médica lo más pronto posible.

-¡Maldito cobarde! ¿Cómo es que me orillaste a esto y me dejas sola al final? Debería irme y decirte que todo está bien. ¡Traidor! –Pensó ella, con bastante molestia. Edward sabía muy bien cuánto detestaba ella los hospitales.-

Había tenido que pedir permiso para la mañana del jueves en el trabajo y ahora Edward la había plantado -y por teléfono-, alegando que le era totalmente imposible asistir, pero afirmando que la vería puntuablemente a la salida del la jornada para oír en persona las novedades.

Luego de cuarenta y cinco minutos de espera, finalmente la enfermera en turno llamó su nombre; y sólo poco más de media hora después, estaba afuera, aún en shock.

Edward escuchó el mensaje casi tan pronto como éste entró. Elise se percibía rara en la grabación, mientras le explicaba que no podría verlo hasta la siguiente noche, ya que por haber faltado durante la mañana tenía demasiados pendientes que cubrir y sin agregar mucho; simplemente cortó, añadiendo que no le gustaban los buzones de voz.

No estaba en la naturaleza del vampiro controlar su curiosidad y esa vez, tampoco iba a lograrlo. Así que sin que Elise se diese cuenta, la buscó en la oficina, sólo para darse cuenta de que ella no se hallaba ahí. Sin dudarlo, Edward se dirigió rumbo a la casa de ella, teniendo que esperar mucho más de lo que su ansiedad podía tolerar, para que todo estuviera quieto y poder acecharla a través de la ventana.

Lo que escuchó y vio, le perturbó demasiado.

Elise lloraba intermitentemente, lamentándose a ratos con sumo dolor. Su corazón muerto se estrujó de tristeza al saberla así. ¿Qué le sucedía a su querida niña? ¿Por qué lo había alejado si era evidente que necesitaba de consuelo? ¿Acaso percibía ella que él no le era completamente fiel en esa relación suya?, se cuestionó con culpabilidad, temiendo que su delirio por Bella lo hubiese delatado.

Aún así, sintiendo vergüenza ante aquella posibilidad, Edward se decidió a tocar a su puerta.

Elise se sobresaltó enormemente al escuchar el timbre. Era casi media noche. No podría ser Edward, ¿o sí? ¡No! Seguramente era él. No quería verlo. No así. Aún no estaba lista.

Los incesantes timbrazos la hicieron acercase a la puerta lo más silenciosa que pudo; pero se sobresaltó cuando la voz de Edward le dijo claramente, a través de ella, que sabía que ella estaba ahí. -¡Demonios! ¿Por qué no le había hecho caso de dejarla en paz esa noche?-, se preguntó con desasosiego.

-Edward, ¿qué haces aquí? Es muy tarde. No puedo abrir.

-Elise. Por favor, necesito verte.

Su voz sonaba demasiado impositiva como para poder negarse. Ella se mordió los labios en un gesto de angustia. La iba a descubrir apenas la mirara.

-Dame un momento Edward. No estoy presentable, ¿sí?

-De acuerdo.

Elise corrió al baño y se le escapó un gemido apenas se vio reflejada en el espejo. No existía agua y jabón en el mundo que pudieran recomponer sus ojos hinchados, o su nariz enrojecida, como por arte de magia. Aún así, se lavó y trató de hacer lo mejor que pudo en el menor tiempo. La única mentira que se ocurrió para explicar su apariencia fue un horrible resfriado, así que se envolvió en su bata de baño y se pescó de una enorme bola de papel higiénico, para usarlos como escudo ante Edward.

Un par de minutos después, abría levemente la puerta, tosiendo con suma fuerza.

-¿Qué tienes Elise?

Le inquirió Edward mientras la miraba analítico por la rendija.

 -Buenas noches a ti también, Edward. Estoy resfriada y debería estar en cama, no regresé ni al trabajo por lo mal que me siento. –Le contestó con voz enronquecida.-

-Elise…

-¿Qué haces aquí? ¿Está todo bien?

-Eso es lo mismo que te pregunto yo a ti. –Le contestó él, completamente erguido e imponente, haciéndola sentir muy insegura desde su mentira.-
-Ya te lo dije, estoy enferma. –Contestó con voz temblorosa. Comenzaba a dudar si iba a tener la fuerza para seguir con la charada si él no se retiraba, pronto.
-Elise, ambos sabemos que eso no es verdad. ¿Vas a decirme qué sucede, por favor?


A ella le sorprendieron los ojos que la miraron llenos de preocupación, enganchándose sin escapatoria de los mismos, hasta renunciar mansamente a seguir intentando engañarlo. Con un pesado suspiro y un congojo, Elise dejó caer los hombros y abrió la puerta en su totalidad para dejarlo pasar al recinto.

En el interior de Elise, dos voces se batían urgiéndola a tomar distintos caminos. Y a pesar de su enorme tristeza, optó por el que le instaba a dejar a Edward fuera de todo. 

Taciturnamente, lo guió hasta el sillón de la sala y con la mirada lo invitó a imitarla en movimiento y sentarse junto a ella. Una vez lado a lado, Elise sólo se recargó en su hombro y partió a llorar una vez más.

Edward se llenó de desconsuelo, su niña no decía nada y solamente dejaba que las lágrimas cayeran por su rostro hasta manchar su ropa. Ansioso, intentó abrazarla, pero ella se negó; pidiendo silenciosamente un mudo apoyo en lo que fuese que le estaba sucediendo.

Posiblemente pasaron un par de horas casi en la misma posición, hasta que fue evidente que el cansancio había agotado a Elise. Sin decir más, Edward la levantó en vilo y con sumo cuidado la llevó hasta la cama, donde la depositó y arropó suavemente. En un último susurro, y con ojos cerrados, Elise se dirigió a él.

-Gracias…


Él sólo emitió un sonido en respuesta y se sentó en el suelo, temeroso de alertarla demasiado si moviese la cama al levantarse de ella. Cuando la respiración de la chica se hizo profunda y rítmica, Edward se puso finalmente en pie. Sabiente de que algo muy malo debía estar sucediendo, buscó ayudarla de alguna forma. Hasta que ella se decidiera finalmente a compartirlo con él, lo único que pudo hacer, fue asear un poco el lugar, sin molestarla. Ya la vería al anochecer de nuevo.

Sumamente puntual, el vampiro se apostó en espera. Algunos le saludaron al pasar frente a él, habiéndose acostumbrado a verle ahí, siempre esperando por Elise. Esa noche, la cordialidad humana a la que ya se había acostumbrado gracias a Ella, no le causó alegría. Elise tardaba demasiado.

Para alguien como él, a quien el tiempo le era indiferente, le pareció abominable la espera por la cabellera rojiza. Tanto, que sonó demandante cuando ella eventualmente apareció.

-Elise, ¿por qué no llegabas?

-Hola Edward. Parece que últimamente se te está olvidando ésa parte en tu vocabulario.
El interpelado torció el gesto renuente y suspiró controlando todos sus pensamientos, dando paso a su natural educación.

-Lo siento, Elise. Es sólo que no sabía si algo te había sucedido. Después de anoche, comprenderás que esté inquieto.

Conscientemente, Edward permitió que su poderosa mirada le expresara a Elise lo que las palabras faltaban en decir. Ella tembló bajo el embrujo de los mismos, perdiendo el hilo de sus pensamientos, sintiendo solamente la necesidad de Edward y sólo reaccionó hasta que él la tomó con cuidado de la mano.

Con nerviosismo, ella se mordió los labios y se esforzó por no volver a caer en el truco de Edward.

-Yo… Bueno, es que estaba con mi jefe. No podía avisarte, ¿lo entiendes, verdad?

Él suspiró con algo de alivio y remordimiento. Era consciente de su naturaleza controladora y se arrepintió. Ese modo de ser sólo le había traído desgracias y no quería cometer los mismos errores con Elise.

-Discúlpame Elise, no era mi intención hacerte sentir mal, es… Bueno… Créeme que no deseo ser así contigo.

Ella asintió comprensiva pero sabía que le faltaban kilómetros por sortear con Edward!
-Sabes, estoy muerta de hambre, ¿podríamos pasar por algo? No creo poder esperar hasta mi casa…

Él accedió, dándole espacio a Elise luego de su dominante reacción sólo que, en realidad no estaba dispuesto a dejarlo pasar. Una vez sentados a la mesa y mientras esperaban los alimentos, él la miró interrogante; Elise retorció los dedos nerviosamente en respuesta.

-Edward, quiero darte las gracias por ayer. Me encontraste en un mal momento y a pesar de que te traté horrible, fuiste un gran apoyo.

-Me alegro mucho de que hayas confiado en mi Elise, pero… ¿vas a contarme qué te sucede?

Elise tensó la mandíbula, era palpable la incomodidad que la pregunta le causaba.

-Edward… Yo… No puedo.

-¿Por qué Elise?

-No es algo que pueda compartirte.

Edward se dio cuenta lo doloroso que le resultó esa negación. Quizá… Quizá, finalmente sus instintos lo estaban rechazando, justo cuando era evidente que ella necesitaba más de su apoyo.

-Elise, puedes confiar en mí.

El gesto se le descompuso por completo a la chica, fallando en controlar cabalmente sus emociones. Aún así, no cedió.

-Lo sé Edward. Confío en ti con la vida, pero esto… No… Justo ahora, no.

-Elise…

-Por favor, Edward. Sólo, sólo acéptame el silencio como yo lo he hecho con tus peculiaridades, ¿puedes?

Ella había exigido su cuota finalmente y él tuvo que frenar toda la necesidad que sentía de salvarla de cualquier dolor. Esta vez… Esta vez… Se recordó a sí mismo con la cabeza sumida en punzantes recuerdos.

La cena transcurrió en una callada convivencia que no resultó cómoda para ninguno.

Para cuando llegaron al estacionamiento, Elise sólo remató la certeza de que algo estaba muy mal al informarle de un evento que causó gran desazón en el vampiro.

-Sabes, Edward, una de las cosas sobre las que hablé con mi jefe fue a cerca de un permiso para ir a ver a mi familia. Hay un asunto importante y de hecho, me voy mañana temprano.

Ella lo miró nerviosa mientras terminaba de comunicarle sus planes.

-¿Te vas así como así, Elise? ¿Nada más?

-Yo… Bueno, te lo estoy comentando ahora Edward. No es algo que tuviera planeado, simplemente, sucedió…

Reconocer la entumecedora sensación de agobio que se adueñaba de su pecho fue doloroso para Edward; sabía que quería a Elise, sabía que algún día terminaría ella por rechazarlo… Y que con ello volvería a perder a Bella pero, no esperaba que sucediese tan pronto.

El corazón se le agitó en el pecho descontroladamente a ella. ¡Qué injusticia tan enorme!, pensó llena de angustia.

-No. Esta vez, no Edward.

El interpelado dejó de respirar ahí mismo sin darse cuenta, congelándose como si esa negativa le hubiese matado de nuevo. ¿Qué hacer para que ella comprendiera cuánto la necesitaba?

-¿Te vas por mucho tiempo?

-Sólo unos cuantos días. Después… No sé, en realidad…

-Elise, yo… Voy a extrañarte…

Los ojos se le hicieron agua a ella de inmediato.

-¡Maldición, Edward!  ¡Por favor, no digas eso! Estaré de regreso pronto.

-Elise, prométeme que me avisarás en cuanto estés de vuelta. Yo…

La chica bajó la cabeza un momento mientras cerraba los ojos para evitar mirarlo, le dolía mucho escucharlo.

-Edward… Yo… Lo siento, Edward… Tengo que empacar, descansar bien si voy a manejar mañana temprano. Creo, que… debo despedirme aquí.

-Elise…

-Por favor…

La voz de ella era una súplica y Edward intentó poner freno a sus propios deseos, sólo unos instantes atrás se había prometido respetarla… Pero, en verdad, ¿no había modo de retenerla? ¿Algo que pudiese darle para convencerla? ¿Se atrevería él…?

Con un movimiento de su cabeza asintió a su petición; pero con la mente hecha una vorágine de voces internas instándole a rebelarse, torció el gesto en anarquía y acercándose a una sobrecogida  de impresión Elise, la besó impositivamente.

El vampiro, perturbado en su control, dejó a su naturaleza libre al tocar a la chica. No tenía ganas de que se marchara, la quería a su lado y la reclamó con sus labios para sí. Nunca antes con ella había dejado de ser un caballero, en ninguna caricia prior le había faltado en respeto y cariño, tocándola con delicadeza de porcelana como  al tesoro que ella era para él.

En ésta ocasión, se insubordinó contra sí mismo. ¡Maldición si ella quería alejarse, dejarlo sin nada! No. Y menos luego de saberla tan atormentada.

Elise supo por primera vez lo que en verdad podía dar Edward y tembló por motivos muy distintos a los anteriores.

El hielo de su boca quemaba abrasadoramente, fundiendo sus labios en un solo movimiento sensual y prometedor que amenazó con convulsionarla de placer ahí mismo. Pensar era imposible, sentir era todo. ¿Cómo era factible que él la hiciera percibir de modos tan distintos y tan profundos a la vez? Si antes creía que cuando la prodigaba, acariciaba su alma; de éste modo la disolvía por completo, convirtiéndose solamente en una llamarada esencial y primaria que gustosamente ardería hasta convertirse en ceniza si él así lo deseaba.

Casi desmayada, se halló a sí misma regresando al presente, con el cuerpo encendido y aturdido por completo, mirando hipnotizada a Edward. Si notó los evidentes cambios en el rostro de él, su subconsciente aún fascinado por la influencia del vampiro, los obvió.

No así Edward, que percibía amargamente el dolor agolpándose en su garganta y a sus aumentados sentidos, balanceándose precariamente entre el placer y la sed.

Bella no apareció en la demencia de su pensamiento, y en cambio se vio apegado a Elise por derecho propio. ¿Cuán torcido era todo eso? El depredador sobresaltado le estorbaba para poder racionar la situación y extrañamente, quería darle razón a él en todo lo que respectaba a Elise en esos momentos.

La mano suave y cálida de su humana le acarició el rostro con cuidado, detallando una y otra vez sus labios, que de estar vivos, le hubiesen quemado al contacto. Edward intentó acercarla a él de nuevo, pero algo sucedió; porque al mirarse reflejado en los azules ojos de ella se vio tan amado, que eso bastó para domesticar al monstruo, liberando a tiempo a Elise para que ella pudiera esquivar su mirada con un gemido lastimoso.

¿Lastimoso? ¡Por Dios! ¿¡La había herido!? ¿Se había dejado llevar tanto que había dañado a algo tan preciado? Temeroso de la respuesta, cerró los ojos con fuerza un instante, sintiendo los grilletes de sus tormentos sujetarlo de nuevo con saña. Tragando ruidosamente el veneno acumulado en su boca, se sobrepuso a sus fantasmas y desesperado deseó que no fuese así.

-¿Elise? ¿Te hice daño? Perdóname, por favor… Yo… No quise lastimarte, fui un imprudente al dejarme llevar por mi egoísmo… Por favor, dímelo.

Ella no quiso mirarlo, no podía. ¡Maldita ella! ¡Maldita vida!

-No… No… Yo… Tengo que irme Edward. Perdóname.

Y negándose a caer en el embrujo de esos amados ojos, se escondió dentro de su auto, huyendo de él, sin saber cuánto en realidad lo hería con sus acciones.

Agazapado cerca de una de las ventanas de la casa de Elise, el destruido vampiro atestiguó como nuevamente la desdichada pelirroja, empacaba entre llanto y lamentos. Para luego seguir llorando, ya dormida.

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¡Ay! Me duele el pecho de mirarlos sufriendo.
Sigan conmigo por favor, éste cuento lleva más de mis emociones de lo que creí iba a contar.
Atrévanse a soñar a mi Edward, denle oportunidad a Elise. Creo que las va a llevar a un lugar muy distinto del que esperaban.
Las quiero. Sissy


La melodía que logró, regresara la inspiración a mis manos y corazón es de un genio, Hans Zimmer. “Time”. Aquí en vivo e igual de épico:


10 comentarios:

Laura dijo...

Q captulo mas bueno,me gusto mucho pero q sera lo q oculta Elisse,sera q esta muy enferma y no le quiere contar nada a Edward y x eso se va con su familia,muy raro esta todo esto!!,xfis no nos dejes con la intriga ojala en el otro capitulo nos enteremos q le pasa a ella,muchas gracias Sissy te mando un fuerte abrazo!!

Anónimo dijo...

buenisimo buenisimo !!!
me encanto y medejaste queriendo más como siempre ..
Gracias por este facinante capitulo Sissy

Saludos y besos

Reyna

Anónimo dijo...

SISSY...CASI LLORO...ME HICISTE SENTIRME EN LA PIEL DE ELISE SU ANGUSTIA ,SU AMOR,SU FRUSTACION ..Y MI EDWAR POR FIN SE ESTA DANDO CUENTA DE COMO ELISE YA ES PARTE DE EL,,,SE HA GANADO SU CORAZON...NO ME LO HAGAS SUFRIR TANTO PLEASE...GENIAL CAPITULO MUY SENSIBLE...GRACIAS COKA POR PUBLICAR ESPERO ANSIOSA EL PROXIMO CAPITULO...XOXOXO.....LIZZZZ....MEXICO

Sissy dijo...

Ay Dios! Ya me había impactado! Sólo me alejo un par de días y encuentro mi fic publicado con 7 comentarios! Jajaja... Lizzz, creoque pulsaste demasiadas veces "enviar" para asegurarte...
Bueno, broma aparte, me alegró que les hay gustado. Hoy me siento muy lejana a Elise y Edward por motivos de la vida real y me hacen apreciar aún más cualquier comentario de agrado por parte de uds. chicas.
Saben, el fic tenía un final muy distinto, pero esta vez Coka supo persuadirme y he decidido ir por la idea sugerida pero... Me está dando tentación teclear luego el cierre inicial y publicarlo solo en mi blog como final alternativo... Quizá más de una me regañe, pero es que le tenía escrito en mi memoria con conversaciones de esas fuertes que me conmovieron al plantearlas. Si seré loca! Ja!
Bueno, quizá luego le sugiera yo a Coka suba un poll para que voten sobre qué final les gustó más... Jajaja! Eso sería divertido!
Mmmmm..... Sí. Estoy loca y reloca!
Besos a todas chicas! Cuídense mucho y saquen muchas fotos a toda su familia en estas fiestas; cuando alguien se nos va, podemos arrepentirnos de no tener un registro de nuestros últimos días con ellos.
Cariños: Sissy

Sissy dijo...

P.D: No me pasa nada, sólo estoy melancólica.

althena dijo...

Hola Sissy!!! sigo enamorandome cada vez mas de esta historia maravillosa no puedo evitarlo!!! y ya me veia venir algo asi ojala y Edward no deje que Elise lo aparte al contrario que el pueda demostrarle que el puede ayudarla!!!! nos e cual final habias pensado originalmente yo lo unico que quiero es que ambos puedan quedar juntos!!!! Kissitos enormes Sissy y muchas gracias a ti por brindarnos esta maravillosa historia y a Coka por permitirnos leela aqui!!! ♥

Unknown dijo...

Me gusta esta historia, es muy original y me temo que el final no era muy feliz. Así que yo personalmente quiero poder leer los dos, ya sea aquí o en tu blog. Me gusta la melancolía que desprende todo el relato.
Esos sentimientos intuidos, pero de los que no hablan, ese sufrimiento que no quieren compartir, Ainsss me emociona. Besos amiga y sigue escribiendo a este muso tan particular.

Bell.mary dijo...

Mi querida Sissy como siempre con tus capítulos me llevas a un mundo mágico y me mantienes con tantos sentimientos a flor de piel y en esta ocasión me tenias con la terrible angustia de no saber que le sucede a Elise, me imagino que será algo grave para querer salir corriendo a ver a su familia solo espero que se de la oportunidad de compartirlo con Edward que la ama demasiado, en ocasiones como esta hace falta tener el cariño y las palabras de consuelo de alguien quien te quiera pero sobre todo hace falta con quien desahogarse de aquello que nos preocupa o que nos molesta tanto....mi pobre Elise sufriendo en silencio cuando tiene a su lado a un ser maravilloso capaz de cualquier cosa por verla feliz......
Gracias mi querida Sissy por el capitulo y yo al igual que Krizia me encantaría leer tus dos finales, y ya luego te digo con cual me quedo....por que de gustarme estoy segura que ambos....
Besos nena <3<3<3
P.D. Ya vez hasta me cambie a pelirroja para ver si se me aparece Edward jejejeje

Blanca Estela dijo...

dios que triste capitulo ademas cada vez se pone mejor la trama solo espero que al final terminen juntos gracias Syssy por esta maravillosa historia y a Coka por publicarla

maty dijo...

o sissy k capitulo... que es lo que le pase a elise y pobre edward esta muy preocupado por ella y lo peor que piensa que es por que lo quiere dejar :( (yo lo consuelo jajaj)esta bastante intenso y peocupante... quiero leer el proximo.. kiero leer k estan bien :S te quedo buenisimo sissy pero estoy consternada :(

No tardes en publicar plis :D