Seguidores

domingo, 30 de septiembre de 2012

Mi secreto -Capitulo 27



Decisiones… La toma de ellas o la falta de las mismas algunas veces está por encima de nosotros. Pero estar perdidos puede llevar a encontrar lo que menos se espera… Así fue para mí, yo huía por falta de determinación sobre un asunto que tenía más de tres años sin poder cerrar; él, él huía de todo para evitar ser la persona que todos esperaban debía ser. A veces, el azar, puede tomar por nosotros la decisión más inconveniente, pero también la más memorable. Mis recuerdos ya viejos hacían constancia de ello.




HORA DE LA VERDAD


Ethan no estaba en casa como era de esperarse, aún así, tomé refugio a las afueras de su edificio. A pesar de haber pasado buenos treinta minutos de haber escapado de él, mi corazón seguía alterado. ¿Cuándo iba a terminar todo esto? ¿Qué maldición traía yo encima para tener que sufrir tanto por él? ¿Por qué nunca había dejado a Kristen si también estaba obsesionado conmigo? ¡Maldito cobarde! ¡Desgraciado!

La vieja Nina estaba desbordándose por todas las grietas de mi coraza y me sobrepasaba. Detener tan grande dique fragmentado era imposible, lo único que podía yo hacer era intentar ponerme a salvo y rezar por lo mejor.

Ethan no pudo llegar a mí hasta casi dos horas después, en una cafetería cercana donde yo me había apostado en su espera con un café de mala calidad, de esos que te rellenan si pagas el primero y compras algo más para acompañarlo. La comida estaba casi intacta y aún en la mesa.

Tuve bastante tiempo para meditar sobre quedarme con él durante mi estadía y me pareció lo mejor. Al menos, así evitaría la tentación que todo Robert significaba. Ethan me notó lo perturbada que estaba y aunque intentó le confiara lo que me pasaba, no pude sincerarme con él en ése momento, sólo le prometí intentaría hacerlo más tarde.

Cenamos juntos y eso es un decir, porque eran las cerca de las seis de la tarde cuando por fin me pudo caer algo bien en el estómago. Decidí pasar la noche en mi hotel para empacar, hacer el check-out y tratar de dormir un poco antes de mudarme con Ethan. Estaba decidida a tener un maratón sexual con él para ver si así lograba recuperar mi frialdad y necesitaría el descanso.

Ethan estaba tan emocionado por tenerme que hizo el viaje conmigo hasta el hotel creyendo me iba a poder convencer de pasar la noche conmigo si era lo suficientemente persuasivo. Eso, ¡no iba a suceder!; no hasta que estuviera mentalmente lista y con el corazón bien amordazado.

Pasamos por recepción primero, para arreglar lo de mi salida la mañana siguiente y mientras diligentemente hacían el papeleo con mi pasaporte me comentaron de un par de mensajes que habían sido dejados en mi habitación. Temblé un poco sabiendo muy bien quién era el remitente pero omití cualquier comentario.

Luego de unos momentos, me recordaron que tendría que dejar la habitación antes de las once de la mañana y que me entregarían un cheque con el rembolso de mi dinero menos la penalización en cuanto devolviera las llaves.

Al esperar el viejo ascensor para subir a mi piso, Ethan enroscó sus dedos en los míos y yo no me solté, de hecho, me aferré a ellos asustada ante los recuerdos de unas horas antes. Obviamente él malinterpretó mi acción, porque apenas se cerraron las puertas del elevador, se volteó hacia mí para besarme. Me tomó tan de sorpresa que perdí un poco el equilibrio bajo su cuerpo y terminé acorralada entre la pared y su pecho. No pude corresponderle, pero tampoco me corté, haciendo lo que dice el dicho del país en que estaba… “Mira al techo y piensa en Inglaterra…”. Eso sí, al abrirse la puerta me solté hasta de su mano, sin poder devolverle la sonrisa que él me dedicaba.

-No tienes idea Nina el gusto que me da que hayas aceptado mi oferta. –Dijo con voz ronca ya en el pasillo y haciendo lento nuestro avance rumbo al cuarto- Si te soy sincero, no he parado de pensar en ti, en nosotros, desde el día que me avisaste venías… Ayer me costó mucho comportarme como un caballero… Eras una tentación dolorosa en mi cama.

Sus dedos recorrían con suavidad la curva de mi brazo dejando un escozor incómodo a su paso… Tenía que ser capaz de hacer esto, de encamarme con él sin remordimientos, sin sentirme sucia como empezaba a hacerlo. Le sonreí evitando su mirada. -¡Oh, vamos!-, me dije a mí misma, -hace meses que no estás con nadie. Ethan es un irónico modo de retomar el asunto; con él empezaste a ser así, así que seguramente es karma…-.


Usé mi cuerpo como señuelo, me giré hacia él al llegar a mi puerta y me recargué en el muro luego de cederle mi llave, ¿podría darle un anticipo para luego largarlo de mi pieza? Quizá si jugaba bien mis cartas… Ethan movió la perilla y empujó la puerta, yo no me moví de mi lugar, sólo levanté mi rostro hacia el suyo y sonreí a medias, para luego fijarme a propósito en sus labios y morderme los míos. Él entendió la indirecta perfectamente y de nuevo se acercó a mí para dejarme atrapada contra la pared en su beso. Los hombres son muy visuales y sabía que a la mayoría le gustaba creerse el dominante en la relación, así que lo dejé creer que me dominaba con su boca.
-¡NINA!

La voz a mi costado nos hizo saltar. Volví a temblar de impresión. Ahí estaba él de nuevo, saliendo de Dios sabe dónde y con el rostro descompuesto. Ethan me miró un momento sin entender que pasaba pero de inmediato entró en actitud agresiva al ser tan palpable en el aire el disgusto del muchacho que avanzaba hacia nosotros.

-¿Conoces a ese tipo? –me preguntó con un gruñido bajo. Yo asentí muda.-

-¡Tú has de ser el famoso Ethan!, ¿No? –Robert parecía perro de pelea listo para atacar; sus puños colgaban cerrados a los costados y su cuerpo estaba levemente encorvado como ansiando el inicio del round-.

-Estoy en desventaja entonces. ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres con Nina?

-¿Ella no te lo ha dicho? –Soltó sarcástico como si esa frase le confiriera posesión sobre mi persona-.

Ethan me miró por un momento, desconcertado, yo tenía la lengua trabada dentro de la garganta pero supongo mi rostro habló por mí porque él movió su cuerpo de modo protector sobre el mío empujando a la vez con su espacio hacia atrás a Robert, quién no se amilanó ni un poco.

-Evidentemente no eres lo suficientemente importante como para que ella lo hiciera chico. –lo midió de arriba abajo en su informal ropa.

¡Qué distintos eran, pensé! Lo único en que coincidían era en estatura, pero por lo demás Ethan lucía mucho más serio que Rob en todos los aspectos, más hombre… Y aún así, yo no podía quitarle los desorbitados ojos de encima a él.

-¿Tampoco te dijo que tú eres sólo un remplazo para mí? ¿Qué sólo ha intentado borrarme contigo y todos sus otros amiguitos?

Ethan mordió la agresión y se puso furioso.

-¡Mocoso engreído, no conoces a Nina de nada! ¡Quisieras que alguna vez se hubiera fijado en ti! Has de ser un depravado sexual soñando demasiado alto.

-Te aseguro que no… Nina ha estado debajo de mí, varias veces y, gustosamente...

Ethan lanzó el primer puñetazo ahí mismo. Acertando más o menos sobre el pecho al haber alcanzado Robert a desviar la trayectoria contra su cara. La rabia provocada por su baja afirmación también me alcanzó y gracias a ella salí de mi estupor. ¡Cerdo desgraciado! Deseé que Ethan le machacara el hermoso rostro a golpes.

La pelea se dio violenta frente a mis ojos; pronto fue evidente que ninguno iba a ceder terreno y que ambos me consideraban el premio a su despliegue de testosterona, porque entre la repartición de golpes e insultos los dos me reclamaban de su propiedad.

Aquello fue demasiado y, llena de enojo al igual que ellos, me metí en el cuarto dando un portazo tras de mí. Casi de inmediato cesó el ruido afuera del cuarto, al parecer mi dramática salida había sido la campana que detuvo el enfrentamiento. Unos momentos después, y varios insultos entre ellos también, unos toques a mi puerta buscaban mi atención.

-¿Nina? – Fue la palabra de uno coreada por el otro a modo de eco- ¿Nina?

-¡Lárguense los dos! –Grité enojadísima- ¡Váyanse al carajo los dos!

-Nina… Por favor… -rogaba la voz de uno, mientras el otro gruñía- Abre la puerta.

-¡He dicho que se larguen!

Los oí intentar retomar la pelea afuera de mi cuarto y grité con más ganas.

-¡Váyanse a joder a su madre a otra parte o llamo a seguridad para que los saque de aquí!

-Nina… No seas así… -fue Ethan el que habló, pude distinguirlo al tener pegado el rostro contra la puerta; y también noté como Robert mascullaba una maldición, seguramente intimidado por la notoriedad que eso podría traerle. Me sentí satisfecha cuando noté los pasos de ambos alejarse por el pasillo unos momentos después-.

¡Maldito Robert! ¡Qué empecinado estás en echarme a perder la vida! ¡Estúpido pedazo de pendejo! Ojalá y aún después de esto Ethan me quiera a su lado mañana, sino, voy a verme en la calle y sola en el infame país en que estoy.

Enojadísima saqué mis maletas y empecé a recoger todo lo que con anterioridad había desperdigado por la habitación. Nunca había sido buena para empacar con velocidad y hoy no iba a ser distinto. Bufé un millar de maldiciones recordando el pleito que había presenciado y lo soez que Robert se había comportado. ¡Puerco despechado! ¡Monstruo rastrero! ¡ ”…Debajo de él…”! ¡Desgraciado! Y sin querer me hallé pensando en nuestros cuerpos desnudos y como, efectivamente, me había retorcido de placer bajo su piel tantas veces.

Unos golpes a mi puerta sonaron suaves algo menos de media hora después, cuando ya casi acababa de empaquetar todo.

¿Ethan? ¡Seguro era él! ¡Ethan estaba de vuelta! ¡Dios! Eso podría ser bueno, quizá ya me había perdonado por correrlo cuando todo lo que había hecho era defenderme. Me restregué el sudor nervioso de mis manos contra el pantalón y abrí.

¡Horror! El que estaba parado ahí y se coló de un movimiento al interior no era Ethan, sino Robert. Él mismo cerró tras de sí y bloqueó la salida con todo su cuerpo.

Yo retrocedí un poco por el impacto, pero intenté sonar valiente cuando le espité:

-¿Qué haces aquí? ¡Maldito sicópata! ¿Cuántas veces tengo que decirte que te largues de mi vida?

Él bufó molesto, un moretón apareciendo ya en su mandíbula. Y sin más, se abalanzó sobre mí. Su aliento olía y sabía a whiskey cuando me besó a la fuerza. Forcejeé al contacto pero aún con mi condición física actual fui incapaz de detenerlo al ser empujada hacia atrás en contra de mi equilibrio. Intenté patearlo con todo, pero seguía siendo sobrepasada por la ley de gravedad.

-¡Suéltame! ¡Déjame!

Ni siquiera respondió. Sólo se separó unos centímetros para mirarme con dureza. Sus ojos eran estremecedores de abrumadora cercanía, tan claros y tan oscuros a la vez. ¡Y maldición si tuvieron el efecto de bloquearme como siempre!, porque me quedé quieta y conteniendo la respiración al engancharme en ellos.

¿Alguna vez han notado lo caliente que es el aliento de alguien que está demasiado cerca de ti? ¿Cuándo además, parece que toda su piel irradia calor? ¿Cuándo la expectación te controla? Pues él quemaba mucho más que eso.

-¡Ya basta de chillar Nina! ¡Ya basta de tus jueguitos! Sé bien como me miras, se bien que no me has olvidado como miente tu boca. –Sentí miedo, miedo de él tan enojado, miedo de lo que mi cuerpo estaba advirtiéndome a su contacto.-

-¿Por qué Nina? ¿Por qué? Estas con todos menos conmigo. ¡Demonios! ¡¿Todos pueden tenerte menos yo!? –Detuvo nuestro avance a poca distancia de la cama, pero bastaría un empujón más y caeríamos- Esa no eres tú, tú eras honesta, leal, imposiblemente tentadora de tan sutil…

Seguía sujeta por sus brazos, aún tensa por la fuerza de su agarre. Estaba esperando su siguiente movimiento para reaccionar también, no queriendo provocar un ataque sobre de mí. En ese instante me di cuenta lo poco que lo conocía en realidad, ¿podría él ser violento de verdad? Recordé lo de las peleas del colegio, recordé la fuerza de los puñetazos contra Ethan y me estremecí.

-¡Odio todo lo que estoy haciendo por tu causa Nina! ¡Odio toda la complicación a la que me has sometido! ¡Odio sentirme así de enojado! ¡Estoy odiando tenerte metida bajo la piel!

Sus manos se apretaron aún más alrededor de mis brazos y cuerpo y se hundieron en mí dolorosamente. No pude evitar quejarme y por un instante su agarre fue aún más fuerte, con la iracunda y desafiante mirada clavada en mis ojos. No quise ceder terreno o mostrar debilidad ante su cólera, así que no le pedí que parara y sólo tensé mis músculos para prepararme para más dolor. Ya encontraría el momento de debilidad donde podría escaparme de él.

En vez de lastimarme más, volvió a besarme, con la misma intensidad que antes y me descontrolé. ¡Jamás! ¡Jamás imaginé algo así con él! A pesar de nuestros días juntos, de todas sus cartas, jamás lo imaginé tan celoso al borde de la furia más pura. ¿Por qué me tocaban hombres así? Otelos ennegrecidos de rabia. Y lo peor… Este hombre sí que tenía razón.

-Nina… Nina… Vuelve a mí… -musitó sobre mi boca y abrí los ojos para toparme con los suyos cerrados fervorosamente. Mi Robert me añoraba, mi Robert me deseaba, ¿podría yo sobrevivir a volverlo a perder si me entregaba a su petición?-.

Suspiré inconscientemente y lo sentí apretarse contra mí en respuesta. Su erección era muy dura bajo el pantalón y me la estaba restregando para excitarme con éxito. – ¡Cuerpo traidor!-, le gritó mi mente que aún intentaba aferrarse a la negación.

-No quiero que esto sea así Nina, -me dijo ronco de deseo, mientras me besaba el cuello y metía una mano bajo mi blusa aún sosteniéndome contra sí a la fuerza.- Quiero que tú me lo pidas, quiero borrarte a Ethan y a cualquier otro de la piel pero con tu consentimiento.

Su mano fría llegó hasta mi busto y lo acarició completo por encima del brassiere. Mi pezón se tensó al instante en respuesta y sin querer me arqueé contra su pelvis torturada de placer contenido. Lo sentí sonreír sobre mi rostro y su barba me picó suavemente contra la mandíbula al dirigir sus besos de nuevo hacia mi boca.

¡Maldición si le devolví el beso con fervor! En respuesta, su mano firme se encaminó hacia mi trasero y me empujó aún con más fuerza contra erección, mientras trazaba leves círculos con ella sobre mi pantalón.

-Nina… Nina…Déjame hacértelo… Quiero tanto hacerte gritar mi nombre mientras te vienes…

¡Dios! Gruñí de placer contra su boca al imaginarlo. ¡Maldito!

Finalmente, y animado por las reacciones ingratas de mi cuerpo, nos tiró sobre la cama dónde me incorporé a medias sobre mis codos intentando recobrar el equilibrio y arrastrarme hacia arriba mientras que él buscaba cubrirme con el suyo… Aún con mi piel hechizada por su presencia, mi alma recordaba el dolor y quise resistirme.

-No, Robert… No…

Me miró, pero era como si no hubiera registrado lo dicho, porque volvió a agarrarme con fuerza por el torso y con una de sus piernas enroscada sobre la mía me las separó de un modo imposible de liberarme.

Su mano desabrochó con rudeza mi pantalón y se metió por debajo de la cintura sobre mi ropa interior hasta llegar ahí y con firmeza, empezó a acariciarme. Me fue imposible no darme cuenta de lo húmeda que estaba en cuanto hizo eso, excitada a pesar de tratar de resistirme a él.

-Te gusta… Me quieres… Sabes qué me quieres Nina, sabes que tampoco me olvidaste jamás.

Gemí en respuesta, intentaba de verdad controlar las sensaciones, pero me estaban sobrepasando.

-Anda, dime que me quieres, que me deseas… Déjame entrar en ti… - sus besos, sus manos eran tan persuasivas…- Voy a mostrarte cómo es que no hay nadie como yo para ti, nadie, nadie más Nina… Nunca…-

Su boca viajó hasta mi pecho cuando me levantó la blusa con poca delicadeza mientras que, aunque me liberaba de su pierna, volvía a apresarme pero ahora con su cuerpo sobre el mío. Me estaba quemando con el calor que sus labios irradiaban contra mi piel, por toda ella…

¡Qué tortura era intentar negarse a él! ¿Tenía caso si quiera hacerlo? Mi cuerpo simplemente no obedecía a mi mente y la enmudecía de placer. Él iba a ser mi perdición y no tenía idea qué sería de mí después.

-Pídemelo Nina, pídeme que te tome, -murmuró mientras mordisqueaba mi pezón y se abría paso a mí interior con su otra mano haciendo a un lado mi pantalón y, metiéndose ahora por debajo de mi ropa interior.-

Enloquecí al sentir como me acariciaba de arriba abajo por encima de mis otros labios, extendiendo mi humedad sobre todos ellos y trazando círculos sedosos sobre mí clítoris. Mi viejo dolor perdió la batalla ante la electricidad que encendía mi cuerpo ansioso y, cedí por fin.

-Sí…

Se elevó un poco sobre mí, aún torturándome con su toque que se internaba ya de a poco en mí, buscándome el rostro.

-¿Sí qué, Nina? –Jadeó, excitado aún más que yo-.

-Sí… -me convulsioné cuando uno de sus dedos jugó duramente con mi entrada- ¡Cógeme Robert! ¡Fóllame ya!

Detuvo por completo de su toque, mientras me miraba con molestia.

-No quiero nada más follarte Nina… Quiero hacerte el amor.

Estaba demasiado excitada, respirando a medias y tardé de procesar lo que me dijo.

-¿No lo entiendes Nina? No soy uno más de tus amiguitos, yo quiero hacerte el amor, quiero que distingas bien conmigo lo que es coger por despecho o por lo que sea a esto.

Un cosquilleo en mis entrañas amenazó con hacerme ir ahí mismo con sus palabras. ¡Dios! “… Captúrame. Llévame a mi muerte. Estoy en paz. Si esa es la manera en que lo deseas…”. Romeo y Julieta nunca fueron tan acertados, mi mente pensó al recordar la cita involuntariamente y asentí en silencio, completamente resignada a enamorarme de él por siempre.

El sonrió con sosiego ante mi claudicación final y fue tangible como la ira se desvaneció hasta su último humo siendo remplazada con pasión y algo muy semejante al amor.

Los besos que nos prodigamos eran igual de ansiosos, pero aún más poderosos. Cada uno era una afirmación de querer estar ahí y recuperar el tiempo perdido. La noche entera no iba a ser suficiente para ello.

Una vez más disfruté de su piel al desnudarse él a mi lado, mis ojos maravillados por el reconocimiento de todo él. Dos años no es mucho tiempo y puede ser también toda una eternidad. Dos años lo hacían verse un poco mayor que antes, pero su pálido cuerpo salpicado de lunares por aquí y allá se sentía más atrayente. ¿Era quizá el impacto de sentirlo tan mío? ¿Era el sentirme plena? Poco a poco olvidé la facultad de pensar y simplemente me entregué a él y su ritmo sobre mí.

Ethan, Joel, Aarón… Todos ellos se convirtieron en un pálido borrón en mi memoria. Me estaba haciendo el amor de verdad y nada más tenía relevancia cuando llegué al orgasmo sólo un poco antes que él. Sí estaba debajo de él, y sí… ¡Me encantaba!

Me acurrucó sobre su pecho cuando se derrumbó a mi lado y suspiró sobre mi hombro. Su mano cruzó mi cadera desnuda y buscó la mía para posarlas ambas entrelazadas sobre mi vientre. Lo oí gemir con suavidad al besar mi hombro y me estremecí aún con el agotamiento que sentía. ¡Qué feliz era en ese instante! Nos quedamos en silencio, así, abrazados por unos minutos en los que sentí me quedaba dormida.

Desperté al sentirlo removerse con cuidado junto a mi espalda.

-Nina… -me volví hacia él perezosa pero encantada y lo besé en los labios- Nina, ¿estás bien? -¿A qué se refería? Se notaba verdaderamente preocupado-.

-¿Hu?… No entiendo…

Alejó un poco su pelvis de la mía y resentí la ausencia tanto que opté por girarme completamente hacia él. Lo miré y me deslumbró. Su pelo corto estaba desordenado a pesar de su largo y su boca se notaba hinchada de tanto besarme. Su rubia barba se contrastaba contra su piel y sus ojos de un azul verdoso me miraban intensamente; casi me sofoco de tanta belleza.

-Nina, ¿te lastimé?

¡¿Qué?!

-¿De qué hablas Robert?

-Yo… Lo lamento… Estaba tan enojado… Siento… Siento… ¡Por Dios, Nina! ¡Casi te violé! -me miró espantado, temiendo mi respuesta-

Elevé mis cejas en sorpresa. Si. Casi había sido eso, de no ser porque a final de cuentas, ambos estuvimos de acuerdo.

-Yo… No… Yo estoy bien. -¿Lo estaba, de verdad?-

-Nina… Estoy mal. De verdad, perdóname. Yo, no quería, yo no quise forzarte… ¡Nina! ¡Soy un monstruo! No me odies por favor.

Estaba verdaderamente asustado, mirándome suplicante y asqueado. Él no lo entendía, de verdad aún dudaba que yo lo quisiera tanto.

-No me hiciste daño Robert, no me heriste. Yo también lo quise, ¿acaso no te diste cuenta?

-Nina… Es que yo… Estuve bebiendo mientras esperaba por ti. Perdí el control, casi lo arruino todo. Nina, de verdad, éste no soy yo. ¿Lo sabes? Dime que sabes que enloquecí, por favor.

Asentí consternada. ¡En verdad me faltaba tanto por conocer de él! Quería calmarlo, asegurarle que estaba bien, que me creyera. Yo misma había perdido la cordura apenas verlo por la mañana. El estar a su lado desnuda, húmeda de mi sexo, parecía la más grande alucinación por la cual debería estar encerrada por el resto de mis días en un cuarto blanco.

Mis manos tomaron su rostro para obligarlo a verme, su vista me había estado esquivando mientras que había palidecido aún más bajo su blancura. Acaricié su barba despacio para tranquilizarlo.

-Estoy bien. –Me acerqué a su rostro y lo besé con cuidado- No te asustes más, por favor. Deja de disculparte.

-Nina… -me miraba suplicante, anhelante- Yo… Nada de esto es como pensé que iba a ser, yo… ¡Dios! Ni siquiera creí que volverías a dejarme tocarte de nuevo luego de ésta mañana.

Recordé mi dramática huída y me sonrojé. Estaba llena de sentimientos encontrados. El desosiego y dolor que había experimentado al alejarme de él de nuevo era demasiado fuerte para superarlo tan pronto y a la vez, quería mucho hundirme en sus brazos y no salir de ellos más…

-¿Me seguiste? –me miró sin entender por un momento y luego comprendió a qué me refería.-

-No. Eso es imposible Nina. Pero sabía que tendrías que volver a tu hotel tarde o temprano, sólo llevabas contigo tu bolso. Estaba tan desconcertado por tu actitud que le pedí a mi gente me reservara un cuarto aquí mismo, -lo miré sorprendida-; sí, de hecho, mi habitación está casi al cruzar el pasillo.

-¿Estuviste esperándome?

Se mostró un poco avergonzado al contestar.

-Sí, mirando a escondidas por una rendija apenas escuchaba a alguien caminar afuera. Tomé la mala decisión de ordenar una botella de whiskey para acompañarme y casi me la terminé para cuando regresaste.

El color rojo le tenía las mejillas y el cuello al hablar. Yo sonreí de imaginármelo. ¡Las cosas que cada uno habíamos hecho en relación al otro estaban llenas de incongruencias!

-¡Dios! ¡Qué torpes somos los dos! –Solté una risilla-.

Él por fin empezó a relajarse con mi risa y me besó la frente con timidez. Sus dedos tomaron un mechón de mi pelo y lo levantaron para examinarlo.

-¿Será por lo rubia, eh?

-¡Oh! ¡No empieces!

-Bueno… Es que… ¿Sabes cómo hacer a una rubia en sábado? –empezó a atragantarse con la risa contenida-.

Rodé los ojos al techo. ¡Esto no podía estar pasando! Acabábamos de tener sexo duro, disculpado por la pseudo-violación, declarado acosador y, ¡ahora me estaba contando chistes sobre rubias! Dios, al menos en eso no había cambiado mucho, su mente era un torbellino sin censura.

-¿Cómo? –lo miré fingiendo irritación-.

-Contándole un chiste en miércoles…

Él soltó una risilla malvada mientras yo me quejaba de la simpleza y luego reía con él. Era agradable poder hacerlo luego de tantas emociones tan intensas durante todo ese día. Su mirada se posaba en mí con adoración.

-No sabes cómo añoraba ése sonido… Tu risa Nin…

Me acarició los labios con cuidado mientras yo tocaba lentamente su mandíbula, palpando lo tan querido y recuperado.

-Nina… Un hombre puede soñar, pero esto –me besó con suavidad- esto, tenerte de nuevo así, era un imposible.

Si tan sólo supiera cuánto sentía yo lo mismo que él. ¿Por qué habíamos perdido tanto tiempo tan valioso? ¿Hubiera sido así de simple si nunca me hubiera ido? No… ¿Si nunca me hubiera lastimado…?

-Robert… -suspiré contra su piel-

-¿Por qué fuimos tan estúpidos Nina? Yo tan débil y tu tan necia… -parecía me había leído la mente. Sus manos jugaban con mi pelo mientras nos besábamos y yo acariciaba su espalda.- Nunca debí dejarte ir Nina…Quiero decirte tantas cosas, quiero saber tantas cosas de ti…

Poco a poco y con caricias y besos estábamos prendiendo motores de nuevo, la conversación iba a tener que ser pospuesta para después, de momento, mi cuerpo era el que quería cantar de nuevo bajo el suyo y mi locura.

Si antes me había declarado querer hacerme el amor, ahora lo remarcó con gran énfasis. Qué glorioso fue retomar el ritmo de nuestro deseo, de ir y volver mi cadera hacia él, de dejarlo entrar y salir con deliberada calma. De sentir las ganas de amarlo y poder mirarme en sus ojos de verdad mientras gemía por mí.

No voy a decir más de esto, a veces, cuando alguien te importa tanto, te sientes mal de confiarle semejantes intimidades hasta a tu mejor amiga. Y a mí, él me importaba demasiado.
---------------------

¡Uy! ¡Chicas! Éste capi me tiene inquieta. He estado leyendo “Fifty Shades of Grey” y sé bien que se me ha colado en la narrativa.

He procurado mantener la historia lo más realista posible pero para el reencuentro me dejé llevar. Tenía que ser intenso, apasionado, memorable y la verdad; me permití ser fantasiosa y cursi. Y a la vez, dejé que Christian Grey me estuviera susurrando al oído el cómo contarles las cosas. Je je je…

Ya me dirán ustedes su opinión al respecto



Cariños: Sissy

14 comentarios:

Wichelitap dijo...

pues Sissy... me reeeee encanto el cap... increible... y debo de decirte que tranquila, paarecera fantasioso, pero la verdad, SI PUEDEN PASAR ESAS COSAS!!! DE BUENA FUENTE TE LO DIGO... jejejeje... km te dije tuve mi robert, y pues fue bien intenso el reencuentro en esa ocasión... muy parecido a tu relato, casi igual... jejeje:P
Pues... me dejas picada por saber km le hara robert con kris... xq hasta donde se tiene entendido en la historia sigue con ella...
estare esperando el sig cap, o al menos uno de los tan ansiados adelantos que nos diste por un tiempo...
XOXO
wichi

Sissy dijo...

Uy! Chicas! No saben que nervio me dio otra vez este capi por lo explícito del evento. Disculpen si alguna de Uds. lo encuentra molesto.

Para esta noche ya tengo cerrado el capitulo 30 y desde que Robert y Nina se reencontraron todo es demasiado intenso y complicado luego de tanto tiempo y tantas decisiones tomadas. Es difícil mantenerse realista cuando cosas que no esperabas ni en sueños, te suceden... Bueno, le pasan a Nina... Je-je...

Aunque si, Wichi, a veces la vida diaria supera por mucho a la ficción. O peor aun, se asemeja demasiado. Cuidate mucho, linda, okay? El corazón se retuerce ante los recuerdos...

Chicas, mil besos y gracias como siempre por sus palabras, siempre las leo y procuro al menos reconocerselos en el chatterbox. Se bien como cuesta trabajo animarse a comentar y lo valoro.

Coka, te quiero, pero eso ya lo sabes amiga!

Cariños: SISSY




Unknown dijo...

hola Sissy- El capítulo me encanto con esos toques a lo Christian Grey. La pelea entre Ethan y Robert un poco salida de tono, un inglés jamás pelearía en esa forma no entra dentro de su educación.
La actitud de Nin muy acorde a la personalidad que le has dado al personaje.
En resumen muy entretenido el capi. Una observación hay varios errores gramaticales. Te sobran algunas conjunciones y falta un que.
Esperare impaciente el próximo capítulo.

Unknown dijo...

SISSY TE FELICITO EL CAPI ESTA FABULOSO NO PUDO ESTAR MEJOR EL REENCUENTRO ENTRE ELLOS DOS COMO SIEMPRE SUPER APASIONADOS Y ENTREGADOS EL UNO AL OTRO TE FELICITO QUEDO EN ESPERA DE LOS SIGUIENTES CAPITULOS ESTA CADA VEZ MEJOR LA HISTORIA

Anónimo dijo...

Hola Sissy
Un súper capítulo, que intenso reencuentro creo que a todas nos encanto, ojala y que Robert ya pronto se decida a dejar a Kristen y continuar su relación con Nina, pero seguiremos esperando con ansía los siguientes capítulos porque aquí todo puede pasar.
Felicidades Sissy, que buena escritora eres.
Marga.

maty dijo...

hola sissy buenicima tu historia... encontre este blog hace poco y acabo de leer toda la historia complete y me encanta y creo k de todos este ha sido el capitulo que me a gustado mas.... esperare por que subas el proximo para continrar con el relato... muchas felicidades escribes muy bien

Unknown dijo...

sissy felicidades esta super wao el capi... me encanto y como siempre ansiosa por leer el siguiente jajajaja!!! de verdad te felicito amiga eres una super escritora!!

espero que pronto pueda leer el siguiente capi, es mas podrias subirlo como regalo de cumple!! jajaja

Cariños y besos para ti! Mary

Bell.mary dijo...

Hola mi querida Sissy, espectacular este capitulo muy intenso pero creo estuvo perfecto para la ocasion, digo despues de tanto que ellos estaban separados valia la pena un reencuentro asi de intenso, ahora vamos a ver que cosas sucederan a partir de este encuentro espero que sean cosas buenas para ambos,,,,,,,,,
Gracias por este capitulo maravilloso y que mejor que tuvieras susurrandote al oido al enigmatico y super candete Cristian Grey por dios que este hombre hace derretir un iceberg, gracias tambien por pasarme este libro que desdes que lo lei tambien quede super prendada del Sr. Grey,,,, bueno que mas te puedo decir sabes que AMO esta historia..........
Besos para ti y la nena.......
Cuidate mucho. <3<3<3

Sissy dijo...

Chicas, gracias por sus comentarios. Con el ánimo como lo traigo de bajo, su apoyo sirve de mucho!!!!

Las quiero:
Sissy

althena dijo...

Sissy Ame este cap!!! excelente reencuentro no me espere que fuera tan explosivo genial!!!♥♥♥ espero que ahora Robert deje a Kristen y no sea pendejo y eliga a Nina no es justo para ella que la vuelva a lastimar!!! que ya se queden juntos!!! Me encanto gracias Sissy sigue asi♥♥♥

Anónimo dijo...

Sissy!!
que capitulooo!!...
siempre dandonos algo interesante y diferente..
ya quiero sabeer que siguee!!

y que nin tan más suertudaa!!

Besos
Reyna :3

Anónimo dijo...

MARAVILLOSO...me dejaste sin palabras.........POR FAVOR NO DEMORES EN PUBLICAR EL SIGUIENTE
MARTHA DE PERÚ

healcar dijo...

Super este capitulo!!!! Me comi las uñas, que reencuentro mas apasionado, me encantaria que terminaran juntos.

PD me siento como Rob, escribiendo sin saber si me leen o no jajaja

coka dijo...

Healcar si te leemos, Sissy y yo con cada comentario que públicas