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martes, 26 de octubre de 2010

Traicion Imperdonable- capitulo 3 (Cunning Angel)




Capitulo Original de Cunning Angel

Capítulo 3

TEMA: No Lo Digas Más (Luis Fonsi)

Hoy que desperté no conocí tus besos
ya tus ojos no saben disimular
no me atrevo a preguntar
lo que en el fondo se que va a pasar
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas
Yo sabia que se iba acabando mi tiempo
todo lo que sube tiene que bajar
me da miedo aceptar
lo que en le fondo se que va a pasar
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas, no lo digas mas
Siento que el aire se me acaba
al escuchar que no me amas
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar...
Se que te vas a ir no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas...
.


Él se despertó cuando el reloj de la oficina marcaba las cuatro de la mañana. Los brazos de la joven rodeando su cintura y aquel rostro recostado sobre su pecho eran clara señal de que lo de anoche no había sido producto de su lujuriosa imaginación.

Aquellas piernas enredadas traían a su mente una serie de imágenes de la noche anterior. En silencio comenzó a separarse de la chica.

Se vistió de forma rápida y se apresuró en despertar a Ángela, no sabía muy bien que decirle. La verdad le preocupaba más el hecho de ser descubiertos que formular una oración coherente.

— Ángela — susurró en su oído.

— Ángela — repitió en vista de que no despertaba. Entonces ella abrió sus ojos, ella le observó por unos segundos y luego le observó su cuerpo, él al comprobar que ella se encontraba desnuda, las mejillas de la chica se inundaron de un profundo rosa y murmuró algo así como… "Fue real". Lo hizo casi en un hilo de voz, pero él estaba lo suficientemente cerca como para oír aquello, de hecho se encontraba peligrosamente cerca…

— Buenos días— dijo antes de depositar un casto beso sobre aquellos dulces labios.
— Bu-buenos días— respondió la joven, aún sorprendida.

Ni siquiera estaba seguro de porqué lo hizo, sólo actuó y se dejó llevar. Él no quería que Ángela se sintiese incómoda, mal que mal fue él quién inició todo.

— ¿Estás arrepentida? —Preguntó a la chica, sin saber aún la respuesta que de verdad debería alarmarle.
.
¿Estaba él arrepentido?
.
— No— dijo firme, mirándome a los ojos. — Pero, esto no se puede volver a repetir— corrigió al instante.

— En eso estoy de acuerdo contigo, tienes que olvidar que esto sucedió. — Él jamás lo olvidaría…

— Yo lo siento, no sé que me pasó, discutí con mi mujer y… perdóname Ángela, tú no tienes porque aguantar mis problemas, ya debes tener suficiente confusión en tu cabeza. ¬— susurró avergonzado.

— No se preocupe, estoy segura de que solucionarán sus diferencias. Ustedes se aman, saldrán adelante. La Sra. Isabella es una gran mujer. — Claro, una excelente mujer, hasta un témpano de hielo es menos frío que ella.¬— pensó con gran dolor.

— Tienes razón— respondió seco, dando el tema por zanjado.

Le dio la espalda para regalarle cierta privacidad para que ella se vistiera, lo cual era increíblemente absurdo, ya anoche él había memorizado cada parte del cuerpo de su secretaria.
— Asumo que puedo contar con tu discreción ¿No? — preguntó sin girarse aún.

— Claro, aquí no ha pasado nada— respondió Ángela mientras escuchaba como los tacones emitían un leve sonido, indicando que ella caminaba hacia la salida.

— ¡Ángela! — la llamó antes de que saliese de la oficina. Ella se paró en la puerta y él se apresuró a alcanzarla.

— Gracias— confesó, era cierto. Esto estaba mal, él no debería dañar a Bella de esta forma, pero ¿Cuánto más puede aguantar un hombre sin sexo? Y ciertamente Ángela le había hecho sentirse querido, por unos instantes él hubiera jurado que la chica realmente le amaba, y no sólo lo decía por satisfacerse a él mismo.

Bella se había encargado de alejarle. Los últimos meses su convivencia había sido prácticamente insoportable. Llegaba a casa sólo para encontrarse a su mujer con un carácter en extremo irritado, él ya tenía suficiente con las desgastantes horas de la oficina, como para cargar con una nueva discusión. Por lo que prefería no hacerle caso y simplemente meterse directamente al baño, suponiendo que una ducha le relajaría. Sin embargo aquello no servía de nada, ya que al salir volvían sus constantes quejas.

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— ¿Dónde estabas?
— En el trabajo
— Verdad, lo olvidaba. Ya que tu sí puedes trabajar. Yo soy otro caso, obvio, no soy más que una incompetente que es mantenida por su esposo. Al menos soy buena mudando pañales.
— Bella, no sigas.
— ¿Por qué? ¿Tanto te duele que diga lo que es obvio?
— Olvídalo, no quiero discutir.
— Claro, se me olvidaba que tú nunca quieres discutir. ¡Maldita sea Edward!
— Buenas noches Bella.
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— ¡Ángela! No puedo permitir que te vayas a estas horas a tu casa. Yo te llevo.
— No se preocupe, puedo pedir un taxi.

— No es una pregunta, te llevaré aunque tenga que hacerlo por la fuerza. — afirmó.
La siguió hasta el ascensor, y no pudo evitar recordar una escena de atracción fatal. Demonios, que le estaba haciendo aquella mujer…

Sus miradas se encontraron, y el rubor en las de la chica mejillas en conjunto con el maligno brillo de sus ojos le confirmó que ella estaba pensando en lo mismo.

El ascensor se detuvo y antes de que fuese conciente de si ella o él habían presionado el botón de emergencia su boca se estaba adueñando de unos de los pezones de ella. Sus camisas se encontraban dispersadas sobre el piso. Sus manos apretaron con furia las nalgas y la embistió con tanto ímpetu que el grito que soltó su secretaría le sonó más a dolor que a placer. La exquisita fricción de sus caderas le sabía a gloria, el aroma a sexo inundaba el ascensor.

El silencio reinante en el lugar a altas horas de la madrugada era interrumpido únicamente por aquellos desaforados gemidos.

— Edward más— Suplicaba la criatura, y yo le concedía aquella petición. La penetó hasta el fondo tantas veces como sus cuerpos soportaron. Se adentró hasta lugares que nunca creyó fuesen posibles, las piernas rodeandosus caderas mientras devoraba con hambre aquellas perfectas cimas, causando que el orgasmo fuese inminente.

Esa noche se atrevió a incursionar con ella en el arte de amar, la giró y le suplicó le dejase cumplir con ella esa fantasía que tantas veces le prohibió Bella…

Ángela asintió nerviosa

— Tranquila— musitó contra la boca de ella mientras con sus manos acariciaba la húmeda cavidad. Comenzó a introducir poco a poco sus dedos, hasta que se aseguró de que no fuese conciente ni siquiera de su nombre.

Sin previo aviso se adentró en ella, pero de forma lenta y acompasada. La punta de su miembro cautelosa se abría paso entre la división existente entre las nalgas.

— Respira—, pidió ante los chillidos de la joven. Sus manos continuaban entrando y saliendo del centro de la chica, acariciando con maestría el clítoris mientras él disfrutaba embistiéndola por detrás.

En ese momento no pensó en su esposa, ya no le importaba su rechazo ni recuperar su matrimonio, no le importaba Nessie, podía seguir siendo un buen padre sin ser esposo de Bella. En estos instantes solo pensaba en el placer del que su cuerpo estaba siendo preso en los brazos de aquella chica.

Se salió de ella y sin esperar más la besó. Dejó que su lengua se adentrase en la boca en un beso hambriento y bestial. Succionó aquellos labios convenciéndose de que aquello era lo que él quería, poco a poco Ángela fue pillando el ritmo. Nuevamente su erección se hizo presente, chocando contra el estómago de su secretaria.

— Te amo Edward, Siempre te he amado— gimió al instante en que la penetró con furia. — aquello le dejó estático. Él no le había pedido que dijese eso, y a diferencia de la vez anterior, lejos de excitarle, sólo consiguió matar toda la emoción del momento, convirtiéndose en un verdadero balde de agua fría.

— Esto está mal— dijo mientras salía de ella. Se maldecía internamente por su irresponsabilidad, no sólo había traicionado a su mujer, sino que por el contrario lo había hecho por segunda vez y nuevamente sin protección.

— Lo siento Ángela…— ella sólo asintió avergonzada.
Salieron en silencio del ascensor, no se dirigieron la palabra durante todo el camino hasta que llegaron a su casa.

Ella movía nerviosa sus dedos, sin salir aún del auto, por lo que supuso quería decirle algo, la observó con interés dándole confianza para que hablase de una vez.

— Perdóname Edward, no quise— la interrumpió poniéndole un dedo sobre su boca
— No tienes que disculparte por nada pequeña, si alguien falló aquí fui yo. No eres tú quien engañó a su mujer, no eres tú quien olvidó a su familia ni a su hija, tú no me obligaste a nada cariño. — le dijo.
— Lo sé, pero-
— Nada de peros, ahora entra a tu casa y descansa. Puedes tomarte el día libre, ya sabes, para descansar…— ella sonrió avergonzada, pero terminó por asentir.
— ¿Quieres… entrar?, digo, para darte una ducha antes de ver a tu familia…—
— Preferiría que no, No me parece una buena idea.
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— ¿Cariño por qué lloras?
— ¡No sé que hacer Edward!
— Tranquila amor, sea lo que sea que te esté afectando lo superemos juntos
— No Edward, esto es demasiado grande, no creo que pueda superarlo, yo… no estoy lista Edward ¡ No lo estoy!
— Bella, me estás asustando, dime que es lo que está sucediendo.
— Tengo que solucionarlo, tengo que impedir esto antes de que sea demasiado tarde
— ¿Qué es lo que debes impedir? Amor, por favor explícame que te está preocupando, porque me estás asustando, no puedo adivinarlo Bella, necesito que me digas que pasa.
— Estoy embarazada Edward.
— ¿Estás segura Amor?
— Sí, lo estoy, ayer me lo confirmó el médico
— Tranquila cariño, todo estará bien.
— No Edward. ¡No estará bien y lo sabes! ¿Y si no soy una buena madre?
— Lo serás, amor. Serás una madre maravillosa.
— No Edward, no puedo.
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Estacionó el Volvo y se dirigió en silencio hacia su casa. Su celular marcaba las seis. La culpa y el remordimiento aún no comenzaban a martirizarlo, y lo agradeció, no tenía fuerzas para nada más que para dormir.
Introdujo la llave cuidando de no emitir sonidos para no despertar a su angelito y a ella…
Ansiaba con urgencia una ducha, pero él estaba tan exhausto que siguió de largo e ignoró la puerta del baño.
Observó el comedor y reparó en un detalle que horas atrás no había prestado atención, sobre la mesa de centro se encontraba una botella de Champagne vacía…
Bella nunca se había destacado por su tolerancia al alcohol, por el contrario ella…
¡Santo Cielo! ¿Cómo demonios no lo pensé antes? — se lamentó.
Corrió hacia la cocina y comprobó con vergüenza la fecha que indicaba el calendario…
Hoy era su aniversario de matrimonio… Por eso Bella había estado tomando, demonios
¿Cómo pudo olvidarlo?
Simplemente era mucho más fácil culparla a ella de todos sus problemas.
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— ¿Cariño que haces en el living?.
— Bella… amor, Responde.
— Tenía que despedirme Edward…
— ¿Amor, de qué estás hablando?
— ¿Por que me dejaste solo en la cama?
— Lo maté Edward… El niño ya no existe…
— Bella, amor, tienes sueño aún… Estás hablando incoherencias por levantarte a plena madrugada.
— ¡Aborté Edward!
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Era mil veces más fácil fingir que ella era la única responsable en aquel distanciamiento que afrontar la realidad.
Pensó que con la llegada de Nessie las cosas cambiarían… Pero aquello sólo consiguió aumentar las inseguridades de su esposa y la mujer de la que se enamoró terminó por desaparecer por completo.
Ingresó a la habitación de huéspedes, la que desde hace dos semanas se había convertido en la suya y entonces la vio…
Tan hermosa como siempre, aún con sus ojos hinchados, los que asumió se debían a las lágrimas que había derramado producto de su rabia, se veía preciosa, un leve olor a alcohol le golpeó con fuerza…

Ella sí había estado tomando.
Hoy que desperté no conocí tus besos
ya tus ojos no saben disimular
no me atrevo a preguntar
lo que en el fondo se que va a pasar
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas
Yo sabia que se iba acabando mi tiempo
todo lo que sube tiene que bajar
me da miedo aceptar
lo que en le fondo se que va a pasar
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas, no lo digas mas
siento que el aire se me acaba
al escuchar que no me amas
Se que te vas a ir
no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar...
Se que te vas a ir no escondas la verdad
si te quite las ganas de intentar
se me olvido sentir
no te supe cuidar
ya lo entendí no quieres regresar
pero no lo digas mas...

7 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantan tus historiAas pero esta nla verdad que no me gusta....perdon no te ofendas

coka dijo...

Chica anonima, esta historia no es mia, es de Cunning Angel una blogera de mucho talento, y que me hace el honor de escribir en este humilde espacio!!!

Lizzy dijo...

Pues ami si que me gusta porque pienso que expresa la realidad de una pareja que su matrimonio se ha perdido.
No todo es color de rosa en la vida y estas cosas son moneda corriente en un matrimonio... que no se cuenten o se perdonen es otra historia pero suceden con mas frecuencia de la que nos gustaría.
Nos leemos pronto.
http://miangelpersonal.blogspot.com/

Lisy dijo...

Coka esta historia es dramaticamente mas apegada a la vida real pero no por eso es menos interesante y buena, yo creo que deben de seguir adelante Cunning Angel escribiendo y tu subiendo su trabajo para que lo sigamos leyendo.
Gracias Coka por todo tu trabajo y
Felicidades ya que apoyas a las demas escritoras esperimentadas o principiantes ,eso hace tu blog mas variado e interesante.
Me encanta leerlo y seguire apoyandote con mis comentarios.

Con carino:
LISY

Anónimo dijo...

hola, la verdad e leido varios de estos blogs y todas tiene un grna talento pienso q pueden ser grandes escritoras, pero esta historia en particular no me gusta sin afan de ofender a nadies, es una buena historia pero no me gusta el hecho que casi se destruya a dos grandes personajes como edward y bella en esta historia no queda ni un rastro de lo q en toda la saga nos fue narrado, y no se apega a la verdadera historia ya que los vampiros no lloran no duermen, etc. Admiro tu inmaginacion y tu forma de escribir eres muy buena pero no me gusta la forma en que transformaste a los personajes como t digo solo es mi opinion no pretendo ofender a nadie

coka dijo...

Aclaro nuevamente, esta historia no es mia es de Cunning Angel una gran escritora que me ha hecho el honor de dejar aqui su talento para que lo disfrutemos todas.
Sobre gustos no hay nada escrito...

Diana dijo...

La historia me encanta!!!!!!!!!!!!
quisiera que Edward se quedara con Bella
Besos