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lunes, 11 de enero de 2010

A la Caza de Vampiro. Capítulo 4

AMOR A PRIMERA VISTA


Capitulo escrito por Coka y Alexa


Diario de Coka
Londres, 19 de Noviembre



Debían ser cerca de las 5:00 am. cuando corté el teléfono.
Había logrado mantener el ritmo normal de mi respiración durante todo el tiempo que duró el llamado, pero sucumbí ante la falta aparente de aire en mis pulmones.
En un intento casi patético por recuperar la normalidad inhalaba profundamente, podía sentir que estaba al borde de un ataque de pánico.

—Ale... —. Logré decir.

—¿Qué pasa? —. Contestó esta con las pupilas completamente dilatadas. —¿Coka?, por favor dime que pasó.
¡Se fue todo al carajo…!¿Es eso? —.


—Alexa…— Dije tratando de recobrar el control sobre mi misma. —En veinte minutos más, pasaran por nosotras—.

No había nada que yo pudiera hacer por controlar el inminente ataque de ansiedad que estaba comenzando a experimentar.
Caí de rodillas cuando estas no fueron capas de soportar el peso de mi cuerpo.
Alexa corrió hacia mi asustada al ver el estado en el cual me encontraba, intentando por todos los medios que yo volviera a la normalidad.

—Coka, pon la cabeza entre las piernas.
Inhala…. Exhala. Otra vez, inhala…. Exhala. Así, muy bien. Respira, respira—. Me guiaba.

Entonces cuando vio que los colores volvían a mi rostro me preguntó:

—¿Que me has dicho?. ¿Quien pasara por nosotras? —.

—Un….. coche—.

—¡Que!. ¡Dios mío!.
¿Y que haces tu ahí en el suelo?. Muévete Coka, si te tiene que dar algo que te dé después.
¡Apúrate! —. Exclamó mientras agarraba cosas de su maleta y las metía en un bolso de mano.

—¡Tu pasaporte! —. Le recordé al ver que lo había olvidado sobre la cama.

—¡Mierda….. mi pasaporte! —.

No podía creer que todo estuviera pasando tan rápido, había pensado toda la tarde en que buza me pondría, y había elegido unos lindos zapatos que hacían juego con cartera favorita.
Pero todo de iba al carajo, ya que ni tiempo tenia de cepillarme los dientes.

El ruido de una bocina me sacó del trance, automáticamente busqué mi cartera y salí corriendo escaleras abajo.

—¡Alexa apúrate!. ¡ Dios mío te juro que me voy sin ti! —.

Entonces escuche sus pasos a pocos escalones detrás de mi.

—Qué bonito. Yo dándote apoyo moral para que no te diera un ataque al corazón y tu a la primera oportunidad me dejas—.

Entonces paré de golpe y ella se estrello contra mi.
Por poco pasa volando sobre mi cabeza.

—¡Pero Coka! Si no quieres ir conmigo me lo dices y ya… no es necesario que me mates….—.

—Lo siento—. Le dije aguantando la risa nerviosa que luchaba por salir de mi boca.

—Estas loca de remate…—. Me contestó largándose a reír. —Vamos pronto que el coche nos deja—.

Frente a la casa nos esperaba una Van azul con vidrios polarizados con la puerta abierta.
Sin dudarlo por un momento nos metimos en ella.
Al entrar en ella la luz se apagó y quedamos a oscuras. Un vidrio separaba los asientos de los pasajeros de los del chofer y un segundo después la camioneta partió casi sin hacer ruido.

Debieron pasar algo así como 15 minutos en que seguíamos sin respirar, hasta que de pronto Alexa reacciono.

—Disculpe…. Señor—. Dijo aclarándose la garganta. —Disculpe, a donde nos dirigimos? —.

Pero nadie contestó.
Nos miramos extrañadas, confundidas y sobre todo… nerviosas.

—¡Señor! —. Volvió a decir esta vez con un tomo más fuerte. — Me podría decir a donde nos dirigimos…—.

Nuevamente silencio.

—Esto se estaba poniendo raro—. Pensé en voz alta.

—¿Raro? Pero Coka. Tu dijiste que…. —.
No quería asustar a mi amiga. ¿Pero que pasaría si ese no era nuestro transporte? ¿Y si era el transfer de alguien más y si nos habíamos subido sin preguntar de manera alocada e irresponsable, y si el verdadero transporte había pasado? y se había ido llevándose con ello nuestro más acariciado sueño...?
Entonces me pareé y golpeé fuertemente el vidrio.

—¡Señor por favor responda! —. Hablé con voz muy poco amigable.

Un sonido de micrófono salió de los costados de la Van.

—No estoy autorizado a entregar ningún tipo de información, me podría costar el trabajo—.

Dicho esto corto.
Entonces recordé lo que me había dicho Pato:

“Una cosa más…., no preguntes nada al chofer, ya te contaré”

Yo intentaba controlar mi respiración y el corazón que se me salía por la boca a punto de una embolia pulmonar, Alexa se peinaba de manera frenética con una de las pocas cosas que había echado al bolso, su querido cepillo anti friz, con el único que dominaba la melena de rizos que le llegaba casi a la cintura…la escena era de sanatorio, no se cual de las dos estaba más histérica.

Me controlé y me armé de valor.

—¿Podría por lo menos decirnos a donde vamos?. Volví a preguntar haciendo caso omiso de las palabras dichas por mi amigo. —Es que estamos un poco nerviosas, eso es todo—. Agregué con un toque de complicidad y suplica.

—Bournemouth—. Respondió el hombre al otro lado del vidrio y entonces cortó para nunca más volver a hablarnos.

Bournemouth, Bournemouth… Decía tratando de encontrar en mi mente toda la información relacionada a esa ciudad.

Entonces recordé y sin dejar de mirar por la ventana le comenté a Alexa.

—Es un centro turístico costero ubicado en la costa sur de Inglaterra.
Sus playas son increíbles Alexa, algún día iremos te lo prometo—.

—Pero que loca eres…. Si ahí vamos—.

Entonces un poco más relajadas nos reímos.

Ya comenzaba a amanecer cuando finalmente y luego de casi dos horas de viaje, la camioneta se detuvo y alguien abrió la puerta.

—¿Porque son dos personas? —. Preguntó un hombre alto con cuerpo de gorila que llevaba una carpeta y unos audífonos en el cuello.
—No lo sé, a mi me cito Patricio Arana y me dijo que trajera una mesera—. Le respondí rápidamente inventando mientras maldecía a Pato por no estar atento de los detalles. Eran errores como este los que podían dejarnos fuera.

—Mmm. No. Era sólo una persona.
Una de ustedes tendrá que irse—. Dijo mientras nos miraba de pies a cabeza, primero a mi y luego a Alexa.

Entonces muy molesta me crucé de brazos, cuadré mis hombros, enderecé mi espalda y levanté mi cabeza, demasiado orgullosa para bajar siquiera un centímetro los ojos.

—No me hicieron venir hasta aquí para luego enviarnos a casa—. Dije vehementemente en un tono un poco insolente para gusto del productor quien se sacó los lentes y estaba dispuesto a enviarnos a ambas de regreso a patadas…

—¡Coka! —. Gritó alguien desde lejos… Era Pato.

Volteé a mirarlo en el momento que el alma me volvía al cuerpo. Alexa me miraba con los ojos llenos de lagrimas a punto largarse a llorar.

—Patricio—. Respondí intentando que el gorila no notara nuestra relación.

—Tranquilo Donald, ellas son del catering.
Sólo una persona es muy poco, daríamos un servicio poco eficiente—. Le explicó tratando de parecer relajado aunque yo que lo conocía sabia que se estaba jugando bastante en esto.


—Bueno, tu mandas, si dicen algo diré que tú lo autorizaste, ya sabes lo estrictos que están—. Se volteo hacia nosotras y nos dijo:

—Las reglas están claras me imagino, ¿no? — Y nos volvió a mirar con los ojillos de rata malévola que tenia.
Asentimos con la cabeza sin decir palabra alguna.

—En marcha—-. Hablo ahora Patricio, acercándose luego a mi y me dijo por lo bajo:

—Las reglas aquí son no hablar si no les hablan y no molestar para nada al elenco, no miren a Robert P. a los ojos y manténganse en sus puntos, ok? —.

Su tono era suave pero había debajo de todo aquello me dejaba ver la seriedad de todo el asunto.

—Otra cosa. Coka yo se que te cuesta, pero intenta ponerte en tu papel.
Aquí eres el catering, esto me puede costar el trabajo si sospechan algo—.

Luego dejó de mirarme y nos apuntó unos camarines para que nos cambiáramos y lo esperáramos en un punto que nos señaló.
Caminamos derecho y riéndonos solas aun sin poder creer lo que estábamos viviendo, justo en ese momento, algo nos dejó heladas…

Era Taylor Lautner, saliendo de un trailer quien se cruzaba justo en nuestro camino.
Nos quedamos con la boca abierta, todo el espectáculo era verdaderamente patético.

—¡Dios mío! —. Dije sin ningún pudor.

Miré a Alexa y ella estaba en estado REM.
Taylor sonrió y si hubiera sido posible hubiera muerto justo ahí, habría muerto de amor.
Él siguió avanzando, yo por nada del mundo dejaría pasar una oportunidad como esa.

—¡Tay! —. Le grité y el volteó hacia nosotras. —¡De verdad que eres bello—.

Mis estupidas palabras le arrancaron una sonrisa dejando al descubierto sus perfectos dientes blancos.

—Gracias—. Me respondió.

Y eso podría haber sido todo.
Dignamente habría expresa mi admiración por él. Pero lamentablemente no pude detenerme….


—Te puedo decir que lo mejor que pudieron hacer fue mantenerte en el elenco, tu actuación en Luna Nueva fue magistral, te veías tan dinámico, tan salvaje, tan guapo… —. Con cada que palabra que decía caminaba hacia él hasta que por fin le tuve junto a mi.

Tome su brazo a la altura de los bíceps y le dí un pequeño apretón sintiendo la dureza de sus músculos entre mi mano.

Me encontraba en el paraíso y fue Alexa quien me despertó:

—Coka, suéltalo—. Me dijo en voz baja —Estás loca, nos van a sacar de aquí con guardias—.

—¡Taylor disculpa! —. Le habló ahora a él.

Entonces volví a la realidad y vi como el gorila con ojos de rata, venía hacia nosotras caminando rápido sin despegarnos los ojos de encima.

Cuando llegó hasta nosotros tres le hablo a Taylor sin siquiera mirarnos.

—¡Disculpe, no volverá a suceder! —.

Luego se retiró indicándonos que le siguiéramos.
Alexa volvía a llorar pero esta vez de rabia.
—Te voy a matar Coka, te lo juro—. Murmuraba entre dientes mientras caminaba siguiendo la ruta que nos señalaba el productor.

—No sé quien las recomendó y porque están aquí, pero les diré que a la próxima indiscreción, estarán fuera del plato en 2 minutos. ¿Entendido? —. Me miraba ahora solo a mí.

Yo apretaba los dientes mientras me tragaba la saliva que feliz le habría tirado a la cara.

“—¡¡Maldito!!, ya verá, sólo con dos llamadas a las personas adecuadas y estará en la puta calle en sus mismos dos minutos, no sabe quién soy yo—” Pensaba echando chispas por los ojos.

Moría de rabia y lo peor era que por el momento, estaba obligada a aguantarme todo lo que viniera…Rob lo valía.

—Mmm, Señor disculpe es que perdí un poco el juicio pero le juro que no volverá a suceder, le doy mi palabra—. Dije tragándome mi enorme orgullo, pero era orgullosa y no tonta.

Ese hombre no nos alejaría de nuestro sueño, no ahora.


—OK, así lo espero por su bien—. Y dicho esto se alejó nuevamente.

Entonces de la nada sentí la voz de mi amigo patricio y no pudimos evitar dar un salto,
estábamos demasiado nerviosas.

—Coka, ustedes estarán presentes durante toda la filmación pero júrame que no vas a cometer ninguna locura, por favor—. Me pidió Pato asustado.

—A ver Pato, tú me conoces cuando me he desubicado? —, Le respondí cínicamente, ignorando lo que había pasado hace medio minuto con Taylor.

Alexa mientras tanto miraba con la cabeza giratoria, como lo hacia Linda Blair en “El Exorcista”, atenta a cada movimiento por si lo veía.

—¿Ves alguien mi Alexa Lechuza? —. Le pregunté sin dejar de reírme de ella.


—¿Pato ¿que hace aquí el lobo? —. Le consulté aprovechando que él había creído mi actuación de mujer juiciosa y controlada.

—¿Que lobo? —. Dijo extrañado.

—Ya sabes… Taylor. —.

Me explicó que también era protagonista del comercial.

— Tiene a todas las tías igual de piradas por él, pero no exige nada y es muchísimo mas simpático que el gilipollas ese—.


—No es ningún gilipollas—. Dijo Alexa un poco alterada.

Le di un codazo mientras la empujaba para atrás.

—Pato, te pasas un poco, el pobre tipo esta estresado, hace menos de un año casi lo matan esas locas que irrumpieron en la alfombra roja, ¿no te acuerdas?. Contesté para apaciguar los ánimos.

—Eso no fue nada solo un par de locas fuera de sí—. Contraatacó Patricio restándole importancia.

—¿Solo un par de locas?. Eran como 100 locas y dudo que fuera nada, por algo estuvo 3 días sin recuperar el sentido, que si no lo rescatan esas locas lo matan—. Dije yo ahora muy molesta.

— Ustedes porque aun no se han puesto el uniforme—. Pregunto otro que venía también con audífonos, parecía que ese día hasta los ratones nos basurearían… Con lo mala que era para acatar órdenes, esto sería más difícil de lo que había pensado.
—Síganme—. Nos ordenó.

Luego extrajo unos paquetes de la parte trasera de una camioneta y nos los entregó.
Casi me muero cuando me pasan una maya y un gorro tipo chef.

—¡Noooooooo!, olvídenlo yo no me pondré eso—. Le dije al hombre de los audífonos.

—Yo si—. Agregó Alexa detrás de mí, extendiendo las manos para recibir los feos accesorios.

—Ok, usted entonces, ¿se queda o se va? —. Me preguntó secamente.

—Démelo—. Respondí mirando con odio a Alexa y nos dirigimos tras bambalinas para cambiarnos.


—Te volviste loca, es que seremos además del servicio, las más feas del plato, cual es la idea Alexa? —. Le interrogué muy enojada.

—Mira Coka, yo te adoro, pero como ya vi que vas de agrandada, cuando te dijeron que debíamos ser invisibles, yo no estoy dispuesta por nada del mundo a perder esta oportunidad, si te quieres ir como sea de este lugar, ¡allá tu! —. Me respondió ella igual de enojada.

—Ok, ¿parece que te estás olvidando gracias a quien estamos en este circo hoy? —. Le tan seria que enseguida nos miramos y nos largamos a reír a carcajadas, jamás nos habíamos enojado y ahora parece que esto estaba cambiando nuestro ánimo, lo que no permitiríamos que pasara.


—Bueno—. Respondió ella. —Te perdono por todo…. Tienes razón Taylor, es que esta para comérselo. Mira que parece un Dios Griego—. Decía mientras se mordía el labio y se vestía.

—Es mucho más alto de lo que imaginaba y mucho más bello, parece que los dioses lo esculpieron—. Comenté también mientras nos reíamos bajito para evitar miradas.


Nos pusimos donde nos dijo el pesado de los audífonos y alguien me toco el hombro, me di la vuelta y era la el gorilon nuevamente.

—Señorita podría cerrarse los botones de la blusa—. Sugirió mientras me señalaba el escote.

Es cierto había intentado el típico artilugio del escote, ya que debía parecer calva con el gorro, por lo menos me vería un poco sexy, pero me habían atrapado con las manos en la masa.

—Abotónese hasta arriba la camisa por favor—. Me ordenó irónicamente.

Seguro era gay, en estos cargos de coordinación sólo funcionan bien las mujeres y las locas, porque lo que tienen de histéricas lo tienen de minuciosas.

—Estas jugando chueco—. Reclamó Alexa riéndose de mi. —¡Claro como tengo busto de niñita de 15! —.

—¡Chicas! —. Nos llamó Patricio acercándose. —¿Como están? —. Pregunto nervioso mirando hacia todos lados.

—Este tipo debe estar por llegar, me acaban de llamar—. Continuó al tiempo en que miraba su reloj.

Aparentemente Robert tenía una hora de retraso y mi amigo estaba un tanto intranquilo con su demora.

Mientras estaba allí con nosotras le pregunte cuánto duraría la filmación, me contó que una semana porque como Robert P., estaba en plena filmación de Amanecer, debía volver un día y regresaría para terminar.

Entonces me hice una idea del kilombo que había tenido que montarse para poder darle en el gusto a todos los requerimientos de agenda, además que debe haber estado costando una fortuna todo aquello.

En ese momento recordé que no había traído ni ropa interior y que estábamos en mitad de una reserva a kilómetros de alguna tienda.

—Pato, ¿tu donde te estás quedando? —. Le pregunté.

Entonces el dijo que se estaba quedando en un Hotel y que nosotras lo haríamos en un hostal que había contratado la producción.
Esto se ponía cada vez peor.


—¡Llego! —. Gritó de pronto. Al parecer le habia avisado por Sonopronter.

La sangre se me heló.

Vimos como se acercaba una van la cual se estacionó a unos cuantos metros de nosotras.

Y ahí estaba él, bajando del coche con lentes oscuros y con cara de agotado por el viaje.
Mi amigo avanzó hacia él y un sequito de acompañantes se movió con el.
Luego nos explicaron que eran sus guardaespaldas.
Ambas mirábamos excitadísimas en punta de pies si podíamos ver algo porque estaba en medio de un tumulto.

—¿Patricio Arana eres tú? —. Preguntó Robert a mi amigo.

Le extendió la mano (apenas escuchábamos con el barullo) y le daba las gracias por el cambio de planes tan rápido que debió gestionar para cambiar la locación, además comentó que venía muerto de cansancio en un viaje directo de Canadá y que debía descansar un poco.

—Ok, cuánto tiempo necesitas, estamos on time y debemos partir cuanto antes—. Le dijo Patricio.

—Esta bien dame un par de horas y estaré como nuevo.
¿Me pueden llevar una Coca-cola a mi trailer?. Estoy muerto de sed—. Pidió Robert educadamente y se marchó en dirección a su camarín….

Pasó solo a un metro de nosotras y el tiempo se detuvo a 24 cuadros por segundo, era verdad lo que dicen cuando uno conoce al hombre de su vida….él era mucho pero mucho más de lo que imaginamos, él ahora era el sol… en medio de lo que había sido la noche de nuestra vida…él era sin duda el amor de nuestras vidas.

6 comentarios:

Ladyclumy dijo...

Wow que emocion yo quiero estar ahi en la filmacion por favor llevenme quiero ir !!!!!
Buenisimo el capitulo tambien quiero ver a Taylor.

Lullaby dijo...

Coki!!! que lindo sería conocerlo en verdad, ustedes estuvieron muy firmes, lo que es yo, estaría desparramada en el suelo besando sus pies ja ja ja!! besotes, te amoooooo
sigo...

Isabella Macouzet dijo...

¡omg! ya lo vieron.

Bueno pero yo odio a Taylor, no me agrada, nadie le llega a los talones a Robert... y paso justo a su lado ¡muero! yo quiero estar en su lugar

Irene Comendador dijo...

Pero que pena mas grande, no puedo seguir leyendo, mje sacan del ordenador casi a puntapies, pero os quedo perfecto, hay que ver como es Coka, nena para cumplir un sueño hay que tragar mucho cariño, jajajaaj
Y Alexa tan diplomatica, me encanta, deseando me quedo de ver como le llevan la cocacola, jajajaj
ya me gustaria aunque fuese asi en ficcion, que el nombrecito de Irene se mezclara con el de Robert, jajajaja

prometo seguir leyendo, es una autoobligacion , ajajaj
lo antes que pueda y cuiden esa mentes que valen millones.

Besos y abrazos mis princesas, hacen que mi vida sea mucho mas placentera, gracias de nuevo.
Irene/esperado anochecer

Britt Nox dijo...

diioss!! que cosa mas perfecta.... aunque soy del equipo de Edward Creo q Jake no se queda atras.. el amor de mi vida es Robert J. Pattinson, el es el ser mas majestuoso que existe, y si es el sol... par mi lo es.. el es perfecto. lo amo... las adoro.... sigan....se me salieron las lagrimas de pensar que nunca lo podre conocer... =`(

LISY dijo...

Despues de ver como todas desean conocer a Robert, como que me empieso a lamentar de todas las oportunidades que he dejado pasar, yo que lo tengo tan cerquita de aqui. Coka, yo se que tu las habrias aprobechado al maximo y lo mismo Alexa, pero Britt Nox me conmovio con sus lagrimas por que no tiene esperanzas de conocerlo y yo que si lo puedo hacer, no lo he hecho.

El capitulo esta exelente Coka y se puede sentir el deseo de estar ahi de poder dar aunque sea una ojeada a nuestro Robert.

Besos y abrazos,

LISY