Descubrir que la muerte gusta de ti siempre será peligroso. Aceptar ser su confidente, puede ser peor.
El cambio en las decisiones no quiere decir que todo saldrá bien esta vez.
No hay finales felices, sólo finales que a veces, pueden continuar eternamente.
CAPÍTULO 21
TIEMPO DE PARTIR
Parte I
Desde que llegaron al hospital, Edward
simplemente ya no se despegó de su lado. Sintiendo el dolor de unos padres
destruidos que lloraban constantemente y
deseando poder manifestar del mismo modo su pena. Pero muerto como
estaba, nada salía de sus ojos.
Su
aparente fuerza cuando era evidente cuánto sufría también, fue malinterpretada
por los Renaud. Qué calificaron de estoica su actitud, adjudicándola a una
agobiante vergüenza. Así que Sylvia intentó aligerarle la presión, tomándolo
por el brazo en un gesto solidario y agradeciéndole verbalmente el estar ahí
con ellos.
Edward
se sintió sumamente incómodo por el perdón tan desinteresado que le estaba
otorgando ella. Y aunque asintió educadamente, su sombrío gesto armonizó con
apesadumbrada voz, a su auténtico sentir, al afirmarles lo mal que se sentía
por haberle fallado a su hija cuando más lo necesitaba.
-Edward,
muchacho, no te mortifiques. Tú has llevado tu propia carga por mucho tiempo.
–Respondió ella con suavidad, mientras le hacía un gesto cariñoso en el brazo y
luego se volteaba a mirar a su hija.- Además, ustedes ya fueron un bastión el
uno para el otro. Así que deja de disculparte por haber sido débil un momento.
Lo que importa es que estás aquí, ahora. –Sylvia se encogió de hombros, con una
triste mueca por sonrisa.- Elise habría estado feliz de saberte de vuelta, pero
conociendo a mi hija, sé que hubiera intentando por todos los modos posibles
ayudarte a que no sufrieras por ella.
Edward
se crispó por dentro, evitándole la mirada a la interlocutora. No podía
soportar que Sylvia hablara en tiempo pasado de su hija, resignada
evidentemente a verla morir. Él no podía aceptar eso aún. No. Pero estaba
hundiéndose en la desesperación, al tener tan cerca la aparentemente negada
posibilidad de convertir a Elise.
Y
es que desde la madrugada, habían debatido velozmente junto con Carlisle las
limitadas opciones que aún existían. Pero todas parecían estrellarse, en
ensayo, contra el fracaso. Lo único que tenían a mano en realidad era la ayuda
temporal de la ponzoña, ¡y ni siquiera eso parecía estar funcionando!
Obviamente
Edward, no había esperado ni un segundo en cuanto supo por Alice del estado de
Elise, para exigirle a Carlisle la infundiera con la ponzoña en cuanto fuese
posible. Pero aún con esa dentro de su cuerpo, Elise no había vuelto en sí,
todavía.
Carlisle
sabía por sus experiencias anteriores que no podían darle tan pronto más de la
misma, por mínima que fuese la cantidad, sin desencadenar una funesta reacción
en ella. Su cuerpo podría convulsionarse en espera de más, para iniciar la
conversión. Y al faltarle esa, los órganos colapsarían por el deterioro de los
mismos. Así que por el momento, parecía que lo único que habían logrado, era
alargar su agonía.
Esa
idea agobiaba a Edward. No quería que ella sufriera todavía más.
La
otra opción, la de atreverse a fingir la muerte de Elise, tampoco era viable
sin tener su consenso. Ya que transformarla en ese desequilibrado estado
conllevaba un riesgo demasiado grande. Éste no radicaba en que los
descubrieran, o en la ignorancia de Elise del trance; como lo estuvieron Rose,
Esme y el mismo Edward. Sino en que el daño físico en ella abarcaba su mente,
que se hallaba delirante y perdida.
Eso
dejaba la casi certeza de que al despertar, lo que habría ahí, dentro de su
forma, no sería su Elise. Sino una entidad alucinante que no diferenciaría
realidad de fantasía y que resultaría muy peligrosa para todos. Humanos y
vampiros por igual.
Edward
se mesaba los cabellos constantemente, preocupado. Recordando como Alice le
había pedido que no perdiera la esperanza apenas unas horas antes. Pero justo
en ese instante, con toda la frustrante situación que tenía enfrente, aquello
parecía inútil.
¡Quería
gritar de desesperación! ¿En verdad ese iba a ser el final?
Quizá
por rebeldía para con la aceptación de Sylvia, o por el cambio interno de él,
hizo a un lado su mesurado carácter y se aferró a la necesidad de implorarle
audiblemente a Elise por su perdón. Afirmándole vehementemente la autenticidad
de su amor por ella y rogándole, para sumo malestar de los padres, luchara una
vez más por ambos.
Por
volver a él.
Pero
al parecer, sus palabras no le llegaban. Elise sólo farfullaba en respuesta una
incoherente y queda maraña de frases al
azar.
Ni
siquiera buscándola en su pensamiento lograba realmente sentirla. Su mente
estaba desconectada, intentando aislarse del dolor. Refugiándose a través de la
fantasía y los recuerdos, en la bendita ignorancia de su inminente fin.
Al
ver que no reaccionaba a sus súplicas, Edward decidió que la acompañaría ahí,
donde sólo podría ir él, por más doloroso que fuese seguir al fantasma ciego de
ella en su cabeza. Si en algún momento recuperaba la cordura, lucharía por
sostenerla en esa y obtener su permiso para salvarla. Pero Elise era una
criatura ida, que saltaba de la infancia a la adultez sin transición alguna, y
que se le escapaba rápidamente cada vez que era ella en verdad, con toda su
calidez y amor por él.
Experimentando
una agonía propia, Edward atestiguó turbado muchos sueños, pesadillas,
recuerdos y anhelos de Elise; entremezclados al parecer, con una leve y
esporádica conciencia de lo que estaba sucediendo a su alrededor. Escuchar sus
privados devaneos y reflexiones, le permitió a él profundizar el conocimiento
sobre quién era ella, llegando a comprenderla y amarla aún más. Con todo y eso,
se sintió muy incómodo por invadir así su intimidad, que siempre había
procurado respetar.
Estando
a punto de renunciar a seguirla, súbitamente un extraordinario escenario
comenzó a resonar con conmovedora claridad en la mente de Elise. Edward casi
desfalleció al atestiguarlo. Y fue tan fuerte el sentimiento que éste le
produjo, que la decisión fue casi instantánea. Aquel era un deseo íntimo
compartido, que podía cumplirle aún.
Con
agridulce sentir, se soltó de Elise para concentrarse en las consecuencias de
sus acciones. Quedaba muy poco por disponer ya y repentinamente, junto con esa
fallo, llegó otro, que al comprenderlo y aceptarlo, le bañó de paz.
Una
vez cierto de sí, se dio a la labor de localizar a Carlisle. Lo necesitaba
presente para cuando hablara con los Renaud sobre el deseo de desposar a su
hija.
Sabía
que a pesar de la generosidad de su padre, tendría que convencerle de que
aquellas intensiones no estaban relacionadas con Isabella, en lo que podría
parecer un intento de corregir el pasado de fallas incurridas. Sino simplemente
sus más honestas aspiraciones. Unas, compartidas con Elise, las cuales había
vislumbrado en las fantasías sin censura de su pensamiento.
Elise
anhelaba también casarse con él algún día y seguir juntos así, por la
eternidad.
Así que cuando Carlisle atendió a su
llamado, se dirigió a él con un pensamiento libre de fantasmas y
remordimientos. Porque eso justamente era lo que siempre había sido la imagen
de Bella. Un auto flagelo conducido por su psiquis otrora juvenil, que había
permanecido inconclusa al morir él, con tan solo diecisiete años.
Fue
fácil referirle cosas que su padre ya conocía. Como el que el amor que había
sentido por Bella, había sido maravilloso en su pureza y autenticidad. Tal como
lo es el que se siente siempre a esa joven y voluntariosa edad. A pesar de que
para entonces, su cuerpo muerto, tenía más de cien años transitando por el
mundo.
Le
describió que le amó, tanto y tan torpemente, que su cariño estuvo lleno de
enormes yerros bienintencionados, mismos sentenciaron su relación con ella.
Uno
de los más importantes, había sido el de no haberse casado con Bella, por temor
a condenarla ante Dios al atarla a un ser maldito. Que era lo que él creía de
sí mismo por encima de toda opinión de ella o de su padre. Y el más grande, el
de no haberla convertido. Dedicándose egoístamente a amarla y adorarla mientras estuvieron juntos. Cegándose a la
realidad de sus actos y teniendo en consecuencia de sus absurdas decisiones,
que renunciar a ella, tan sólo una década después.
Luego
llegó el momento que más le dolía a Carlisle como padre, que fue el de recordar
lo que sucedió cuando Isabella murió. Cuando perdió a su hijo por lo que
pareció para siempre. Enloquecido por el dolor y los arrepentimientos. En un
modo aparentemente irreparable, por ser lo que eran ellos.
Ambos
sabían, que de no ser por Elise, Edward jamás habría vuelto a casa. Atormentado
por la constante lucha contra sí mismo y sus demonios.
-Sé
que en aquél momento, Carlisle, quería ayudarla con desesperación. Pero mis
intenciones no eran tan puras como quisiera presumir. Y aunque me avergüence
reconocerlo, supongo que tú ya lo sabes. Mantenerla a salvo, era también por
mí. Porque no podía dejar desaparecer aquél leve parecido que tenía ella con
Bella, en el diluido aroma de su sangre. Y todas las alucinaciones que eso
producía en mí.
-Lo
sé, lo entiendo. Un vampiro se autopreserva a pesar de sí mismo.
-Sí.
Edward
hizo una momentánea pausa. Aquello parecía muy lejano ahora que era libre de
sus culpas. Y también porque podía ver ya, que si no hubiese sido por los
matices de su locura, haría mucho que su ser se habría volcado completamente en
amor por ella. Porque así debió haber sido naturalmente.
Sin entrar en pudorosos detalles con su
padre, le confió el cómo cuestiones imposibles sucedieron después de que se
atrevió a mezclarse cabalmente en la vida de Elise. Aceptando embelesado, que
él le quería y lo que la asombrosa calidez de ella le proporcionaba a su frío
interior.
Edward
sonrió involuntariamente ante los recuerdos mientras le explicaba a su padre,
el cómo de repente la existencia se hizo más liviana al lado de Elise.
Incrédulo ante la posibilidad de que alguien le amase de nuevo. Y de que él
pudiese ser, casi completamente feliz, una vez más.
-Entiende
Carlisle. Si nuestra existencia no estuviese limitada por esta maldita trampa
de inmovilidad, haría mucho que se lo hubiese pedido. Pero no me atreví si
quiera a considerarlo jamás, porque no podía darle a ella, lo único que me
pedía para dejarme convertirla. Mi pobre Elise… Es demasiado injusto Carlisle.
Por favor ayúdame a concederle al menos esto. Aunque quizá nunca se entere de
ello.
-Edward…
-Padre,
escúchame. La amo de un modo tan cierto y tan distinto, que no dudo nada de mí,
ni de mi futuro. Dejé de ser un muchacho congelado en el tiempo y me volví un
hombre gracias a ella y su amor. Apóyame, será más fácil lograrlo si te ven a
mi lado.
-Edward,
es que temo por ti. Por lo que pueda sucederte cuando ella… Si Elise, muere.
Edward
lo miró sereno. Comprendía a su padre, pero tenía todo inalterablemente
resuelto para sí.
-No
te preocupes. No enloqueceré de nuevo. Estoy perfectamente consciente de las
escazas posibilidades de ella.
Si
Carlisle dudó al principio, fue sólo por la desdicha implícita en esa unión.
Pero luego, conmovido por la verdad de Edward, accedió. Ambos sabían que
aquella boda no sería válida, pero si su hijo se sentía tan bendito como para
pedir a Dios consagrara su amor. Estaría con él.
Aún
si eso, no llegase a durar, ni dos días.
Juntos,
regresaron donde los Renaud. A quienes obviamente, dejaron sorprendidos
con su petición. Sylvia y Karl no
quisieron aceptar en un principio, alegando que aquello era demasiado trágico e
inadecuado. Pero Edward impugnó toda y cada una objeción. Y después de unos
estresantes minutos, logró el ansiado permiso.
Carlisle
se dio a la labor de comunicarle a la familia lo que iba a suceder. Pidiendo a
su mujer ayuda, para que se encargaran de los detalles menores. Él contactaría
al hospital para que localizaran a un sacerdote que pudiese acudir prontamente
y le explicaría cual era la situación, para que accediera.
Poco
a poco todos los Cullen arribaron al hospital. Incomodados de sobremanera por
los esporádicos sollozos sin lágrimas de Alice. Nada bueno podía venir del
futuro que ella seguramente estaba viendo.
Apenas
la diminuta vampira llegó al lado de su hermano, le suplicó cambiara de
opinión. Pero éste sólo le besó la frente con gran afecto, mientras negaba
suavemente con la cabeza.
Rose
por otra parte, se acercó a Sylvia y Karl con timidez, pero con grandes
muestras de cariño y consuelo poco usuales en su carácter. Al parecer, la fría
rubia, sentía una gran necesidad de cuidar el ánimo de los dolientes padres. La
señora Reanud, se aferró a su ternura como si fuese una tabla de salvación para
su debilitado espíritu.
-Sylvia,
gracias a ambos, por concederle a mi hermano éste deseo. Yo sé cuánto le amaba
Elise. Y cuánto quería que él fuese parte de su vida por siempre. Estoy segura,
de que si hubiesen tenido más tiempo, si las cosas hubiesen sido distintas…
Hubiéramos asistido a esa boda, llenas de felicidad.
La
voz se le partió a Rosalie mientras hablaba y tomaba de la mano a la madre que
movía la cabeza afirmativamente en respuesta a sus comentarios.
Ambas
tornaron sus miradas sobre la enferma. Cada una con pensamientos distintos y
similares, respecto a las extrañas circunstancias en que esa desdichada boda
iba a suceder.
-Rose…
Yo creí que ellos volvían para casarse. Jamás imaginé que sería para despedirse
de nosotros.
La
rubia hizo un gesto, comprensiva. Le dolía mucho ver la pena de Sylvia.
-Gracias
por amar tanto a tu hija, que aunque sea en este triste momento, le regales lo
que debió haber tenido por derecho si no le hubiesen tocado estas cartas.
Sylvia
asintió y arrebatadamente, motivada por la conversación, le confió algo
respecto a su hija.
-¿Sabes?
Elise no podía tener hijos, Rosalie. Se lo dijimos hace mucho, cuando no era
más que una jovencita. Las quimios le arrebataron esa posibilidad.
Rosalie
arqueó una ceja. No esperaba eso, pero le fue fácil entenderlo.
-¿Y
te digo algo? Le tomó un buen tiempo aceptarlo. –Los labios se le curvaron
hacia abajo en una triste mueca al seguir hablando.- Mi niña tuvo una vida muy azarosa, pero
siempre supo salir adelante. Un día me dijo simplemente, que si no iba a ser
madre nunca, entonces iba a dar ese amor a todas y cada una de las personas que
conociera en su vida. Porque si iba a ser incapaz de completar ése círculo de
la vida, entonces dejaría algo tras de sí, en muchos. Aunque no fuesen de su
propia sangre.
-Tu
hija era muy especial Sylvia.
-Sí,
Rose. Si.
Ambas
mujeres se miraban en comprensión, cuando una abochornada Alice se acercó a
ellas para interrumpirlas. Contándole a la madre el deseo que Elise le había
formulado la noche anterior a cerca de que la ayudase a mejorar su aspecto
antes de que Edward volviera. Y quería pedir permiso, para cumplir esa
voluntad.
Aquellos
no tuvieron inconveniente en acceder. Estaban demasiado extenuados para objetar
nada ya.
Con
Sylvia mirando y con la ayuda de Rose, comenzaron el proceso de vestir y
maquillar a la postrada chica.
Alice
no dejaba de hablarle con ternura a Elise mientras deslizaba sobre el demacrado
rostro brochas y pinceles. Prometiéndole dejarla muy bella para su hermano y
pidiéndole abriera los ojos bien para mirarse y decirle si le gustaba. Tenía la
esperanza de que aquella reaccionara, sacudida de su entumecimiento por lo que
iba a suceder, pero no fue así.
Elise
seguía sumida en su pesado delirio.
Una
vez preparada la novia, y contemplando en el pálido rostro de su hija,
repentinamente Sylvia no pudo más y se puso a llorar con avasalladores
lamentos.
Elise se veía como un delicado y extraño
ser, de rojiza y vaporosa melena alrededor de un bello rostro, enfundada en un
magnífico y simple vestido que Rose había proveído para la ocasión. Luciendo así, semejaba a una Reina Titania,
entregada al loco sueño de una noche de verano. Del cuál, debía despertar.
Rose
se aprestó a darle su fuerza a la madre y la ayudó a salir de la habitación en
busca de aire y de alejarse un momento del dolor. Dejando a Alice a solas con
la moribunda.
Apenas
ésta estuvo segura de que nadie estaba lo suficientemente cerca como para
escucharla, se agachó por encima de la cama, hasta alcanzar el oído de su amiga
y con afligido sentimiento le dijo:
-Sigue
intentándolo Elise. No te des por vencida. Edward morirá sin ti. Te necesito.
Estoy poniendo atención como te lo prometí. Sé que te duele, pero tienes que
esforzarte por volver.
Alice
esperó un momento, pero la negrura en el futuro de ellos dos no cambió. Así que
se puso a suplicar, una y otra vez, sin respuesta. Al final, Elise sólo dijo
algo sin sentido alguno, que al oírlo, provocó en ella otro angustiado sollozo
de frustración.
Suspirando compungida y pasándose las
manos por el rostro en verdadera angustia, miró a su alrededor al percibir los
pasos que se dirigían hacia el cuarto, mucho antes del golpe en la puerta.
Recomponiéndose se puso de pie y atendió, llamando a todos al interior e
indicándoles que estaban listas.
Mirar
a Edward le era muy difícil. Él sólo había asentido, grave, cuando sus ojos se
habían cruzado interrogantes y ella consternada, no le había podido dar ninguna
nueva esperanza.
Alice
se retorció las menudas manos de ansiedad, a casusa de la firmeza que encontró
en su hermano. Ella no tenía derecho de objetar su decreto, pero tampoco iba a
aceptarlo mansamente.
Sólo
que hasta ahora, no tenía nada con qué impedirlo. De ahí su callado llanto.
Así
fue como varias horas después de haber sido Elise internada en el hospital, y
al anochecer del mismo día, con ambas familias como testigos y plenos de
contrariados sentimientos; se realizó el evento a manos del sacerdote que
extendía sus caridades para con los moribundos en el lugar y quien
generosamente, tomando en cuenta las circunstancias, simplemente había hecho a
un lado todos los requisitos para los esponsales.
La
boda fue breve y emotiva. Salpicada de lamentos ocasionales de los presentes
cuando parecía que Elise reaccionaba, falsamente. Veinticinco minutos después,
Edward y Elise eran declarados marido y mujer y él le besaba implorante de
esperanza, cuando notó los ecos de la ceremonia en la distorsionada imaginación
de ella.
Sólo
los Cullen alcanzaron a comprender la verdadera intensión y el significado de
las palabras de Edward, cuando él le dijo con ternura a la ahora su mujer, que
todo era cierto. Que aquello era real y que se quedara con él.
Y
del mismo modo, sucumbieron a la tristeza, cuando luego de una tensa pausa,
Edward ocultó su mirada bajo una mano. Dejando salir un lamento que convulsionó
su cuerpo mientras decía, -No te vayas
Elise… No me dejes solo…-.
Esme
apretó fuertemente la mano de Carlisle, acongojada por su hijo. Mientras que
Alice se abrazaba de Jasper, escondiendo el rostro contra su pecho, lamentando
mucho el secreto que cargaba. Los tres Renaud se hicieron uno porque de lo
contrario habrían caído al suelo ahí mismo, seguros de que se habían equivocado
al acceder a esa unión. ¿Cómo iba a poder Edward vivir con eso?
Un
par de horas después y luego de mucho llanto, las familias se despidieron. Los
Renaud estaban agotados, física y mentalmente para ese momento, plenamente
conscientes que esa podría ser la última vez que se despidieran de Elise. Y
tratando de hacer las paces con ello, cedieron el derecho de vela al recién
casado. Sin querer pensar en lo macabro de aquella primera noche de su luna de
miel, y lo que podría traer durante el transcurso de la misma.
Carlisle
prometió mantenerse cerca para ayudar con cualquier eventualidad. Pero eso,
sabían todos, simplemente significaría el fallecimiento de Elise. No más. Alice
dio un último y apretado abrazo a su hermano antes de irse también.
Una
vez que el hospital quedó sumido en la calma nocturna, Edward solicitó de nuevo
la presencia de su padre. Cuando ambos hombres estuvieron frente a frente en la
habitación de Elise y junto a la cama de ésta, Edward le expresó su irrebatible
petición. La de que Carlisle le diera muerte a él, una vez que Elise se
extinguiera.
Carlisle
quedó en shock al escucharlo. No podía acceder a ello. No podía destruir a su
amado hijo.
-¡Edward!
¡Lo prometiste! Dijiste que estarías bien. ¿Te has vuelto loco de nuevo?
-No,
Carlisle. Te estoy pidiendo esto a ti, como mi creador, apelando a tu gran
compasión. Ésta era la verdadera razón de haberte explicado previamente cual
era mi sentir respecto a Elise y mí mismo. Porque quiero que me otorgues el
descanso también. He andado mucho por el mundo y he experimentado lo que ningún
otro vampiro jamás. Sé mejor que nadie lo que es la vida y la muerte; y ya no tengo miedo de morir
verdaderamente.
Carlisle
le miraba horrorizado. La lógica en su pensamiento era muy clara.
-Créeme,
estoy consciente de que no iré donde Elise, ni Bella, porque mi haber ha sido
en demasiadas ocasiones, abominable. Y según las reglas y si es cierto lo que
tú afirmas respecto a nosotros, debo pagar por mis deudas. Eso, es simplemente,
justo. Y si estás equivocado, pues… -una sonrisa torcida se le colgó de la
comisura- “…Polvo somos y en polvo nos convertiremos…”.
-Edward, ¡no puedo hacer lo que me pides!
-Carlisle,
comprende. –Contestó él, serenamente.- Si no lo haces tú, buscaré el modo de
conseguirlo. Pero mi fin ha llegado también. En mi larga vida he tenido la
suerte de hallar el amor dos veces. Y esa imposible maravilla en nuestra
especie, me ha liberado de la sentencia de la vida eterna. Por eso anhelo la
paz.
Volteándose
hacia la cama, tomó con delicadeza la suave y frágil mano entre la suya y miró
con ternura a su mujer. Acariciándola con ensoñación.
-Elise
me dio el ejemplo de lo que es ser valiente y desapegado, del como amar la vida
y el saber morir con dignidad. Ahora comprendo que mi tiempo llegó junto con
ese aprendizaje también. Por favor, padre, lamento mucho someterte a esto, pero
en verdad me gustaría que fueses tu quien me ayudara.
-Edward…
-La voz salió temblorosa de su garganta por primera vez en mucho tiempo.
Conocía muy bien a su hijo y comenzaba a darse cuenta de que aquella petición,
no estaba originada por la locura. Sino por la absoluta comprensión de sí.-
-Carlisle...
Por fin soy un hombre pleno y deseo morir con esa plenitud, al lado de mi
amada. Descansar de mí andar junto a ella, bajo tierra. Por siempre.
-Hijo…
Carlisle respondió ahogado. Comprendía
bien lo que él le estaba diciendo y también sabía que cumpliría su promesa de
perseguir su resolución de un modo u otro. Por ello, temeroso del dolor que
algo o alguien más pudiese infringirle a su amado hijo durante el proceso,
aceptó quedamente.
-Está
bien, lo haré, Edward. Te lo prometo que cumpliré con tu voluntad.
-Gracias
Padre.
Edward,
suspiró con alivio. Estaba nervioso, pero seguro de lo que sentía. Y la imagen
de reposar junto a ella hasta que el tiempo se olvidara de ambos, le devolvió
el sosiego a su pecho.
Repentinamente,
el violento sonido del monitor cardiaco de Elise sobresaltó la calma de la
noche, indicando una severa aceleración en sus latidos. Y casi al mismo tiempo
se le aunó en ruido el timbre en el teléfono personal de Carlisle.
Edward
se concentró en seguir la caída en Elise, mientras que Carlisle tomaba el móvil
rápidamente y se aprestaba a auxiliar a la enferma. Al parecer la muerte estaba
llegando justo en esos instantes, cuando Edward la había invitado a acercarse
para llevarlos juntos.
Él
no quiso prestar atención al interlocutor de Carlisle, confirmando se trataba
de Alice como había intuido, que seguro llamaba intentando coaccionarlos y
hacerlos cambiar de parecer. Pero no pudo evitar escuchar lo que aquella casi
gritaba velozmente al otro lado del audífono.
-Carlisle,
rápido. Tienes que preparar todo. ¡Elise está ahí, ahora! Lo que no pudimos
hacer antes, lo logró Edward con su estúpida idea de suicidarse. Ese impensable
suceso, fue la única cosa que angustió tan fuertemente a Elise, que está
implorando desesperada no lo permitas. Y dile al cabeza dura de mi hermano, del
cual estoy segura se encuentra ahí contigo, que si no me cree, la perciba él
mismo. Que busque sus pensamientos. Carlisle, ¡ahora! Denle la ponzoña antes de
que se pierda de nuevo. Estoy viendo una oportunidad si es que actuamos en este
instante.
Al momento, un conmocionado Edward se
concentró en adentrarse en la mente de Elise. Debajo de una pesada nube de
agotamiento, la escuchó. -¡Elise!
¡Sostente! ¡No lo haré, si tú luchas también por mí! – En medio de puro
gozo sintió las sobrecogidas palabras de ella, que le rogaban no terminara con
su vida.
-¡Elise!
Alice está diciendo que aún podemos lograrlo. Dame tu permiso para salvarte,
para convertirte si es que me has perdonado.
En
medio de un gozo puro, Edward la besó cuando obtuvo su frágil respuesta,
pronunciada tan baja, que sólo los de su tipo podrían haberla escuchado si es
que hubiesen estado prestando la misma atención que ellos en ése instante.
-Te
amo Elise. Te amo. No dejes que la muerte nos gane, vamos a vencerla juntos.
El
fallecimiento de Elise, comenzó al acto. Al menos en apariencia.
Rápidamente
Edward mordió su muñeca, pleno de sangre fresca aún, para compartirla con su
mujer.
-Elise,
esto nos ganará un poco de tiempo, pero tienes que luchar por no extraviarte de
nuevo. No funcionará si no eres tú la que está ahí cuando todo inicie. Te
perdería de todas maneras.
Elise
no respondió verbalmente esta vez, pero con la ponzoña deslizándose lentamente
hacia el interior de su organismo, todo su cuerpo se sacudió; dándole también
un fuerte empujón a su mente, que le
permitió aislarse de la pesada oscuridad que rodeaba su pensamiento y
concentrarse en una única idea. La de vivir amada por Edward, por siempre.
Todo
eso sucedía con Alice al teléfono zumbando de alegría al ver el cambio en el
oscuro futuro de su hermano y Elise, mientras le decía a Carlisle que estaba
lista para representar su rol en la mascarada que ya había iniciado. Y que
estaría ahí prontamente junto con los demás, para poner a funcionar el plan que
habían diseñado originalmente.
Carlisle
sacó la morfina que nunca había sacado de su maletín. Aplicándosela para fingir
una quietud similar al fallecimiento, aprovechando la huella gráfica de la
alteración física en sus órganos, por culpa de la sangre de Edward en su
torrente.
Con
el maquillaje retirado de Elise, su verdadera y muy deteriorada apariencia
resurgió. La cuál no dejaba duda alguna de su deceso a quien la mirase. Los
monitores se sabotearon a continuación para fingir el paro cardiaco. Y con la
presencia de enfermeras de guardia, el dictamen de su muerte se dio a las tres
veintiuno de la madrugada.
Edward, en su poder de esposo de la
difunta, firmó los papeles para la liberación legal del cuerpo. El cuál fue
sustraído de la morgue menos de horas después, por un cauteloso Emmet. Por su
parte, Jasper cambió las fotografías del expediente médico para que concordaran
con el rostro de Alice. Esta remplazó a Elise sin dificultad en la última
examinación, manteniéndose fácilmente quieta y sin respirar, sabiente que el
médico forense desconocería la verdadera apariencia de Elise.
En
cuanto todos los asuntos civiles fueron concluidos, Carlisle se comunicó con
los Renaud, para avisarles del evento acaecido durante la noche. Aconsejándoles
ya no mortificarse de nuevo en ver a su hija, para que intentaran ellos
recordarla con una mejor apariencia de la que había tenido en su final.
Logrando
su objetivo, les sugirió también darle a ésta un velorio con ataúd cerrado. A
lo cual, los exhaustos padres accedieron plenamente, comprendiendo las razones
del galeno. Sabían que Elise estaría de acuerdo en no mortificar a nadie más.
Mientras
que Alice ejecutaba magistralmente su rol de cadáver, Elise era transportada
con todos los cuidados a la casa que los Cullen habían rentado en la localidad
por Edward mismo. Quien aparentemente se había retirado para asearse y vestirse
de acuerdo a la ocasión, durante la breve velación que se realizaría en casa de
ella. No más de doce horas, dado el deterioro físico al que había llegado Elise
al morir.
Pero,
en realidad, un extraordinario acontecimiento se sucedía en ése lugar.
Anclado
al aura de pensamiento donde Elise luchaba por refugiarse, Edward le declaraba
su amor eterno. Y con un último beso a su forma mortal, procedió a morder y
luego beber la sangre del delicado cuello de su esposa, mientras la inundaba de
su veneno por todas partes.
Casi
al instante, la prueba de la invasión se presentó en forma de una violenta
convulsión, borrando de golpe la forzada quietud de la morfina. A partir de ese
momento, se renovó la angustia en Edward. Todo lo que se leía en la mente de
Elise eran gritos de dolor y no sabrían si ella había sobrevivido a la
transformación, hasta que ésta terminase.
Eso,
ni Alice podía asegurarlo.
Era
imposible controlar la tensión que la causaba saberla prácticamente sola y
sufriendo en casa. Custodiada sólo por Emmet y Jasper, mientras que él asistía
reticente junto a los suyos, al falso velorio de Elise. Esa incomodidad pareció
desconsuelo ante los ojos de los asistentes, que uno tras otro, al enterarse de
su trágico estatus de viudo, le daban sus condolencias con mucha pena.
El
entierro de un ataúd vacío fue muy inquietante, a pesar de saber que todo
aquello era sólo una farsa. Absolutamente perturbado por la certeza
de lo cercano que aquello estuvo de hacerse realidad, de no ser por la necedad
de su adorada Alice. Quien se había mantenido observante a cualquier
posibilidad de felicidad para ellos. Ahora, estaba en eterna deuda con su
hermana.
Cuando
todo terminó, ambas familias partieron en distintas direcciones. Retirándose inmediatamente
los Cullen hasta su verdadera casa en Forks, la cual estaba convenientemente
alejada del contacto indeseado con los humanos y sería perfecta para un
sediento neonato.
Edward
ya no se despegó de Elise, para estar ahí cuando ella despertase.
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Hasta aquí la primera parte del desenlace.
El cierre y la despedida no tardarán mucho más en llegar.
¿Me dirán qué sintieron ustedes al leer, la muerte de Elise?
Las quiero!
Sissy
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18 comentarios:
Bueno, la primera en comentar... Para poderlas escuchar.
Un abrazo y las leo en cuanto me escriban aquí!
Cariños: Sissy
Me lleva! Se borró mi comentario!
Te vuelvo a escribir, porque casi me lo sé de memoria Sissy y va así...
Yo casi te mato cuando leí que ibas a matar a Edward!!!
Te juro que grité, Nooooooo!!! Me muero! O sea, es que jamás en la vida esperé que me salieras con algo semejante y empecé a llorar.
Y el rollo es que primero vi las fotos y pensé, -Ay! La dejó morir a Elise!- y luego me sales con que mi Edward desea morir también y me traumé! Creí que los matabas a los dos y me sentí berrear de tristeza como cuando a Bambi le mataron a su mamá.
Vas a ver ingrata! Mi estomaguito aún tiene un hueco horrorible con todo lo que imaginé al leer.
Y la boda! La boda! Pobres!
Mala! Malvada!
Pero también contaste algo que se me hizo muy bonito. Lo que dijo Elise respecto a la maternidad y sobre dejar un legado de amor en todas las personas. Qué gran verdad!
Quiero que esto termine bonito, por favor. No salgas ahora con que Elise es un monstruo . Mi corazoncito no podria con eso.
Y te voy a contar algo. Ya releí el capítulo, porque mi estomago no se tranquiliza. Y sigo sin saber que me pasa. Es como si estuviese fuera de mi entorno consciente. No me puedo sacar del fondo de mi cabeza todo lo que contaste, ni lo que estoy sintiendo por culpa del capítulo.
Y lo vuelvo a decir. Escribes de un modo muy especial. Esta historia parece más bien un libro muy fino y muy emotivo. Y no un Fic.
No cabe duda. El tiempo y la práctica hacen al maestro. Yo pienso que tu ya te graduaste.
Marga de México.
Hola Sissy. Casi me matas de un infarto con la petición de Edward para que lo mate Carlisle. Aunque era lógico, su carácter melancólico, derrotista y al mismo tiempo apasionado, testarudo y un largo etc... Era normal. Es su forma de huir de la tristeza absoluta o mejor dicho de su soledad que aun estando rodeado de vampiros que conocen su historia y su carácter se siente solo.
Elise, mi querida Elise tan dispuesta a dar su cariño a todos, para dejar un poco de huella en las personas con las que ha vivido. Pero tan cabezota hasta dejarse morir.
Boda in extremis que no me esperaba y menos por parte de él.
Me ha parecido ser una mirona en todo el capítulo me parecía estar sintiendo todos los sentimientos de angustia de todos los participantes.
Otro capítulo excelente dejándonos con la intriga del final.
Besos Sissy.
ai sissy me va a dar el ataque , me la pase llorando con todo lo triste que les estaba pasando y cuando por fin tuve esperanza y deje de llorar... cortaste el capitulo.... eso me pasa por pedir 2 en lugar de 1 jajajaja
pobre de mi edward todo lo que sufrio y aun que las condiciones fueron muy desagradables, me da gusto que por fin elise se dio cuenta que edward la ama de verdad...
ai no puedo esperar para leer lo proximo, cuando despierte y se vean... ai yo me canso que me laso a sus brazos y me lo como a besos jajaja
ai sissy me muero por leer la parte 2 pero tambien no la kiero leer por k no kiero que acabe :S jajaj estoy en una disyuntiva jajaja
gracias sissy por un capitulo mas que como siempre es exelente.
Saludos
maty
Oh por Dios nena me has echo llorar como Magdalena, mira que mi corazoncito aun sigue oprimido de tristeza.
Que te puedo decir simplemente que es un capitulo magnifico, excelentemente bien narrado, con muchos matices, me agrado ver como Edward dejo de ser ese jovencito que conocio y perdio a su amada Bella para convertirse en hombre gracias al amor de Elisse, creo que comprendio muy bien que los errores que cometio en el pasado fueron a causa de su juventud e inexperiencia, el solo queria lo mejor para Bella y por eso actuo asi, pero al vivir con Elise al compartir tanto con ella y ver la manera en que ella veia la vida se dio cuenta de lo mucho que esta mujer lo cambio y por eso queria terminar con su vida queria tener una paz para si mismo, no sabes como llore al escuchar decir eso de sus labios, por Dios no podia parar de llorar y mi corazon latia desbocado no podia imaginarlo muerto, estare loca pero no lo puedo imaginar asi, vi la angustia de Carlisle, imaginate que un hijo venga y te pida eso, que dificil. En verdad crei que asi terminaria con el muerto y descansando en una absoluta paz sabiendose un hombre dichoso por haber tenido la oportunidad de haber gozado del amor intenso y sincero de dos grandes mujeres, que lo transformaron para bien.
La boda me parecio genial aunque para la familia de Elisse fue algo muy triste, verla asi vestida y queriendo haber compartido esa felicidad en otras circunstancias, creo que jamas sere capaz de imaginar todo el sufrimiento de sus padres, es algo que ninguna madre queremos pasar, cualquiera dariamos lo que fuera por evitar cualquier sufrimiento a nuestros hijos.
Me sorprendio ver el cambio de rumbo que tomo la historia al recibir Carlisle la llamada de Alice, y decirles que aun estaban a tiempo y mover todo para convertirla, en serio que me crei todo y en eso momento volvi a llorar pero ahora de felicidad al ver que todavia hay esperanzas para ellos.
Oh nena que tremendo capitulo nos has regalado, que no tengo palabras para agradecertelo solo puedo decirte un simple MIL GRACIAS por darme la oportunidad de gozar a tu lado con tu enorme talento y se que siempre te digo lo mismo pero es que en verdad lo siento asi y quisiera tenerte en frente para darte un abrazo muy fuerte y muchos besos, pero como no puedo te los mando desde aqui con mucho amor y espero un dia poder hacerlo en persona.
Eres una mujer muy especial, que trasmite tanto en tus palabras, espero que jamas dejes de hacerlo porque seria una gran perdida.
Te quiero amigas y estare esperando con muchas ansias el siguiente capitulo.
P.D. aun y cuando sigo llorando ame leer el capitulo.
SISSY ME TIENES A PUNTO DE UN PARO CARDÍACO, FUE SENCILLAMENTE HERMOSO... HE LLORADO COMO NO TIENES UNA IDEA!
Ver morir a Elise fue de lo mas duro, me impacte ante la resolución de Ed aunque la verdad viéndolo desde su angulo no suena nada ilógico, en ese punto puedo entenderlo, no necesitaba la eternidad...
Se me puso la piel chinita cuando se produjo la reacción de Elise ante el plan de Ed, todo estuvo muy emocionante y Alice increíble con ese tono que le caracteriza hasta me hizo sonreír en la penumbra (mi hermana volteaba a verme y yo llore y llore en la cama y ella guapeandose para una fiesta de halloweeen y yo llorando a mares y de repente empiezo a reírme con las ocurrencias de Alice)
Me gusto la parte de la boda aunque creo que ellos ya estan unidos mas haya de cualquier nombramiento que s haya hecho a estas alturas...
Como sera el despertar de Elise??? que nervios esta historia es impredecible ... Lo juro pensé que Elise moriría, estaba prácticamente muerta y derrepente había luz al final del camino.. Ella estaba tan segura de su decision pero en ultimo momento el mismísimo amor la hizo cambiar así como a Ed...
Mil gracias Sissy por todo tu tiempo y por compartir tu hermosa historia!
quedamos a la espera...
Un fuerte abrazo
Nancy Q.
Holisss Sissyyyyyy OMG!!! Casi me da un patatus nena!!!! Crei que mi corazoncito no resistira ver partir a Elise y encima Edward con su petición!!! En serio llegas tan profundo cuando escribes que tambien me senti una mirona en sus vidas, la verdad fue muy emotiva y triste su boda para la familia de Elise pero ver luego que ella no keria que Edward muera y que Alice bendita sea vio el cambio senti que mi corazón latia rapidísimo por la nueva oportunidad que se presentaba!!! Ahora esperando ansiosa la 2 parte el despertar de Elise y que ambos puedan ser felices, se lo merecen!!! Me encanto leer como Edward observa su cambio ahora al ser un hombre diferente gracias al amor de Elise y como ella queriendo brindar amor a todos y seguir adelante a pesar de tantas pruebas en serio ambos se merecen mucha felicidad!!!
Gracias por escribir y brindar al mundo u a gran historia llena de sentimientos kissitos
hola sissy me encanto tu capitulo hoo estaba con lagrimas pobre edward hoo me tenias nerviosisima con el corazón en la mano de verdad y alice como siempre tan cómplice la adoro... la boda tanto drama me sentía triste de pensar en la familia de elise como permitir una boda sabiendo qe eso deprimiría a edward pero el tan enamorado y pobre de carlise aceptando que el va terminar con la vida de edward de verdad ha sido un capitulo que mi corazón ha resistido de sufrir muerte súbita jajaja y ahora ojala que todo salga bien y que elise despierte bien hay que increíble y magnifico capi.
sissy tu al igual que coka sos unas increíbles escritoras
Hola Sissy he sufrido hasta en el ultimo momento del capitulo, uufff para Edward esto no a sido nada facil ver a su gran amor morir de a poco le duele demasiado y x eso comprendo q si Elise no se salvaba el tambien moriria y x eso le pidio a Carlisle q acabara con él, ahhh me hubiera gustado saber q le dijo Elise solo me quede con esa idea pero escucharla de ella hubiera sdo mejor jeje...ahora a esperar para saber como va con esa transformacion, mil gracias x este capitulo me gusto muchiimo!!!
Sissy no se q paso q mi comentario se borro...en fin sólo quiero decir q me gusto como cuadras te la historia mi edward tan cabezota casi me da algo con sus intenciones amsio el próximo capítulo... Besos. Lizzzz. México
SISSY
Debo decir que aunque ley la versión anterior, ya hace unos días, es increíble como en tu pluma puedo volar, es hermosa la historia, los personajes, como fue tejida, estoy con las lagrimas en la garganta, uf
Mi querida Sissy que suerte haberte encontrado, no sabes como coronas este lugar de belleza y buena lectura, gracias, muchas gracias mi querida amiga , mi hermana, por pertenecer a nuestro pequeño Forks
Muackkk
Sisssyyyyy casi me da un paro!!
Ya veía a Elise muerta y a Ed yéndose tras ella!!
Hermoso capítulo! Necesito el final!!
Jajaja besos :)
Sissy, primero pido disculpas por dejar mi comentario tan tarde pero realmente me quede sin palabras !!!
La descripción de las emociones, sensaciones y sentimientos de los personajes es muy fuerte y poderosa, realmente lo que se siente cuando uno lee una historia tan hermosa es muy dificil de describir! estoy en shok y solo puedo decirte gracias!!! me enamore de tus letras con Mi Secreto y Detras de los Ojos Azules ha afianzado mi pasion a tu pluma!!!!! espero tener la dicha de seguir disfrutando de tu talento que ,junto con el de Coka, me brindan historias maravillosas y mundos nuevos!!! mil veces gracias a las dos!!!!
Sissy,
Este capitulo me llego al corazon como siempre, despues de varias semanas de ausentarme, es tan refrescante y no se hermoso contar con esta historia...
Elise, pobrecitaaa, pero tan cabezotaaa y Edward por todos los cielooooos puedo sentir su dolor y me conmueve como finalmente se dio cuenta de la diferencia de ambos sentimientos...
La reaccion de Rose, woooow, sorprendente y Alice como siempre complice de Edward jejeje pobre Carlisle tener que hacerle este tipo de promesa a Edward, suponiendon alivio para su dolor y al mismotiempo ser el quien lo mate por compasion...
Un final totalmente inesperado y esa bodaaaaa woooooooooooow jamas se me hubiese ocurrido semejante cosa, tan romantico e inesperado. Me muero de las ganas por saber como va a terminar todo...
Un fuerte abrazo amiga,
con cariño,
May May
Querida Marga, compatriota mía! Perdón por tardar tanto en contestar. No tengo remedio.
Gracias por tus palabras tan bellas, por emocionarme al compartir lo que sentiste al leer.
Sabes? Estoy ahora con “Sol de Medianoche” en mis manos, leyéndolo muy despacio. No solo porque ya no hay tiempo como antes. Sino porque amerita no ser devorado luego de esperarlo más de una década.
Estoy en una nube recordando al Edward joven y descubriendo lo que es enamorarse y desear desesperadamente estar vivo. Luchando por proteger a Bella de él mismo.... El texto, el cuidado en los pensamientos plasmados en hojas, tiene a ese Edward muy vivo en mi subconsciente.
Anoche no pude evitar volver a este capítulo, porque me siento mucho muy encariñada con este Fic.
Sentí que había logrado captar la escénica del vampiro. E igual que tú, casi lloré porque ya no recordaba que él quería morir y descansar sabiéndose único y afortunado por haber amado dos veces...
Si... tienes razón, fui cruel. Pero quería que todo fuese tan extremo que Edward luchara hasta con el más ínfimo grano de mármol corpóreo en su ser, por valorar y y honrar el regalo de vida que había sido Elise, luego de su miserable fracaso en saber cómo amar a Bella...
Un abrazo. Y espero que estos años te hayan tratado bien.
Sissy
Hola hermosa! Solo me tomó unos años contestarte, perdón!
Anoche releí este capítulo, mientras que mi corazón está despertando a esos días inocentes de este blog, a través de tener finalmente Sol de Medianoche en mis manos.
Si, Edward es Edward. Pero aquí quise explicar su deseo de morir, porque ya se sabía completo. Terminado. Sin más por conocer si es que Elise moría.
Él mismo lo expresó, era único, bendecido de un modo muy extraño por haber podido experimentar el amor verdadero en sus ocasiones.
La primera, tenaz, cataclismo a e inmadura, con Bella. Ese primer amor que lo es todo, con el cual our apasionados e inexpertos, cometemos tantos errores.
Y la segunda, donde dejó atrás a ese muchacho de 17 en el que había muerto su corazón y psiquis. Convirtiéndose en hombre maduro. Sin egoísmos. En Paz....
Pobre Elise, prácticamente le costó también a ella la vida, aprender a soltar y arriesgarse con todo.
Un abrazo linda y gracias por emocionarme tanto de nuevo, con el tiempo que me regalaste en tus palabras.
Mi querida, querida Maribel!
Siempre tuviste exactamente la intuición correcta, el olfato de la madurez y empatía emocional para darle vida a los personajes.
Leerte era como platicar conmigo, sobre lo que yo sentía e intentaba transmitir con el cómo contaba mis cuentos.
Te agradezco infinita mente todo el cariño que me diste siempre con tus ánimos y confianza.
Gracias por darme el chance y el gusto de poderte traer a mi cabeza y sus locuras.
Te quiero mucho amiga!
Sissy
Mi querida, querida Maribel!
Siempre tuviste exactamente la intuición correcta, el olfato de la madurez y empatía emocional para darle vida a los personajes.
Leerte era como platicar conmigo, sobre lo que yo sentía e intentaba transmitir con el cómo contaba mis cuentos.
Te agradezco infinita mente todo el cariño que me diste siempre con tus ánimos y confianza.
Gracias por darme el chance y el gusto de poderte traer a mi cabeza y sus locuras.
Te quiero mucho amiga!
Sissy
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